Luciano De Cecco habló sobre la salud mental y contó su historia: “No lo sabía nadie, volvía a mi casa y me quedaba encerrado”

El capitán de la selección argentina de vóley reveló que atravesó por una situación depresiva en Italia. Los detalles

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El relato de Luciano De Cecco sobre la salud mental

Luciano De Cecco es considerado uno de los máximos referentes de la historia del seleccionado argentino de vóley. El experimentado armador de la Albiceleste, ha dejado una marca indeleble en el deporte nacional, cuando lideró al equipo criollo a lograr la heroica hazaña en los Juegos Olímpicos que organizó Tokio en 2021 (se disputaron un año después de su fecha oficial debido a la pandemia) que culminó con la obtención de la medalla de bronce. Con la misión de defender el podio en París 2024, tras asegurar la clasificación en la Volleyball Nations League, Cachete decidió abrir su corazón para hablar de los problemas de salud mental que atravesó al mismo tiempo que transitaba una notable trayectoria cargada de éxitos deportivos en Europa.

El capitán argentino confesó recientemente que ha enfrentado una batalla personal contra la depresión y subrayó la importancia de abordar la salud mental con una anécdota impactante. En una entrevista con el canal de YouTube Clank, De Cecco recordó su lucha tras la cita olímpica de la capital japonesa. “Quería ser perfecto dentro de lo imperfecto y después de Tokio exploté. Estrés postraumático derivado en depresión, no me acuerdo bien el diagnóstico. Durante ocho meses vi negro”, confesó.

Y en su relato continuó una descripción sin omitir ningún detalle: “Volvimos de Tokio, hicimos la cuarentena y volví a Europa, al club. Paso una semana bien y empecé a soñar raro, que me comían cocodrilos, cosas así. Me despertaba con taquicardia. Pasó una, dos, tres veces hasta que me daba miedo dormir. Me empecé a dormir a las seis, después no me dormía, tenía miedo de dormir con la luz apagada. Fui con un psicólogo y me diagnosticaron eso”.

Durante su estancia en el club Lube Civitanova de Italia, la figura internacional comenzó un tratamiento con su psicoanalista, aunque inicialmente no encontró alivio. “Terminaba la charla y me sentía peor”, dijo. “No lo sabía nadie. Iba a entrenar, jugábamos, ganábamos partidos, pero yo volvía a mi casa y me quedaba encerrado. Mi técnico se dio cuenta y me invitó a cenar para preguntarme qué me pasaba. Yo no sabía si decirle o no, no quería que se enterara mi familia porque estaban a miles de kilómetros. Se lo dije pero le pedí que no le cuente a nadie. Iba casi sin dormir a entrenar”, explicó.

La situación comenzó a mejorar cuando conoció a una jugadora de vóley y encontró apoyo en charlas anónimas a través de Zoom. “Empecé a seguir algunos tips, me autodediqué a algunas cosas, le di menos importancia al vóley y más a mí. Me di cuenta de que el vóley no era todo, algo que creí durante 14 años. Ahora tengo una relación con mi familia más fuerte y más amigos”, relató.

Mientras intentaba encontrar una sanción en la intimidad a sus problemas de salud mental, De Cecco continuó jugando a un alto nivel hasta que decidió abrirse ante sus compañeros: “Ganamos la Copa Italia, llegamos a semifinal de Champions, salimos campeones y en el vestuario festejando les conté a todos lo que me había pasado. Estaban todos blancos, algunos se enojaron porque no me abrí con ninguno”, recordó.

El deportista transitó por situaciones difíciles y atravesó pensamientos extremos, los cuales ahora decidió contar públicamente para intentar ayudar a aquellos que conviven con problemas similares: “He tenido pensamientos suicidas, hasta me compré unas pastillas por si acaso. Llegué a tocar el punto más bajo”. “Las tengo todavía en mi casa, nunca las voy a tocar, ahora me mudé y las puse en una caja pero me las llevo. Me hacen dar cuenta de cuánto valoro la vida, me hacen tratar de dar cuenta de que donde estuve no voy a volver a estar. Pero las voy a tirar. Era una excusa para autoconvencerme de que tenía que seguir trabajando en mí mismo para no volver a estar como estuve antes. Estoy seguro de que no me va a volver a pasar”, concluyó con esperanza.

El ya histórico deportista argentino explicó en detalle los motivos que lo empujaron a relatar su historia sin ningún tipo de censuras: “Yo soy parte de los que no hablan (sobre salud mental) y está mal. Los invito a todos que hablen. Si la gente que sufre estas cosas, no hablan, nadie lo va a hacer. El médico del club, cuando se lo dije, me dijo es normal: vos nunca me vas a venir a decir ‘che, sufro esto’. Porque el inconsciente no te lo hace hacer, y el consciente vos no estás tan consciente como para darte cuenta que tenés que hacerlo. Yo me refugié en hablar con otra persona, que seguramente esa persona no sabe qué hacer cuando vos le decís ‘che siento esto’. Porque no está preparada. Ni tu mamá, ni tu amigo, amiga, compañero, novia, esposa, quién sea, no están preparados a qué hacer ante estas situaciones. Nadie sabe el infierno que uno vive dentro suyo”.

Con el boleto para la selección masculina de vóley, ya son 128 las plazas seguras que tiene Argentina camino a París 2024. Jugadores como el propio Cachete, Agustín Loser, Bruno Lima y el líbero Santiago Danani, que ya fueron parte de la gesta en Tokio para lograr el bronce luego de vencer a Brasil (3-2), y parte de la nueva camada de la mano de Luciano Palonsky o Nicolás Zerba, Argentina puede soñar con ser un rival de peligro para cualquiera en la Ciudad de la Luz.

En el país existe el Centro de Asistencia al Suicida Buenos Aires. Cualquier persona en crisis puede llamar confidencialmente marcando 135 (línea gratuita) o al (011) 5275-1135 las 24 horas del día. Está también el Centro de Atención al Familiar del suicida (CAFS): Tel. (011) 4758-2554 (cafs_ar@yahoo.com.arwww.familiardesuicida.com.ar).

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