“Extinción de la relación contractual con el entrenador del primer equipo de fútbol”. Con ese escueto mensaje, Al Ittihad dio por terminado su vínculo con Marcelo Gallardo. En las gateras, ya tiene a su reemplazante: el italiano Stefano Pioli, quien estuvo al frente del Milan de Italia en la última temporada. Sin embargo, para anunciarlo, el club saudí debía romper con el Muñeco y su cuerpo técnico, con contrato hasta diciembre de 2025. Y dibujó de manera unilateral el punto final formal de una vínculo que se convirtió en tormentoso.
Es que no medió un arreglo económico para la ruptura: las partes nunca llegaron a un acuerdo en cuanto a la rescisión. Los medios asiáticos venían informando que el club debía pagar entre 20 y 30 millones de dólares (correspondiente a lo que resta del vínculo) para destrabar la salida. Pero las negociaciones al respecto no avanzaron. Eso no le impidió a Louay Nazer, presidente de los Tigres, anunciar el 20 de junio la inminencia del despido.
“La temporada pasada, Gallardo cometió errores importantes al pedir la destitución de Karim Benzema. Esto es completamente inaceptable para el proyecto Al-Ittihad. He pedido al departamento jurídico que estudie esta cuestión y se tomarán las medidas necesarias”, dijo entonces. Pues bien, ahora la institución dio otro paso hacia el quiebre definitivo, pero con muchos detalles por resolver.
La campaña, está claro, lejos estuvo de lo que todos deseaban. En la Saudi Pro League, acumuló 33 partidos, con 15 victorias, 4 empates y 14 derrotas. Su equipo finalizó en quinto lugar con 54 puntos y a 42 del campeón, el Al Hilal, que también lo eliminó en los cuartos de final de la Champions League de Asia.
Además, el Al Ittihad del Muñeco se despidió en las semifinales de la Copa de Campeones, perdió la final de la Supercopa de Arabia Saudita y sucumbió en cuartos de final de la Liga Árabe de Campeones, con la particularidad de que en todas las competencias fue eliminado por el conjunto que dirige Jorge Jesus.
Por potencial, el plantel aparecía en un tercero o cuarto escalón del país, detrás de Al Hilal -que dio la ventaja de no contar con Neymar por lesión) y el Al Nassr de Cristiano Ronaldo. Pero las lesiones y los cortocircuitos internos disminuyeron las posibilidades de los Tigres, que en el último tramo de la temporada mostraron su peor versión.
Sin embargo, la despedida de Gallardo va más allá de lo deportivo. Y no se dio antes por cuestiones económicas. A tres fechas del final, de manera oral, los dirigentes le advirtieron que planificaban el ciclo 2024/2025 sin él. Sin arreglo en cuanto a la rescisión, el cuerpo técnico del Muñeco continuó en funciones pisando suelo arenoso. En un limbo que empujó al periodismo a preguntarle sobre su futuro al final de cada partido. “Estoy esperando que los dueños decidan si sigo o no, la decisión es de ellos, no mía”, supo blanquear ante los medios en esa recta final.
“El entrenador Gallardo fue en contra de muchas de nuestras indicaciones, y tenía exigencias inaceptables, como la marcha del jugador Karim Benzema, que es una parte esencial de nuestro proyecto deportivo. Benzema, como ya he dicho, seguirá con nosotros”, fue otra de las sentencias del presidente Nazer hace dos semanas. Y puso de manifiesto el corazón del conflicto.
El ex enlace, de 48 años, desembarcó en Yeda en noviembre de 2023. Sin ofertas europeas que le cerraran del todo, más allá de que abrió negociaciones con Sevilla y Olympique de Marsella, y luego de un año sin trabajar tras sus ocho exitosísimas temporadas al frente de River Plate, aceptó el desafío de Al Ittihad, campeón defensor de la Saudi Pro League, que acarreaba un rendimiento irregular y venía de quedarse sin su DT, el portugués Nuno Espíritu Santo, que se había enfrentado con Benzema, al que acusó de falta de compromiso y de intensidad. Tal vez allí había una señal para el argentino.
Pero también contaba con varias razones para aceptar. “Tiene el Mundial de Clubes por delante, que es una vidriera importante. A Arabia están llegando futbolistas y entrenadores muy importantes. Y los equipos están vinculados con la Premier, porque los dueños también lo son de clubes como el Chelsea, el Newcastle... Es estar codo a codo con ellos”, le había explicado a Infobae Diego Borinsky, periodista y biógrafo del Muñeco; autor de su historia en tres tomos apasionantes: Gallardo Monumental, Gallardo recargado y Gallardo eterno.
Además, en Arabia lo venían tentando en continuado. En enero de 2023, cuando dirigió al Riyad Season, elenco de estrellas de la ciudad (con CR7 incluido) en el amistoso ante París Saint Germain (con Messi y Mbappé) lo habían tratado “como a un rey”. Y entonces ya le habían ofrecido un contrato impactante para quedarse dirigiendo en uno de los equipos de la élite. Dijo que no. Los meses pasaron y, con la abstinencia de banco de suplentes en el lomo y un cuerpo técnico bajo su responsabilidad, dio el sí.
La experiencia contaba con el bonus track de orientar a Benzema, a Fabinho, a N’Golo Kanté; todos futbolistas provenientes del primer nivel europeo. Pero luego del primer impacto de su muñeca, afloraron los chispazos. Por la catarata de bajas sin reemplazo del mismo status. Y por el affaire Karim, con el que tuvo varios cortocircuitos.
Uno de ellos se dio cuando el punta regresó tarde tras el receso de fin de año y le echó la culpa a una tormenta en su lugar vacacional. Primero quedó apartado del plantel y luego fue reintegrado a las prácticas. ¿Acaso se dio una tregua entre ellos? Más bien, pareció una imposición ante esas “desobediencias” del Muñeco de las que hablaba el presidente. Se sabe, a partir de la conducta que mostró en Núñez, el DT siempre priorizó “la salud” del grupo. En este caso, no lo consiguió.
Y esas diferencias continuaron aflorando. “No soy el mismo del Real Madrid. No es el mismo club, no son los mismos jugadores. Necesito ayuda en el campo, no puedo ganar solo”, llegó a declarar el delantero galo, de 36 años, en medio de la sequía que lo acosó ante el arco.
Ni hablar cuando, en un choque ante Al Hilal, el talentoso ariete debió cumplir una función diferente. “¿Ahora juegas con Karim por la izquierda? ¡Esto es un crimen! No tiene sentido. El fútbol necesita ser respetado”, escribió Gressy, hermano de Benzema, en su cuenta de Instagram.
La puja quedó en términos de “él o yo”. El punta ex Real Madrid comenzó a jugar mediáticamente con los rumores de una partida. ¿Conclusión? Con contrato hasta 2026, lleva dos entrenadores en el botinero. En medio de esa efervescencia, el ex River recibió la noticia de la muerte de Juan Berros, su histórico representante y amigo. Volvió a Buenos Aires apenas culminada la competencia y se recostó en su familia.
¿Cuándo volverá a dirigir? Es una incógnita. En los últimos días sonó en el Corinthians de Brasil, aunque todo indica que elegirá a Ramón Díaz. El anhelo de demostrar su valía en Europe luce pendiente, aunque dependerá del atractivo del ofrecimiento, máxime después del tropiezo en Arabia Saudita. Salvo una oferta de impacto, que lo movilice, tal vez se tome unos meses cerca de los suyos antes de pulsar el botón de reinicio.