El equipo de Cipolletti viajaba el sábado a las 13.30 rumbo a Bahía Blanca. Al otro día enfrentaba a Villa Mitre por el torneo del Federal A, donde marcha anteúltimo. Como siempre, su presidenta, Mónica del Río, salió de su casa un rato antes para ir a despedir al plantel. Cerró la puerta de su hogar y exactamente a las 13.10 atravesó el jardín y alcanzó la calle. Ahí un adolescente, según ella muy prolijo pero algo nervioso, le preguntó si se llamaba Mónica. Ante la respuesta positiva le dijo: “Tengo un encargo para usted”. E inmediatamente le entregó un sobre papel marrón y le aclaró: “Yo no tengo nada que ver con esto, me pagaron diez lucas para traérselo”.
Del Río, sorprendida, lo saludó y lo vio irse casi corriendo. Ganada por la curiosidad, abrió en forma inmediata el envío: adentro había seis balas calibre 22 milímetros y una nota terminante: “Llame a elecciones y váyase o esto termina peor”. Del Río, conmocionada por la situación, fue hasta la comisaría, denunció el hecho, desde ese sábado vive con custodia policial y ahora, ante Infobae, señala a la barra brava del club instigada por algún personaje de la oposición como los autores de tamaña amenaza.
“Claro que tengo miedo, pero también tengo una responsabilidad. Yo agarré a Cipolletti endeudado, con cientos de juicios y muy pocas actividades funcionando. Y lo puse de pie. Las finanzas están en equilibrio, hay nuevos deportes y el único problema es el fútbol, donde estamos anteúltimos pero todavía queda toda una reválida para no descender. Entonces esto no pasa ni por el aspecto deportivo. Acá hay gente que se quiere quedar con el club y usa a la barra para amedrentarme, porque no tengo dudas de que esto es obra de la barra brava”.
La barra del club tiene su historia y hubo un cambio de mando en el 2021 que trajo muchísima violencia a la tribuna del equipo rionegrino. Históricamente la popular era dominada por un grupo autodenominado “La banda del Tigre”, cuya referencia era el Tigrecito Ancao, que cayó detenido por una causa de narcotráfico y además era investigado por liderar una banda que hacía entraderas en la provincia. Ahí aprovechó para disputarle el poder una facción muchísimo más violenta, que se dio por apodo “Los Innombrables” y estaba al mando de David Miguelez, otro personaje con amplio prontuario y que estuvo detenido por liderar una banda de boqueteros.
En esa pelea, ganó el grupo Los Innombrables y desde ese momento le impuso al club sus condiciones de entradas, ropa, merchandising y puestos de comida y bebida. Pero el presidente de entonces, Pedro Gutiérrez, no pudo cumplir con el requerimiento de 300 tickets extra para el partido contra Vélez de la Copa Argentina 2022 y, como los barras armaron líos, cinco de los cabecillas ingresaron en el programa Tribuna Segura. La represalia fue feroz: le balearon la casa y Gutiérrez decidió renunciar.
Ahí y tras un interregno de tres meses, asumió para completar el mandato Mónica del Río. Quien admite ante Infobae que debió ceder ante la barra para vivir en paz. “No voy a negarlo porque sería necio y porque tampoco hay mucho compromiso del Estado para dar esta pelea: les di un puesto de venta de choripanes, ropa, un ingreso lateral para hasta 100 personas y hasta materiales para la construcción de un baño para hacer sus necesidades que al final nunca lo construyeron. Así que esto no viene por ese lado. Por el lado deportivo es cierto que estamos pasando un mal momento, pero hay tiempo para revertirlo y, como usted siempre señala, si la barra tiene sus cosas lo otro es secundario. Acá habrá elecciones en octubre y hay gente que se quiere quedar con el club, pero no le dan los años de socios para presentarse, porque tiene que tener ocho para acceder a la presidencia. Y busca usar a la barra para que renunciemos todos y, en esa acefalía, poder burlar el estatuto y quedarse con el club para hacer sus negocios. Y esto es lo que no podemos permitir”.
-¿Usted entonces piensa presentarse para otro mandato y hacer caso omiso a la amenaza de la barra?
-No lo sé. Si fuera por mí, sigo, pero tengo una familia y todos me piden que me vaya ante este peligro. Ahora estamos con custodia policial que hace rondines por la cuadra de mi casa todo el día y la fiscalía está investigando si hay huellas en las balas que me dejaron para dar con los delincuentes. Yo acabo de llegar de Tribunales, pero no logré identificar al chico que me dejó el sobre entre las decenas de fotos que me mostraron. Pero me daría bronca que, después del trabajo que se hizo, de cerrar un balance la semana pasada con el club sano, tengamos que ceder ante el miedo. Pero tampoco se puede vivir así.
Con el paso de las horas, la situación, lejos de calmarse, se está tornando más caliente aún. A punto tal que, en las redes sociales, la barra brava del club sacó un comunicado llamando a un banderazo echar a Del Río definitivamente. “Mónica del Río es la principal responsable de lo que está pasando, es soberbia y deja en evidencia que el club y sus hinchas no le interesan en lo más mínimo. Por eso estamos organizando un banderazo para este jueves 4 de julio a las 19 horas para terminar con lo que le está haciendo daño a nuestro club. Señora Del Río, hágale un favor al hincha y váyase” es el texto que difundieron. En otro comunicado además dicen que los directivos se quiere perpetuar en el poder y se quejan de que para ser presidente haya que tener una antigüedad de socios de ocho años, avalando el argumento que da la presidenta sobre el origen de la amenaza. ¿Qué va a hacer este jueves Del Río ante esta situación? Ella contesta.
“Voy a estar en el club, como siempre. A mí no me van a mover por redes sociales ni por un banderazo de la barra. Ya di aviso a la Policía para que intervenga si no es pacífico y nos cuide a nosotros y a los socios de verdad. Si la barra ni siquiera paga cuota social. ¿Tengo miedo? Sí. ¿Tengo una responsabilidad? También. Y yo no voy a dejar el club en manos de unos facinerosos”.
Lo cierto es que, además de la tensión de esta tarde, Cipoletti juega el domingo de local con Germinal de Rawson y ya no tiene opción de evitar caer en la Reválida para no descender. Y ahí sí puede expresarse el hincha común. Ante esto, Del Río afirma: “Pienso que va a ir mucha gente a insultarnos. Y bueno, que vayan, que llenen la cancha y que el jugador también caiga en esta situación porque algunos parece que no entienden el club en el que están y no nos representan como debieran. Hay algunos que caminan la cancha y no son Messi para caminar. Igual confío en que vamos a cambiar el chip para la Reválida y nos vamos a quedar en el Federal A. Pero además, el club no es sólo fútbol. Si la gente ve cómo agarré la institución y cómo está ahora, después de descargarse por el presente futbolístico del equipo nos va a valorar”.