Cómo funciona la tecnología del “electrocardiograma” que anuló el gol de República Checa e intervino en el penal para Georgia en la Eurocopa

Un chip instalado dentro del balón envía la información precisa sobre el momento del impacto y en este duelo del Grupo F fue clave tanto para anular el tanto de Hlozek como para sancionar el penal que Mikautadze cambió por gol

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La tecnología aplicada al fútbol avanza a pasos agigantados más allá de los debates que siguen abiertos y en cada gran torneo queda en evidencia cuando se aplican los formatos innovadores para ayudar a los árbitros. Esta Eurocopa 2024 trajo como particularidad el sistema para detectar de manera más veloz cuando la pelota impacta en la mano y rápidamente el sistema se popularizó como “electrocardiograma” por el gráfico que muestran en la pantalla de las transmisiones para ejemplificar lo sucedido.

Si bien ya hubo ejemplos en estas dos primeras fechas del certamen de selecciones más importante a nivel continental de Europa, la herramienta fue fundamental en el empate 1-1 entre República Checa y Georgia por el Grupo F de la competencia.

A los 22 minutos del primer tiempo, tras la anotación de Adam Hlozek que ponía al frente del marcador a los checos, el árbitro principal Daniel Siebert anuló el gol a instancias del VAR que comandó el alemán Marco Fritz en una resolución que se tomó en segundos. El juez ni acudió a revisar las imágenes porque la Regla 12 de la IFAB indica que es infracción si se anota un gol “directamente con la mano o el brazo —incluso si la acción se produce de forma accidental—” o “inmediatamente después de que el balón le toque en la mano o el brazo, incluso de manera accidental”.

Pero el toque de Hlozek fue casi imperceptible y se necesitaba de varias revisiones para cotejar el impacto en la mano. Y para despejar cualquier tipo de dudas del ojo humano contó con el respaldo de la unidad de medición inercial (IMU, por sus siglas en inglés). Este sensor, situado en el centro del balón, envía un paquete de datos 500 veces por segundo a la sala del VAR, lo que permite detectar con absoluta precisión el momento exacto en el que se golpea el balón. En TV eso se muestra como si fuese el gráfico de un “electrocardiograma”, tal cual bautizaron a este método en redes sociales miles de fanáticos.

El chip está instalado en el centro del balón sostenido con unos tensores. La batería de ese sensor se carga por inducción y no necesita ser enchufada. Este artefacto es clave para entender el modo en el que se impacta la pelota y envía la información al VAR de manera inmediata.

Lo cierto es que Georgia fue el gran beneficiado en el Volksparkstadion de Hamburgo porque tras la anulación de este tanto de los checos, la flamante tecnología colaboró también para sancionar el penal que significaría el 1-0 circunstancial de Georges Mikautadze.

Si bien en este caso el alemán Siebert se acercó hasta las pantallas para evaluar la mano, la tecnología dejó en claro que el impacto en el brazo existió para despejar cualquier tipo de duda que pudiera haber en torno al movimiento que realizó Robin Hranác.

El encuentro finalizó empatado porque Patrik Schick puso la paridad a los 15 minutos del complemento, algo que no le sirvió a ninguna de las dos selecciones, ya que ambas habían caído en el debut del Grupo F que también completan Portugal y Turquía.

La próxima jornada tendrá a Georgia enfrentando el miércoles 26 de junio a Portugal en el Veltins-Arena de Gelsenkirchen con el sueño de alcanzar la clasificación a los octavos de final, mientras que a la misma hora se encontrará República Checa con Turquía nuevamente en el Volksparkstadion.

ASÍ QUEDÓ EL GRUPO

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