Lionel Messi comenzó a jugar un nuevo torneo con la camiseta de la selección argentina. A pesar de la conquista en el mítico Maracaná ante Brasil y de lo que fue conseguir el Mundial en Qatar, el astro rosarino afronta el desafío de repetir el título de la Copa América junto con sus compañeros en los Estados Unidos.
A la espera del partido ante Chile por la fase de grupos a jugarse en el estadio Metlife de Nueva Jersey, se publicó una nueva entrevista del número 10 de Argentina. En diálogo con Juan Pablo Varsky en su canal de streaming Clank!, Messi repasó su historia en una charla futbolera en la que dio varias definiciones: sus inicios en Newell’s, su llegada al Barcelona y cómo empezó su relación con Guardiola.
Además, el jugador del Inter Miami confesó su deseo de conocer a Michael Jordan, brindó detalles de lo que fue la definición contra Francia y el rol clave que tuvo Rodrigo De Paul, al que comparó por su forma de ser con el Pocho Lavezzi, a la hora de insertarse en el grupo que se conformó de la mano de Lionel Scaloni y celebró la Copa del Mundo en el Lusail de Qatar.
Las definiciones de Lionel Messi
La foto con Jordan: “Me parece a nivel deportivo lo más groso que hay. Después de haber visto la serie de él y conocer un poco más, es impresionante. Eso me acercó mucho más y conocer más de lo que fue él y es una lastima que no haya podido vivir esa época. Verlo en vivo me hubiese encantado. La verdad es que no sé mucho de básquet ni soy muy seguidor pero creo que fue algo diferente en todos los deportes, no solo en el basquet. Es una admiración muy grande… me pidieron tantas fotos, y tener una con él sería re lindo”.
Las razones de sus “caminatas” en la cancha: “Veo el posicionamiento del rival, de cómo quedan parado ellos cuando nosotros no tenemos la pelota. Nosotros en Barcelona, que siempre fuimos protagonistas, y ahora en la selección. Yo intento hacer eso, alejarme de la marca, salirme del partido y lo que está pasando para, si recuperamos, estar bien perfilado o solo, y tener un tiempo para iniciar una contra o una jugada. Generalmente estudio como queda parado el rival cuando ataca”.
Por qué es tan autocrítico: “Siempre fui muy autocrítico, creo que soy el primero que sé cuando hago las cosas bien o mal. Durante el partido intento no irme nunca. Por ahí hay muchas veces que no participo pero no dejo de estar metido en el partido y ver lo que va a pasar e intento hablarme y no irme del partido. Muchas veces me puteo por algunas jugadas. me digo de todo. Por ejemplo en la jugada del Mundial (que termina en gol de Francia) me quería matar, porque si bien fue una pérdida lejos del arco nuestro, era una pelota que la perdí por querer hacer una demás, por no buscar ir hacia adelante y porque también cuando quise hacer el último pasito la pelota me quedó lejos y me la sacaron. Pero sí, en el mismo partido soy autocrítico conmigo mismo e intento superarme y volver a estar en contacto con la pelota para volver de nuevo al juego.
La pelota que perdió en la final del Mundial y terminó en el 2-2 de Francia: “Por más que la pierda arriba, podía estar lejos del arco, pero uno se siente culpable y ese día me dio mucha bronca de haber perdido esa pelota y que haya pasado eso después del partido que veníamos teniendo”.
Su cambio de mirada frente a las derrotas: “Con el tiempo se aprende de las derrotas, por ahí cuesta porque hay derrotas que son difíciles de superar o a mi, por lo menos, no me gusta revivirlas. Pero a la larga ayuda y te hace crecer. Desde la llegada de mi primer hijo cambió mucho mi forma de ver las derrotas. Yo perdía un partido y podía estar dos o tres días encerrados sin querer hablar con nadie, ir a entrenar mal, con la cabeza pensando en todo. Pero cuando llegó Thiago me cambió todo, llegar a casa y verlo a él me hacía olvidarme un poco de lo que había pasado”.
