Luka Gavran es el arquero del Toronto FC. Tiene 24 años, lleva el número noventa en la espalda, es canadiense con descendencia croata y está a dos centímetros de medir dos metros. Es su primer año como futbolista de la MLS. Disputó ocho de los 21 partidos que jugó su equipo, le hicieron 16 goles y en dos partidos mantuvo la valla en cero. Pero esta noche será noticia. Faltan segundos para que termine un partido que en verdad ya debería haber concluido. Van casi siete minutos de adición y el árbitro Sergii Boiko dio seis de agregado. Cuando Luka saque largo de su arco, el encuentro entre el Atlanta United y Toronto FC ya tendría que terminar.
Van 1 a 1. Thiago Almada puso el 1 a 0 a favor de los locales con una jugada magistral que armó con el mexicano Daniel Ríos sobre el epílogo de la primera etapa, cuando se jugaba el segundo minuto de los cinco que había añadido el árbitro. En el primer minuto del segundo tiempo, el italiano Federico Bernardeschi desbordó por izquierda, se acomodó hacia el corazón del área y definió cruzado para estampar el empate. En la zona que lidera el Inter Miami, Toronto iba octavo, con 24 puntos y un partido más, y Atlanta, noveno con 21.
El delantero senegalés Jamal Thiaré había ingresado en el minuto 58 por Ríos. Gavran le contuvo dos ocasiones de gol con grandes intervenciones. Pero Jamal tenía guardado un intento más. Ocurrió cuando el partido ya agonizaba. El reloj cuenta minuto 96 con 52 segundos. El arquero canadiense tiene que sacar del arco para que termine el partido en empate. Espera que su equipo se despliegue en ataque. La pica una, dos veces. Quiere jugar un pelotazo largo. Saca mejor desde el piso que en volea así que la deja en el suelo para lanzar con su pierna derecha.
Pero no ve lo que ni sus compañeros ni el director de cámara percatan: la presencia agazapada de Thiaré a su espalda, esperando su error. El delantero había ido a tomar agua de la botella que los arqueros dejan cerca de sus palos, tal vez por sed, tal vez para quedar fuera del radar de su rival. Como un depredador sigiloso, observa con paciencia la maniobra. Cuando Gavran la suelta confiado de que está solo, Thiaré aparece sorpresivamente, se la roba, la tira para un costado y define en el borde del área grande con el arco a su merced. Es el 2 a 1 para Atlanta, que se lleva los tres puntos sobre la agonía de un partido cuyo final recorrerá el mundo en redes sociales y que se volverá a recordar en los compilados de fin de año como uno de los goles más insólitos de la temporada.
Mientras a Luka Gavran, sus compañeros lo consolaban, a Jamal Thiaré sus compañeros lo abrazaban. Es el quinto tanto del senegalés en el Atlanta United, a donde llegó en condición de libre procedente del Le Havre de la Ligue One de Francia. Por el momento, jugó 17 encuentros en la liga estadounidense y ya le marcó un doblete a Chicago, uno a New York City y el restante al Inter Miami en la victoria por 3 a 1: Messi convirtió el gol del equipo derrotado.
“Campeón del escondite”, lo describió la cuenta oficial del Atlanta United, luego de que describiera el gol como “legendario” y al partido como “una noche que nunca olvidaremos”. Con este resultado, Atlanta iguala la línea del Toronto de 24 puntos con un partido menos al cabo de la fecha veintiuno pero lejos del líder, a veinte puntos del Inter Miami de Leo Messi. Atlanta y Toronto son los únicos dos equipos de la zona A que están clasificándose al repechaje para entrar a los playoff, aunque falte aún toda la segunda etapa. El gol del senegalés de 31 años podría ser clave para las aspiraciones del equipo del argentino Thiago Almada, capitán y líder del equipo que fue comprado recientemente por el Eagle Football Group a cambio de veinte millones de dólares y seguirá seguramente su carrera en el Botafogo brasileño antes de iniciar su excursión europea en el Olympique de Lyon.