La primera semifinal de la Eurocopa disputada entre España y Portugal tuvo un momento de tensión cuando un fanático saltó al terreno de juego para sacarse una foto con su ídolo Kylian Mbappé. Los goles de Randal Kolo Muani, Lamine Yamal y Dani Olmo marcaron el triunfo de La Furia, que sacó los boletos para el duelo decisivo que se disputará en Berlín, donde buscará su cuarta conquista continental.
El delantero que continuará su carrera en el Real Madrid se presentó en el Arena de Múnich sin la máscara protectora que había utilizado desde que se fracturó la nariz el pasado 17 de junio. Durante los últimos tres encuentros de el combinado Le Bleu, Kiki mantuvo un antifaz que le complicaba su visión natural. Por lo tanto, cuando observó al ferviente simpatizante esquivar al personal de seguridad, su reacción fue la de exigirle tranquilidad para que no golpeara su rostro, afectado por la lesión.
Cabe recordar que durante la primera fecha de la fase de grupos, en el encuentro contra Austria que se llevó a cabo en Düsseldorf, la legendaria figura internacional chocó contra el hombro de Kevin Danso que provocó su lesión. De inmediato se descartó la operación (aunque tendrá que pasar por el quirófano en un futuro cercano) para seguir en la competición y se adoptó la decisión de que jugara con una máscara para proteger esa zona como media de prevención.
Si bien la transmisión oficial optó por no mostrar las imágenes del momento en el que el hincha saltó a la cancha para acercarse al futbolista, las cámaras de las Agencias de Noticias captaron el llamativo episodio que atravesó la figura con pasado en el Mónaco y el PSG. Por unos instantes, el partido estuvo detenido, hasta que el personal de seguridad retiró al invasor.
Fue un partido para el recuerdo de Lamine Yamal, que con 16 años y 362 días impulsó el carácter ganador de una generación hambrienta de gloria. Nada le arrebatará a España la convicción de haber encontrado un camino. El retoque adecuado a un estilo que debía evolucionar tras tocar fondo en el último Mundial. La ilusión representada en jóvenes valores que compiten con grandeza e iluminan de optimismo grandes retos. Una Eurocopa repleta de buenas sensaciones con dos retos mayúsculos en el camino a la final. Del reto del anfitrión a la resurrección de Mbappé sin mascara.
Una Francia deslucida llegó a las semifinales sin su máximo potencial ofensivo. El equipo sólo había marcado tres goles en el certamen (dos en contra y uno de penal) y la producción discreta de intérpretes de jerarquía como Griezmann, Marcus Thuram o Dembélé argumentaron el flojo presente del bicampeón mundial.
España, en cambio, demostró por qué es una de las selecciones que se consolidan como seria candidata al título. El próximo domingo buscará la gloria ante el vencedor de la llave que animarán Inglaterra y Países Bajos. La Furia, quiere volver a festejar como lo hizo en 1964, 2008 y 2012.
LAS IMÁGENES DE LA INVASIÓN DEL FANÁTICO EN LA PRIMERA SEMIFINAL DE LA EUROCOPA