Su llanto tras su primer partido con la Selección: “Me acuerdo que toqué dos o tres pelotas. Había hecho un arranque antes de la jugada que me echan, muy parecida, pero no entendía nada cuando me habían echado porque me había pasado un montón de veces eso de que me agarran y querer sacármelo de encima. El árbitro tampoco tuvo nada de tacto, simplemente me echó, que tampoco era para roja. Fue durísimo para mí porque significaba mi debut, mi primer partido y que sea de esa manera. Yo entré al vestuario muerto, no me podían contener, pero el vestuario me arropo muchísimo, el Kily (González) me decía: “A mí me pasó lo mismo y después jugué en la selección nosecuantos partidos”. El fue muy cariñoso, se me pegó y me cuidó, tanto él como todos. Scaloni también contó que el primer pase me lo había dado él”.
Por qué es tan competitivo: “La competitividad no se me va a ir nunca. Soy así, nací así y es muy difícil que se me vaya. Me cuesta hasta dejar ganar a mis hijos, igual lo del UNO era para hacerlo calentar. A ellos no les gusta perder a nada, son muy parecidos a mi. Está bueno ser competitivo también pero aprendí a saber perder, a sacar cosas positivas de las derrotas y entendí que son más veces las que se pierden que las que se ganan. El fútbol es un deporte donde podes ser 10 veces mejor que el rival y podes perder. El mejor equipo de una competición no es campeón ni llega a la final. Hay cosas en el fútbol que es muy difícil encontrar explicación.
El rol clave de De Paul en su llegada al nuevo grupo: “Me pasó que me costó mucho volver a la selección después de lo que pasó porque eran todos nuevos, porque yo no conocía a ninguno personalmente. A mi se me hace muy difícil entrar en los grupos por mi forma de ser, a pesar de que pasé mucho tiempo en la selección. Me costó. Ellos ya venían de jugar un par de amistosos y haber ganado un par de partidos, ya se conocían, y era también como el inicio de ellos, de una nueva generación. En ese momento Rodrigo me ayudó mucho por su manera de ser. Me acuerdo que cuando lo conocí me recordó mucho al Pocho (Lavezzi), era muy parecido, muy alegre y muy bueno para el grupo. Hacía que todos sacáramos lo mejor de nosotros. El primer dia se me acercó, estuvimos hablando, con Ota (Nicolás Otamendi) también. Hizo que yo entrara al grupo mucho más rápido de lo que hubiese imaginado. Creo que fue una ayuda para los dos lados, que él me integrara al grupo y mi postura de sacarme la vergüenza e intentar ser yo el que de el paso para acercarme a los chicos también, porque era algo nuevo para todos y enseguida fue muy sencillo porque cuando hay buena gente es mucho más fácil.
El cambio después del 2019: “Yo creo que cuando el grupo se sintió más fuerte y preparado para grandes cosas fue después de la Copa América. Scaloni decidió cambiar de táctica por la manera de jugar de Qatar y porque era un partido donde teníamos que ganar para pasar. Siendo realistas nosotros defensivamente aportábamos poco, pero no nos quedaba otra que ir a buscar el partido y ganar con Lautaro y el Kun. Teníamos en ese momento los medios para hacerlo y por suerte ganamos y creo que nos sentimos cómodos jugando de esa manera. Ya con Brasil sentimos que hicimos un gran partido (en la final). Que más allá del resultado fuimos superiores en el juego. A partir de ahí se fue dando. Encontramos unos medios maravillosos, donde la mayoría en algún momento fue enganche y eso se nota mucho. Cuando tenes mucha posesión, el enganche generalmente es un jugador diferente y que pierde pocas pelotas y nosotros en el medio empezamos a perder poco y tener muchas posesiones. A partir de ahí nos fuimos haciendo fuertes. Si bien es verdad que hoy por hoy ya no existen los enganches, todos los medios tienen muy buen pie y encontramos un poco lo que era Xavi, Iniesta y Busquets, sin comprar, lo encontramos en la selección también. No me gusta comparar, pero en las selecciones anteriores tuvimos juegos muy buenos: en la Copa América 2016 en EEUU esa Selección jugaba muy bien con Ever, yo… Pero en esta se dio un poco todo”.
