Carlos Zambrano y Darío Benedetto protagonizaron un particular episodio a mediados de 2022 en Boca Juniors, cuando en el entretiempo de un partido ante Racing en el Cilindro de Avellaneda, el Pipa le propinó una trompada al peruano, que salió a jugar el segundo tiempo con el pómulo izquierdo hinchado. Quien contó detalles de aquella gresca entre compañeros fue Luis Advíncula, compatriota del defensor en su seleccionado nacional y todavía ladero del Pipa en el plantel azul y oro.
“Yo estaba. Perdió. Se lo regalaron, de gratis, pero le tocó perder”, fue la respuesta corta y contundente de Advíncula cuando le preguntaron por la piña de Benedetto a Zambrano hace un par de años. Y detalló: “Lo que pasa es que Benedetto iba adelante y él iba atrás, Benedetto gira y Carlos no se iba a esperar que le pegue un guantazo. Él reacciona, pero lo agarran. Tu sabes que ahí ya todos se meten. Y ahí, cuando las aguas se enfrían, ya está”.
El Rayo, que retornó a Argentina para sumarse a la pretemporada con Boca después de la eliminación de Perú en la Copa América (donde también fue protagonista Zambrano), rememoró además que él mismo echó un poco de leña al fuego a su coterráneo: “Igual yo metí mi candelita. ‘¿Te vas a quedar así?’, le dije. ‘Lo agarro’, me dijo. ‘Lo agarro, lo agarro’. Qué lo va a agarrar, a nadie agarró”. Su frase despertó las risas de quienes lo entrevistaron en el programa Enfocados.
“Carlos es un tipo al que se le saltala cadena, pero de vez en cuando también piensa. Iba a ser un problema más que él lo busque para pelearse. Todo el mundo se entera de lo que pasa en Boca. Todos, todos. Entonces yo creo que al final el Trinchudo (por su pelo duro) actuó bien”, concluyó sobre aquel episodio Advíncula.
Hace algún tiempo, el propio Zambrano había contado en primera persona cómo habían sido los hechos: “Fue la primera vez que perdí. Si me pegás, yo voy para adelante. No tengo problema. Pero fue a traición. Se equivocó, lo reconoció en su momento, pero yo me quedé con la espina. Esa huevada se resuelve ahí calentito, yo quería resolverlo ahí. Pero entró al camerino y me pidió disculpas llorando. Se equivocó y toda la gente sabía que se había equivocado”.
La versión del Kaiser coincide con la que precisó Advíncula ahora: “En el túnel inflable, él seguía hablando huevadas y yo atrás refutándole todo. Ya estaba todo caliente, nos hablábamos con palabras muy altas. Y ahí volteó y me dio uno de arranque. Yo quiero reaccionar, uno se va para adelante directo, pero los compañeros se metieron a separar”.
Zambrano también repasó cómo siguió su relación con Benedetto después de ese cruce violento: “Pensaba que iba a llegar el momento para darle la ‘sin razón’. Pero nunca llegó. No llegó el momento. Porque en el entrenamiento él era más cordial conmigo. Igual dije, en algún momento iba a haber enfrentamientos delantero-defensor. Estaba esperando el momento, pero no, no me presionaba. Quedó ahí, son cosas del fútbol que no deberían darse”.
Por su parte, Advíncula también comentó que Zambrano fue clave en su arribo al club de la Ribera: “Carlos fue el que me recibió cuando llegué. Fue el que me acopló al grupo. Igual a Carlos lo conozco de toda la vida, al Trinchudo, así que a mí me sirvió de mucho tenerlo en Boca para adaptarme mucho mejor”.