La escena recorrió el mundo. La imagen tenía como protagonista a Dorival Júnior, el técnico de Brasil. El partido contra Uruguay por los cuartos de final de la Copa América recién había terminado. Ninguno había convertido. El cero a cero había obligado la definición desde los penales. En la ronda previa a la ejecución, donde suele haber una arenga y donde se deciden el orden y los ejecutores, el entrenador lo vio desde afuera. No intervino en la charla ni en la decisión. La situación fue incómoda y penosa. Incluso, atinó a levantar la mano para intentar ser escuchado en esa situación límite, pero tapado entre la multitud, nadie alcanzó a notar su gesto. Un asistente suyo fue el que les habló a los jugadores. La contracara fue Bielsa, que se mostró con una planilla en mano y dirigiéndose de forma enérgica hacia sus conducidos.
El ex técnico del San Pablo explicó por qué estuvo detrás de los jugadores en la previa a los penales. “Me mantuve alejado porque les estaba contando a cada uno lo que tenía en mente. Una vez definidas las cinco posiciones iniciales, comencé a hablar de lo que habíamos entrenado. De hecho, en el entrenamiento que se desarrolló desde el primer día en Orlando estuvimos trabajando en los penales porque sabíamos que probablemente tendríamos esa posibilidad en las definiciones del partido”.
Uruguay ganó y se clasificó a las semifinales. Brasil quedó eliminado y envuelto en una situación sensible, delicada. La prensa brasileña coincide en un análisis: acusa al Scratch de convertirse en un equipo con falta de identidad, sin juego, sin líderes, sin rebeldía; advierte que la Confederación de Fútbol de Brasil perdió el rumbo y no sabe cómo salir de este encadenamiento de fracasos. En ese contexto de adversidad y críticas internas, se difundió un video que evidencia aún más esta falta de cohesión del plantel brasileño.
Como Dorival Júnior, el que también sufrió el desplante de los futbolistas fue Endrick. El flamante refuerzo del Real Madrid quedó excluido de la ronda. A diferencia del entrenador, no se esforzó en integrarla y procuró seguirla desde afuera. Incluso se lo ve escupir, caminar, mirar para abajo, jugar al “botella challenge” con el envase de una bebida isotónica y esperar que termine la reunión de su equipo abstraído y con los brazos en jarra.
Endrick se había convertido en el segundo jugador brasileño más joven en debutar en una Copa América, superando a Pelé, con 17 años y 339 días y aun por debajo de Agostinho Fortes Filho ‘Fortes’. Tal vez la mayor sensación del fútbol brasileño desde la irrupción de Neymar, en su primer gran torneo con la absoluta dejó abierta la incertidumbre. Contra Uruguay tuvo su primer partido como titular en la selección mayor de Brasil, en lugar de Vinicius, que se perdió el partido por acumulación de amarillas. A pesar de todas las esperanzas que hay depositadas en el fútbol brasileño en él, el surgido en Palmeiras completó un discreto partido en el que nunca pudo enseñar indicios de su talento.
Sus estadísticas lo exponen: intentó dar cinco pases y solo uno fue efectivo. Sucedió en el primer segundo del partido, cuando sacó de mitad de cancha para dar por comenzadas las acciones: la asistencia la recibió Rodrygo dentro del círculo central. Además, Endrick solo tuvo un remate al arco en el minuto 83, cuando obligó la reacción de Sergio Rochet con un zurdazo desde fuera del área. Muy poco en noventa minutos para un futbolista con su proyección y la esperanza que provoca. El delantero cumplirá la mayoría de edad el 21 de julio y de cara a la temporada 2024/2025 integrará la plantilla del Real Madrid junto a sus compañeros Vinicius Junior, Rodrygo y la otra gran incorporación, Kylian Mbappé.
Luego de la eliminación ante Uruguay, Endrick realizó sorpresivas declaraciones: “Tenemos jugadores que podrían estar de vacaciones como Vini o Rodrygo que ganaron la Champions y vinieron aquí porque era su sueño, es muy difícil encontrar las palabras adecuadas pero espero que los brasileños estén con nosotros”, expresó. Mientras que cuando fue consultado en zona mixta por periodistas españoles, reveló que ahora sí ya piensa en su nuevo club: “Es muy difícil hablar porque lamentablemente fuimos eliminados, pero ahora sí mi cabeza está en el Madrid”. Otro detalle de su último partido en la Copa América: cambió camisetas con Luis Suárez, ex figura del Barcelona.