La Eurocopa 2024 ha supuesto un desafío inesperado para Kylian Mbappé, quien se vio obligado a utilizar una máscara facial desde que sufrió una fractura de nariz en un choque con Kevin Danso en el primer partido de la competición contra Austria. A pesar de su espíritu de lucha y determinación, el delantero del Real Madrid tuvo que adaptarse a utilizar la protección que para jugar sin riesgos mayores, un accesorio que le resultó totalmente incómodo a lo largo de la competencia.
Desde el inicio del torneo, Mbappé ha probado al menos cinco máscaras diferentes con el propósito de encontrar la adecuada que le permita rendir al máximo. Cada una de estas máscaras fue una esperanza para el delantero francés, pero también un nuevo obstáculo a superar. “Sin ella, no jugaría. ¡Puedo darle las gracias a la máscara!”, comentó Mbappé tras sufrir la lesión. No obstante, estos accesorios presentaron desafíos significativos para el jugador.
Durante el último partido de la fase de grupos contra Portugal, Mbappé no logró demostrar todo su potencial en el campo, y su rendimiento se vio claramente afectado. Didier Deschamps, seleccionador de Francia, lo reemplazó por Barcola, consciente de las limitaciones físicas de su capitán.
El problema principal radica en la respiración y las sensaciones que afectan el juego de Mbappé. Las diversas máscaras probadas fueron hechas de compuestos plásticos muy duros e incluso de fibra de carbono, un material conocido por su resistencia a los impactos. Sin embargo, ninguna ofreció el nivel de comodidad y efectividad que Mbappé buscaba.
En los cuartos de final el delantero experimentó una noche particularmente complicada. Cada intento con una nueva máscara parecía una lucha contra el tiempo para encontrar una solución que le permitiera respirar con mayor facilidad y jugar con la intensidad que lo caracteriza. Finalmente, después de una serie de pruebas fallidas, el equipo médico francés parece haber conseguido una máscara que podría disminuir las incomodidades, diseñada por el fabricante de gafas Oakley (uno sponsor de Kiki), a partir de escáneres detallados de su cara y cráneo, realizados el año pasado.
“Me cambié la mascarilla, porque cada vez algo salía mal”, reconoció Mbappé en una de sus presentaciones ante la prensa. “Limita la visión, el sudor queda impregnado, hay que retirarlo para que fluya. Tuve la impresión de estar en 3D y de que me invitaran a la Eurocopa como VIP. Sentí que no era yo quien jugaba”, consideraba.
En la previa al duelo por las semifinales de la Eurocopa entre galos y españoles, fue el seleccionador español Luis De la Fuente el que se refirió al tema en una entrevista con El Partidazo de COPE: “La gente tiene que saber que la máscara de Mbappé limita bastante”. De la Fuente mencionó un caso similar en su equipo: “Hemos tenido un caso parecido con Le Normand y no respiraba con normalidad, se fatigaba mucho y tuvo problemas musculares. Todavía no se ha visto la mejor versión de Mbappé. Seguro que limitado por lo que se produjo en el primer partido, pero tiene un potencial enorme”, aseguró el técnico.
A pesar de estas dificultades, la determinación de Mbappé se hace evidente en cada partido. Su capacidad de adaptación y el duro trabajo del equipo médico han sido cruciales para mantener sus esperanzas vivas en este torneo europeo y no haberse perdido el certamen continental. La presión es enorme, especialmente con un próximo duelo de alto nivel contra La Roja en el horizonte. La máscara puede ser un factor determinante, pero los defensores españoles tampoco deberán confiarse.