Las gigantografías y las pantallas Led lo exhiben en la emblemática Times Square como la cara principal no ya de la Selección Argentina, sino de toda la Copa América. Lionel Messi aparece sonriendo, festejando un gol, corriendo con la pelota dominada; en fin, de todos los modos posibles. Es un Messi amplio, multifacético y marketinero. El Messi que comenzó la Copa América con una actuación destacada en el debut ante Canadá, que bajó su nivel y se lesionó ante Chile, que miró desde el banco de suplentes la victoria ante Perú y que tuvo un regreso descafeinado y sin luces frente a Ecuador. Es el mismo Messi que sabe que el seleccionado campeón del mundo lo necesita inspirado para ganar los dos partidos que le faltan para dar una nueva vuelta olímpica.
La Copa América expuso como pocas veces antes el fenómeno de masas que representa Messi. A caballo de la globalización, la idolatría que le profesan los hinchas argentinos se ve acompañada aquí por la fiebre popular que despierta entre los futboleros de todo el mundo.
Mario Campos, un mexicano que lleva puesta la camiseta de su país, es uno de los 30 hinchas que están apostados ahora en la puerta del hotel Hilton Short Hills, la concentración del equipo en Nueva Jersey a la espera de la semifinal de este martes ante Canadá. “Manito, soy mexicano de Monterrey pero a Messi yo lo amo. Leo es el mejor. ¿Tienes una entrada para la semifinal?”, pregunta, desesperado por conseguir un ticket para poder asistir al estadio MetLife.
Ante la respuesta negativa, el mexicano comenta que en la reventa le piden “1.400 dólares por una entrada categoría dos” y, en tono de lamento, dice no disponer de ese dinero para ver un partido de fútbol.
César Cardona nació en San José de Puerto Rico, tiene 48 años y confiesa ser “fanático del fútbol argentino desde los tiempos de Maradona”. Ahora -agrega- quiere que “Argentina sea campeón especialmente por Messi”. Y remarca: “Tiene una sensibilidad especial. Es muy lindo verlo jugar. Me tocó verlo en Buenos Aires, en el estadio de River Plate, en un partido de las Eliminatorias para Qatar contra Uruguay.
Argentina ganó 3 a 0 y anotaron Messi, Lautaro Martínez y el otro gol no recuerdo de quién fue”. Rodrigo De Paul convirtió el otro gol albiceleste en aquel encuentro jugado el 10 de octubre de 2021 en el estadio Monumental.
Aníbal Céspedes, un hondureño que trabaja en la cocina de un restorán en Brooklyn, consulta si habrá alguna chance de ver de cerca al capitán del equipo argentino mientras bebe un café frío en la puerta de la concentración albiceleste. La respuesta es que probablemente lo pueda ver cuando el equipo salga al entrenamiento en el complejo Red Bull Arena y los jugadores se suban al micro. “A esa hora tendré que estar trabajando. Una pena”, se lamenta y luego cuenta que tiene una entrada para el choque ante los canadienses.
Al igual que en la previa del partido que Argentina le ganó a Chile el 29 de junio, los argentinos puros y también los adoptivos que adoran a Messi pasean por las calles de Manhattan con sus camisetas celestes y blancas. La mayoría tiene el 10 en la espalda y el apellido del rosarino del Inter Miami.
Desde Miami, precisamente, viajaron Fernando, Fabio y Alejandro, argentinos e integrantes de la filial de River en esa ciudad. “Miami cambió desde que Messi vive ahí. Es como si se le hubiese agregado un atractivo gigante a una ciudad que ya era hermosa de por sí”, asegura Fernando y Fabio y Alejandro asienten.
Aquí en Nueva Jersey, Messi recibió su cumpleaños 37 el 24 de junio. Lo vivió cerca de sus compañeros y de la hinchada argentina, que le regaló una torta. Y él salió a agradecerles al balcón de una de las habitaciones de este mismo hotel Hilton Short Hills en compañía del español Cristóbal Soria, amigo suyo y panelista de El Chiringuito de Jugones, el programa de fútbol más visto de la televisión española.
En su fuero íntimo, Messi sabe que en esta Copa América está en deuda con un equipo que extraña su mejor versión. Todavía no anotó goles y falló su penal en la definición por esa vía ante Ecuador. En ese encuentro, justamente, se notó que llegó con lo justo tras dejar atrás una lesión muscular en el aductor derecho. En el MetLife espera reencontrarse con sus gambetas punzantes, sus pases quirúrgicos y su capacidad goleadora para que Argentina acceda a una nueva final.
Sabe también Messi que a su amigo Ángel Di María le quedan dos partidos en la Selección ya que anunció su retiro del conjunto nacional para después de esta Copa América. El no lo dice públicamente, pero quienes lo conocen saben que quiere colaborar para que “Fideo” pueda cerrar su ciclo en la Selección con otra alegría.