Argentina consiguió un sufrido boleto a semifinales de la Copa América tras vencer a Ecuador en los penales con otra monumental actuación de Dibu Martínez, pero antes también debió atravesar algunas jugadas cargadas de polémica que derivaron en esta dramática definición desde los doce pasos.
En las últimas horas, Conmebol dio a conocer los audios del VAR en dos de las jugadas que tuvieron mayor impacto en el partido y debieron contar con la intervención de la herramienta tecnológica: el penal de Rodrigo De Paul que luego falló Enner Valencia y el empate de Kevin Rodríguez en tiempo de descuento.
En primera instancia, el árbitro uruguayo Andrés Matonte sancionó una pena máxima tras una supuesta mano del mediocampista argentino cuando todavía restaba al menos media hora de juego y recibió el visto bueno desde el videoanálisis.
Antes de exponer los diálogos arbitrales, la voz en off que difundió Conmebol aclaró: “En el minuto 59, luego de lanzarse un tiro de esquina, dentro del área del equipo celeste y blanco un atacante de azul oscuro cabecea el balón y este golpea en el brazo de un defensor, el cual se encuentra en una posición antinatural para la acción y ampliando su volumen, lo que se configura como infracción. El árbitro observa la acción y sanciona penal. El VAR, en su chequeo protocolar, analiza con distintos ángulos, velocidades y las consideraciones correctas para la acción. Confirma la decisión original de campo: mano sancionable penal”.
“Posible mano... Penal, ok”, plantea de entrada el uruguayo Leodán González desde la cabina del videoarbitraje mientras Matonte pitaba al mismo tiempo la falta. Al mismo tiempo que repasaba las distintas repeticiones, advierte: “Hay mano de amplitud. El jugador, con su brazo, agranda el cuerpo, bloquea. Es un brazo de bloqueo, asume un riesgo. Tiene todas las consideraciones para sancionar y le pega en la mano. En la derecha, que la que está abierta”.
En el debate que se desarrolló entre los jueces para evaluar en cuál de los brazos de De Paul impacta la bola, González insistió: “Pero le pega. Mirá cómo se le mueve el brazo. Baja izquierda”. Mientras dialoga con el AVAR 2, su compatriota Christian Ferreyra, conversa con el campo de juego para afirmar que está chequeando y vuelve a plantear que la pelota pega en el brazo derecho del mediocampista argentino: “Ahí, mirá. Se le mueve el brazo derecho. Ahí, se le mueve el músculo. Y vas a ver, se le mueve”. Finalmente, concluye: “El penal está confirmado, la mano está confirmada y voy a chequear la APP (Atacking Possession Phase / fase de ataque con posesión del balón) nada más. Penal confirmado, el balón bloquea en su brazo derecho. El jugador asume un riesgo poniendo el brazo en posición antinatural”.
En el análisis del tanto de Rodríguez, por otro lado, desde el organismo que regula el fútbol del continente plantearon: “En el minuto 90, un atacante de azul oscuro cabecea el balón y convierte un gol. En ese momento se encuentra otro atacante en posición de fuera de juego, quien no interfiere, no causa impacto y no afecta ni retrasa los movimientos del portero. En comunicación del árbitro con el árbitro asistente deciden otorgar el gol. El VAR en su chequeo protocolar, utilizando ángulos, velocidades y las consideraciones correctas para la acción, confirma la decisión de campo: gol”.
En este caso, Leodán debió evaluar distintos ángulos para respaldar la determinación del campo de sancionar un gol a pesar de que se podía interpretar que Jordy Caicedo molestaba la reacción de Dibu Martínez. Inicialmente, verifica que haya offside de ese jugador para luego sí hacer un chequeo vinculado a su intromisión en el gol: “Vamos a evaluar el impacto. Vamos a ver los movimientos. Él ve claramente el balón en todo momento”, dice en las primeras repeticiones.
“Para mí no genera impacto”, se escucha que le dicen fuera de micrófono, a lo que el hombre a cargo del VAR respalda: “Exacto. Él siempre ve el balón. El golero siempre, en todo momento ve el balón, y no le retrasa la visual”. En ese momento, el AVAR 1, el uruguayo Richard Trinidad, lo apoya: “El golero tiene libre en todo momento su movimiento”. González, entonces, repasa las normativas de juego: “Él ve claramente. La regla habla de que le afecte claramente los movimientos. Él siempre tiene la opción”. Trinidad, en ese caso, insiste: “Para mí, no le genera ningún impacto, no le retrocede en su movimiento. Para mí es gol”.
Tras confirmar la decisión del juez, Leodán indica: “La consideración que usamos al igual que ustedes en campo es que el golero en ningún momento se ve afectado claramente en la visual, ni el delantero le impide los movimientos”.