El peor vestuario de su carrera: “El 2016 fue el peor vestuario en cuanto a tristeza. Era la tercera seguida. Habíamos hecho una Copa América muy buena, llegando a la final siendo muy superiores. En esa final a Chile, a nivel de juego fuimos superiores, y volvíamos a perder en penales. A raíz de todo eso pasó lo mio y mi declaración. Cuando erré el penal me quería matar porque era el primer penal, el que nos ponía en ventaja. Le quise pegar fuerte cuando sabía que no hacía falta, que tenía claro que a Bravo lo conocía y bueno, ahí me hice la cruz a mi mismo por no poder poner en ventaja al equipo después de que ellos habían errado”.
Cuándo decidió cómo iba a patear el penal en la final del Mundial: “Pensé en estar tranquilo, en no traicionarme, no apurarme, no querer patear rápido. El estar convencido de seguir pateando de la misma manera que pateaba los anteriores, y así lo hice”.
Su importancia con las estadísticas: “No le doy bola a las estadísticas, ni a las asistencias o a los goles y mucho menos a los GPS (perdón a los profes). Nunca me importó el cuánto corro en un partido o a qué velocidad, o todo lo que miran ellos. Sé que puede ser importante y les puede servir para el día a día por la carga de entrenamientos, pero personalmente nunca fui muy amigo de eso”.
El significado del cuidado físico: “Hoy le doy mucha importancia al físico. En 2014 sentía que tenía que hacer un cambio, no me sentía bien y sentía que podía sacarle mucho más rendimiento a mi físico y Martín me hizo conocer al doctor al que estuve yendo un par de años y aprendí mucho con él. Después fui agregando y cambiando cosas, volviendo a hacer cosas que hacía antiguamente. Pasa mucho por la confianza de la persona que te guía y que te intenta ayudar. Saber también lo que te hace bien, lo que no. Yo intenté crecer en ese aspecto, en lo preventivo, en el cuidado, en los isquios que yo tuve muchas lesiones. Hacer trabajos de fuerza, que nunca hice mucho de eso, de gimnasio. Agregar todo lo que pueda ayudar para seguir rindiendo. Siempre me entreno al máximo. Hoy me conozco desde lo físico y sé cuando puedo dar el 100 en un entrenamiento, pero muchas veces cuando empieza un reducido o un campeonato siempre quiero ganar o me molesta el no ganar”.
Su resistencia a las patadas: “Siempre jugué con chicos más grandes, siempre me cagaron a patadas por bronca, por calentura o por querer sacarme la pelota y llegar tarde. Siempre intenté seguir y jugar y tener la pelota. Me gusta tener la pelota en los pies, generar, que pasen cosas cuando la tengo y cuanto más fluido sea el juego y menos se pare también ayuda a mi juego”.
El valor del grupo de la Selección: “Cuando hay grupos fuertes y buenos no hay problema en putear a un compañero, siempre y cuando sea para bien del equipo y el grupo, creo que puede pasar. Nosotros tenemos la oportunidad de estar en un grupo muy bueno y muy unido que nos llevamos muy bien y puede pasar, pero no pasa nada”
Cuándo reconoció que era un buen jugador: “Cuando empecé a jugar no era consciente. Me encantó el fútbol como la mayoría, desde muy chiquito. Más allá de mis responsabilidades. Siempre intenté divertirme. Incluso, ahora más todavía. Después de conseguir todos los objetivos, hoy después de haber conseguido todo, estoy disfrutando como aquel chico. Sé que cada vez falta menos y son menos los años que me quedan”.
Su relación con Guardiola: “Estaba medio renegado, con cara larga, quería ir a jugar los Juegos Olímpicos. Es una persona muy inteligente, se da cuenta de todo. Yo soy muy transparente, y me conoció rápido. Por eso enseguida me agarró, pero más o menos pasó me dijo ‘andá ganá los Juegos, disfrutá y volvé”.
La forma de ser de Pep: “Estaba en todo. El cuidado, descanso, alimentación, pero tampoco era tan estricto. Bajaba una línea y nos enseñaba que era lo mejor. Pero después dependía de cada uno. Si empezamos a comer todos juntos en el club. Ahí ya te alimentabas diferente. Pero bueno, cuando uno es joven, no te das cuenta. Hoy cambio. El jugador se empieza a cuidar de más joven”.