En la puerta del hotel Intercontinental de Houston se juntan amigos, familias y también desconocidos a los que los une un solo motivo: intentar conseguir una foto con Lionel Messi o con alguno de los campeones del mundo en Qatar 2022. Hay una fuerte custodia para el plantel argentino: dos patrulleros del sheriff local y algunas motos policiales. Ajeno a la adrenalina de los hinchas, del otro lado del lobby hay un plantel que amasa un nuevo sueño deportivo: transformar a la Argentina en la Selección más ganadora de la historia de la Copa América. Hoy esa tabla está igualada en quince títulos por Argentina y Uruguay, mientras que Brasil completa el podio con nueve conquistas.
Aquí la rutina es diferente a la que vivieron en Miami para esperar el último partido de la fase de grupos ante Perú: no disponen de la noche libre para dormir junto a sus seres queridos ni de permiso para salir del búnker. Desde que el lunes a la nochecita se instaló en esta ciudad, la Selección está concentrada absolutamente en tratar de retener el título conseguido en la Copa América de Brasil 2021, cuando se impuso ante el representativo local en la final en el Maracaná y le puso fin a la racha de 28 años sin títulos a nivel mayores.
La previa del partido de este jueves a las 22 de la Argentina, las 20 aquí en el estado de Texas, es distinta a la del último partido. Se trata de una concentración más tradicional, un poco más estricta y cerrada. En Miami, muchos de los jugadores tienen departamentos propios, sin olvidar que Lionel Messi vive allí con su familia. Además, la ciudad es tan atractiva y ofrece tantos lugares seductores para ir a pasear o a cenar, que los futbolistas acordaron con el cuerpo técnico disponer de espacios para compartir con sus familias, especialmente a la hora de la cena y del descanso nocturno hasta el mediodía del día siguiente.
Aquí, en Houston, la vida del seleccionado transcurre de otra manera: entre los entrenamientos en el Shell Energy Stadium, la cancha del Dynamo FC, y una vida casi monástica en la concentración del hotel Intercontinental. Allí, los jugadores descansan, comen y pasan el tiempo ocioso jugando al truco, a la Play Station y al Fortnite, escuchando música y tomando mates en las habitaciones.
Con el interrogante sobre si Lionel Messi podrá jugar ante los ecuatorianos por la pequeña distensión que sufrió en el aductor derecho, el seleccionado aguarda el choque de cuartos de final con entrenamientos de a lo sumo una hora y media diaria porque el calor es asfixiante (alrededor de 40 grados de sensación térmica todos los días), sesiones de video para repasar las virtudes y los defectos de Ecuador, descanso con siestas impostergables y largas partidas de truco luego de la cena, siempre respetando que el descanso nocturno sea de al menos ocho horas.
Antes del almuerzo y en la previa de la cena, es habitual que se reúnan en alguna habitación para tomar mates y hacer más llevaderas las horas ociosas de la concentración. A la hora de escuchar música, el plantel prefiere la cumbia, el cuarteto y el reggaetón.
¿Cómo es la distribución de las habitaciones para los campeones del mundo? Hay dos jugadores que tiene su cuarto individual, uno es del capitán Leo Messi, el otro de Lautaro Martínez. ¿Quiénes comparten el resto de los cuartos? Así están formadas las parejas: los arqueros Rulli y Armani; los amigos desde los tiempos de River, Enzo Fernández y Julián Álvarez; Acuña y Guido Rodríguez; Rodrigo De Paul y Otamendi; la pareja de centrales Cuti Romero y Licha Martínez; Paredes y Di María; Pezzela y Tagliafico; los debutantes Carboni y Garnacho, Lo Celso y Molina.
“El truco siempre está presente. Este año no se armó un campeonato, como sí había pasado en la Copa América anterior o en el Mundial de Qatar. Pero igual hay tres trinomios que se destacan por sobre el resto: el de Messi, De Paul y Paredes; el de Enzo Fernández, Lautaro Martínez y Julián Álvarez; y el de Chiqui Tapia, Luciano Nakis (prosecretario de la AFA) y Daniel (Albornoz), el peluquero de la delegación”, comentó un integrante del plantel en diálogo con Infobae.
El lunes a la noche, unas horas después de la llegada a Houston, toda la delegación celebró junto a los tres cumpleañeros de la semana: Germán Pezzella (cumplió 33 el 27 de junio), Leandro Paredes (30 el último sábado) y Alejandro Garnacho (20 el domingo pasado), quienes posaron para las redes oficiales de la AFA junto al presidente, Claudio Tapia.
El propio Garnacho, Valentín Carboni, Enzo Fernández, “Cuti” Romero, Lisandro Martínez y Julián Álvarez, los más jóvenes del plantel, son los que más tiempo pasan jugando a la Play Station. Así y todo, el truco sigue siendo el pasatiempo principal de la mayoría.
En la Copa América de Brasil 2021, el tridente ganador al truco fue el conformado por Messi, De Paul y Paredes. Ese trinomio fue destronado en el Mundial de Qatar por el que integran “Chiqui” Tapia; el gerente de Selecciones Nacionales, Omar Souto; y Alberto Pernas, empleado administrativo de la AFA.
En el hotel The Westin Peachtree, de Atlanta, y en el Hilton Short Hills, de Nueva Jersey, el seleccionado vivió de manera similar a la de Houston: mucha reclusión y escaso contacto con el público.
Distinta fue la vida en Miami, con mayores libertades (acordadas con el cuerpo técnico) para que los futbolistas pudieran compartir más tiempo con sus seres queridos. “Es importante que los jugadores puedan estar en contactos con sus familias. Viene bien en medio de este tipo de competencias que duran cerca de un mes”, dijo Walter Samuel, quien reemplazó como director técnico a Lionel Scaloni ante Perú tras la suspensión de una fecha que le aplicó la Conmebol por la reincidencia del equipo en salir tarde a los segundos tiempos ante Canadá y Chile.
Con bajo perfil, encierro en las concentraciones salvo en Miami y enfocados en volver a dar una vuelta olímpica. Así esperan los campeones del mundo la recta final de una Copa América en la que quieren prolongar su comunión con el público.