El campeón de atletismo que tuvo que irse de su país para ser profesional y lo bautizaron como “el Messi marítimo”: Jacob Shaffelburg, el velocista de Canadá

Ese día, Lionel Messi debutó en una nueva competición. No era la Champions League, tampoco se le parece mucho. Pero el nombre fuerza una reminiscencia. El 7 de marzo de 2024 debutó en la Concachampions, la Libertadores de Norteamérica. Hizo un gol de tiro libre en el minuto 52 y Luis Suárez convirtió otro sobre la hora para el Inter Miami, pero el argentino y el uruguayo no fueron los mejores de esa noche. El premio al MVP del partido correspondiente al duelo de ida por los octavos de final de la competencia fue un canadiense de 24 años que se llama Jacob Shaffelburg, autor de los dos goles del Nashville FC a los cuatro minutos del primer tiempo y sobre el comienzo de la segunda etapa.

Rápido, escurridizo, zurdo que juega sobre el extremo izquierdo, representó esa noche el principal arma de ataque de su equipo y la amenaza del equipo rosa. En el primer gol, entró al área y definió arriba y con potencia. Al minuto del complemento, encaró por su banda, buscó el hueco, y se acomodó de derecha para inflar la red con mucha técnica en el remate: 2-0 parcial. En la primera etapa, además, su movilidad debió haber hecho expulsar a Federico Redondo, quien le aplicó un codazo, pero el juez (y el VAR) no lo juzgaron para tarjeta roja. Con 181 centímetros de altura y una valoración de 3,5 millones de euros según Transfermarkt, impuso condiciones en un campo de juego repleto de figuras.

Nació el 26 de noviembre de 1999 en Kentville, sede del condado de Nueva Escocia, sobre la esquina noreste de Canadá, a orillas del Atlántico norte. Veinticuatro años después participa de un hecho histórico para la selección de su país: la clasificación a la semifinal en su primera experiencia en la Copa América. El 23 de marzo, Canadá había logrado una plaza para la edición número 47 del certamen continental luego de vencer por dos a cero a Trinidad y Tobago y así garantizó su lugar en la zona A. Los goles lo convirtieron Cyle Larin y él. Shaffelburg no fue titular en los dos primeros partidos: derrota ante Argentina por dos goles y triunfo a Perú por uno a cero. Pero en el tercer duelo por la zona de grupos ante Chile, y en el enfrentamiento por octavos de final contra Venezuela, partió desde el arranque.

Su influencia fue determinante. Canadá jugó cuatro partidos y marcó dos goles. El primero lo hizo Jonathan David ante Perú tras asistencia de Shaffelburg. El segundo lo convirtió el extremo del Nashville al minuto trece en el encuentro contra la selección vinotinto tras capturar un rebote en el área chica y definir de derecha. En la segunda mitad fue reemplazado por Liam Millar y no pudo participar de la definición por penales. Pero su contribución a la clasificación histórica de Canadá es vital en las estadísticas y en el juego: cuando ingresó en el segundo tiempo contra Argentina, mostró capacidad atlética, desborde y buen duelo uno contra uno en cada una de sus intervenciones.

Lo curioso de la carrera de Shaffelburg es que prácticamente no tuvo formación. Se crió en Port Williams, un pueblo pesquero de poco más de mil habitantes, donde el deporte madre es el hockey sobre hielo. “No hay mucha gente, todos se conocen por el auto que conducen”, graficó en diálogo con The Athletic. En esa región marítima, las instalaciones, los campos de entrenamientos y la cosecha de futbolistas es discreta. Solo hubo un futbolista crecido en ese área inhóspita con pasado en la selección de su país: Ante Jazic. Shaffelburg aceptó que para crecer en este deporte tenía que irse de Nueva Escocia. El fútbol en el Este canadiense es usado como una actividad recreativa para los jugadores de hockey en el verano.

A los quince años, descubrieron su potencial en el fútbol. Ya lo conocían como “el Messi Marítimo”. Mike Hudson intervino para que se fuera a Berkshire, del otro lado de la frontera con los Estados Unidos, para desarrollar allí su carrera futbolística. Berkshire School era una escuela preparatoria en Sheffield, Massachusetts. Allí ya iba su hermano ocho años mayor, Zach. Jacob se postuló sabiendo que no era fácil ser aceptado en una escuela con un alto rendimiento académico. Estuvo en lista de espera durante un tiempo, antes de que finalmente lo aceptaran y repitiera su noveno grado para ingresar. En ese instituto, fue campeón intercolegial en 200 y 400 metros, mientras en paralelo desarrollaba su bagaje futbolístico. El periodista Carlos Arasaki apuntó que Shaffelburg, en 2018 y a sus 18 años, registró un tiempo de 22s41 en 200 metros y 48s75 en 400 metros.

“Si Jaboc no hubiera ido a Estados Unidos, no estaría jugando profesionalmente ahora”, reveló su primer entrenador. Lo que siguió fue vertiginoso. Pasó de jugar en el equipo de la preparatoria -también hizo escala en la TFC Academy y en Black Rock FC, en categorías menores- al fútbol profesional en apenas un año y medio. Con el Toronto FC arribó a las finales de la Copa MLS y el Campeonato Canadiense en 2019, y resultó el trampolín para que hiciera su presentación en 2020 con la selección de su país, en un amistoso frente a Barbados.

En 2021, fue galardonado con el premio al Mejor Jugador Joven Canadiense por la Asociación Canadiense de Fútbol, que reconoce al mejor jugador sub-21 de cada torneo. En 2022 pasó al Nashville, donde se convirtió en un arma peligrosa, sobre todo con espacios y de contragolpe, usufructuando su velocidad, que supo utilizar como estrategia el entrenador Gary Smith. Allí acumula sesenta y nueve partidos, doce asistencias y nueve tantos. Sobre la izquierda del ataque canadiense, por donde se proyecta Alphonso Davies, el capitán del equipo y probablemente el mejor futbolista canadiense de la historia, también se posicionará Jacob Shaffelburg. Este martes a las 21 horas, Canadá enfrentará a Argentina por un lugar en la final de la Copa América. Rodrigo de Paul, Nahuel Molina y todo aquel argentino que defienda por allí deberán estar atentos.