Mientras Jesse Marsch esperaba que algún periodista levantara la mano para hacerle una última pregunta en la conferencia de prensa, habló. Quería reforzar la idea que había vertido segundos antes. Tenía un fastidio atragantado: “Argentina debería ser multada. ¿Ok? Multada. Escriban eso. Deberían tener una multa por salir veinte minutos tarde en el segundo tiempo”. Así, indignado, el técnico de Canadá finalizó su declaración formal ante los medios una hora después de que su selección perdiera 2 a 0 ante Argentina en el estreno de la Copa América.
La pregunta que disparó su reproche hacía referencia a qué le había manifestado a sus jugadores en el entretiempo. “Les dije que teníamos que ser más precisos en la táctica, que habíamos hecho cosas bien, teníamos que estar concentrados para saber dónde estábamos parados en todo momento”, sostuvo. Luego inició su descarga con un argumento por demás singular, dejando entrever que Argentina tardó más para analizar mejor los movimientos de su combinado: “Cuando estaban tardando, sabía que estaban mirando el video y analizando cómo querían jugar contra nosotros. Ojalá los árbitros pudieran gestionar eso. Si nosotros llegáramos cinco minutos tarde, tendríamos una multa y habría un gran problema”, cuestionó Marsch.
“¿Cuánto tiempo tardaron ellos? ¿Veinte minutos? ¿Treinta minutos? -preguntó en tono irónico-. Tuvieron tiempo para preparar cómo jugarían contra nosotros en la segunda mitad. Si hubiésemos sabido que teníamos diez minutos más, nos hubiésemos preparado mejor. Más allá de eso, me aseguré de que mis jugadores supieran que ellos iban a idear un nuevo plan y básicamente rotaron un poco más a tres, pero aún así lo solucionamos”, sentenció en declaraciones que recogió la Agencia Reuters.
Su queja radica en que el primer tiempo concluyó a las 21:52 de la noche argentina, una hora antes en el estadio de Atlanta. A las 22:09, diecisiete minutos después, las imágenes de la televisión mostraban a los jugadores de Canadá posicionados en el campo de juego. Dos minutos después, los futbolistas del seleccionado argentino empezaron su recorrido por los anillos internos del estadio multideporte, una larga caminata que los comensales de los restaurantes del complejo pueden disfrutar gracias a paredes vidriadas. A las 22:13, el árbitro venezolano Jesús Valenzuela pitó el comienzo de la segunda mitad: el duelo iba por entonces cero a cero. Habían transcurrido veintiún minutos de entretiempo.
El reglamento de Conmebol, claro está, tiene artículos referidos a la demora en el ingreso de los equipos con referencia a posibles medidas disciplinarias pautadas que inician en advertencias, apercibimientos o multas. Es cierto que desde la organización podrían plantearle el tema a la Selección con alguna advertencia de no repetir esta demora, aunque seguramente desde el lado albiceleste podrán alegar la enorme demora para llegar desde la cancha hasta el vestuario del Mercedes-Benz Stadium y viceversa.
Además de enfatizar su descontento con la actitud del combinado argentino, el técnico estadounidense de cincuenta años criticó la actuación del árbitro. Y especificó su pesar en una jugada puntual: a los 70 minutos, Jacob Shaffelburg intentó gambetear a Lisandro Martínez en la puerta del área grande. El central argentino cruzó su pierna derecha y el adversario cayó. El contacto existió. Pero tanto el árbitro como luego el VAR desestimaron la infracción que reclamó todo el banco canadiense. “Hay que decir que fue falta. Después podemos definir si fue dentro o fuera del área, pero fue 100% una falta. El motivo por el que el árbitro no la cobró fue porque tenía miedo de que fuera un penal”, sentenció con una sonrisa en su rostro.
A su vez, también se mostró optimista por el rendimiento de su equipo a pesar de la derrota: dijo que jugaron mejor de lo que esperaba pero que cometieron errores graves en faceta defensiva y que para ganar este clase de partidos hay que hacerlo de manera perfecta. “Creo que hicimos un buen partido, especialmente cuando pudimos ejecutar nuestro plan táctico. Se lo pusimos difícil a Argentina y pudimos convertir algunos goles; pudimos haber anotado primero”, valoró.
También habló de Lionel Messi y de qué tenía pensado para él en este debut del certamen continental: “Hablamos de ser compactos y de identificar espacios en los que a Messi le gusta aparecer. Hablamos de no meternos de cabeza porque es difícil ganarle en el mano a mano. He sido entrenador en contra suya muchas veces y él es muy bueno. Los dos goles que generó son de clase mundial”.