El Arena de Riga acaba de tener una de las definiciones más insólitas en la historia del baloncesto en busca del único pasaje que otorga el Preolímpico desarrollado en la capital de Letonia a los Juegos Olímpicos de París 2024. Los protagonistas de un hecho pocas veces visto fueron Georgia y Filipinas en el cierre del Grupo A, que definió a los dos clasificados a las semifinales de la competencia.
En la previa al choque, los europeos estaban obligados a vencer por una distancia igual o mayor a 19 puntos porque tenían una diferencia de -28 (perdieron el primer cruce contra Letonia por 83-55) frente al 9 de su contrincante, que venció al anfitrión por 89-80. Y estuvieron muy cerca de lograr su cometido porque llegaron a ponerse 16-0 al comienzo y, en mitad del segundo cuarto, se impusieron 40-20, pero los conducidos por Aleksandar Dzikic perdieron terreno y, sobre la finalización del juego, marchaban arriba 96-93.
A falta de 2,8 segundos para terminar las acciones, Chris Newsome se hizo cargo de un tiro libre en la pintura. Anotó el primero de los dos que tenía (96-94) y, a la espera del último, llamó la atención una breve conversación entre Goga Bitadze y un compañero, en la que parecía advertirle que la escueta diferencia los dejaba eliminados. En medio de esta situación, Newsome falló y Bitadze corrió hacia la bola para meterla contra el aro, forzar el tiempo suplementario y soñar con llegar a la ventaja que necesitaban.
Sin embargo, el pívot de los Orlando Magic marró su intento por volcar la bola de manera burda en su propia cesta ante la mirada incrédula de otro de sus compañeros, Giorgi Ochkhikidze, quien se agarró la cabeza sin poder creer lo que acababan de fallar. Instantes después, las cámaras se concentraron en el entrenador del plantel georgiano, Dzikic, que hizo un gesto y aún no salía de su asombro por lo sucedido.
En conferencia de prensa, el coach de Filipinas, Tim Cone, no puntualizó en el accionar antideportivo, sino que se autocriticó por arriesgar el resultado favorable sin darse cuenta: “Falló un mate seguido, fue una mala decisión de mi parte como entrenador. Debería haberle pedido a Newsome que sostuviera el balón, que ni siquiera lanzara ese segundo tiro libre y cometiera una violación, esa hubiera sido una decisión inteligente. Simplemente me quedé en blanco y no pensé en eso. Tuvimos suerte de no ir a tiempo extra”.
En este sentido, señaló por qué no intentaron forzar la prórroga: “No pudimos ir a tiempo extra. Tuvimos la oportunidad de lanzar un triple al final para intentar llegar a tiempo extra y jugar, pero sentimos que no queríamos darles la oportunidad de intentar ampliar la ventaja en el tiempo extra”.
Por otro lado, Aleksandar Dzikic lamentó la manera en la que sus jugadores dejaron escapar un marcador en el cual llegaron a tener 20 unidades de margen: “Al final ganamos, lo cual es bueno, pero hoy era una misión imposible. Ganar por 19 puntos... Abrimos muy bien el partido, tomamos una ventaja de 16-0 y al final les permitimos 94 puntos. Somos un equipo creado para que nadie nos abrume con puntos, y la defensa no estuvo a la altura. Nos faltó concentración en defensa durante gran parte del partido. Estamos orgullosos de nuestros jugadores, los quiero mucho, pero al final no estoy satisfecho. Simplemente, creo que puedo hacerlo mucho mejor”.
¿Qué hubiera pasado si esa autocanasta entraba? Casi se puede decir con seguridad que tampoco hubiera servido y la resolución sería la misma. El reglamento de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) prohíbe las anotaciones en contra si buscaron ser intencionales. “Si un jugador convierte intencionadamente un lanzamiento en su propia canasta, es una violación y la canasta no es válida”, figura en el artículo 16, inciso 2.3. En cambio, si se convirtió de manera accidental, el intento valdrá 2 puntos y se anotará como si hubiesen sido logrados por el capitán en cancha del equipo contrario. Dado el movimiento poco disimulado de Goga Bitadze, tendría que haberse cobrado la ilegalidad de esa búsqueda.
Más allá de esta aclaración, Filipinas vive un sueño porque buscará dar el batacazo ante Brasil (líder del Grupo B) para ir a la final del Preolímpico, mientras que el segundo finalista saldrá del juego entre Camerún (segundo del Grupo B) y Letonia (primero del Grupo A). Georgia y Montenegro cerraron en el último lugar de cada zona y ya están eliminados.