Merih Demiral, defensor de la selección de Turquía, fue suspendido por la UEFA por los próximos dos partidos de la Eurocopa. La decisión se debe a un gesto simbólico mostrado durante la celebración de su segundo gol en el partido de octavos de final contra Austria. El símbolo en cuestión está asociado a “Los Lobos Grises”, un movimiento ultranacionalista y neofascista de derecha extrema en Turquía. La normativa de la entidad prohíbe cualquier tipo de mensaje político tanto en las gradas como en el campo de juego.
Esta sanción impedirá que Demiral participe en el próximo encuentro de cuartos de final contra Países Bajos del sábado y, de avanzar su equipo, también se perdería las semifinales. El gesto realizado por el jugador con las manos es identificado con la ideología del grupo “Ulkucu”, también conocido como “Los Lobos Grises”, una organización considerada ultranacionalista. Dicho gesto está prohibido en varios países europeos, incluidos Austria y Alemania, sede del máximo torneo de selecciones en el Viejo Continente.
El propio Demiral se mostró desafiante al ser cuestionado sobre su gesto, afirmando que siente “un fuerte sentimiento por su país” y que está “tremendamente orgulloso de ser turco”. También compartió una fotografía en sus redes sociales acompañada del mensaje “¡Qué feliz el que dice ser turco!”.
Esta acción se alinea con otros castigos de la UEFA en relación con manifestaciones políticas. En un incidente similar, el jugador albanés Arlind Daku fue sancionado con dos partidos por cánticos nacionalistas tras un partido de fase de grupos.
Otro caso reciente involucra al jugador del Real Madrid, Jude Bellingham, quien fue multado con 20.000 euros por realizar un gesto obsceno en la celebración de un gol contra Eslovaquia. Aunque esta sanción no le impedirá participar en el próximo partido de cuartos de final contra Suiza. Bellingham justificó su acción como una broma interna hacia amigos cercanos presentes en el estadio.
El particular festejo de Demiral había provocado reacciones en el ámbito político. Nancy Faeser, ministra del Interior alemana, había expresado su descontento en las redes sociales tras ver el saludo que hizo el jugador que milita en el fútbol saudí: “El símbolo de la extrema derecha turca no tiene cabida en nuestros estadios”. “Nuestras autoridades de seguridad vigilan de cerca a los ultraderechistas turcos en Alemania. Los lobos grises están bajo observación de la Oficina Federal de Protección de la Constitución”, agregó. El medio alemán Der Spiegel citó a dicha entidad y remarcó que dicho grupo se basa en una “ideología nacionalista, antisemita, racista de extrema derecha” entre cuyos objetivos figura la creación de un imperio desde los Balcanes hasta China.