Argentina intentará revalidar el título, aquel que consiguió en la Copa América en el Maracaná y que terminó siendo el trampolín para todo lo que vino después, para la obtención de la Finalísima y sobre todo, para sentir que se podía ir por la Copa del Mundo. El equipo está sólido, ha tenido una marcha absolutamente ganadora. De aquella Copa América que resultó un punto de inflexión para aquí ha sido casi invencible.
Scaloni intentará conseguir la primera victoria en el inicio de un torneo. Recordemos que le tocó empezar perdiendo en una Copa América. Le tocó empezar perdiendo en la Copa del Mundo frente a Arabia. Le tocó empatar en el inicio de otra Copa América. Esto quiere decir que, increíble pero real, la selección argentina nunca pudo empezar ganando desde que Scaloni la dirige, ya sea una Copa América o una Copa del Mundo.
Han aparecido nuevos jugadores. Las necesidades hicieron que Scaloni en algún momento tuviera que recurrir a los jóvenes. Y esos que eran jóvenes hoy son futbolistas consolidados, jugando en la élite del fútbol mundial como MacAllister, a mí entender, el mejor futbolista argentino del momento y Enzo Fernández. A eso hay que sumarle el buen momento de Julián Álvarez con su consolidación en el Manchester City. La confirmación de Lautaro Martínez, el gran goleador que tiene el fútbol italiano. El momento de Nahuel Molina como lateral derecho cotizado y pretendido por varios clubes del mundo. Lo mismo con Cuti Romero, que ha hecho que Otamendi vuelva a ser el Otamendi que todos conocemos, independientemente del paso del tiempo, el inclemente paso del tiempo.
Lo demás se sabe. El capitán argentino está a días de cumplir nada menos que 37 años. Será la última función de Di María. Por eso me llamó la atención que se especule hasta último momento si juega o no un hombre tan clave, tan importante en las coronaciones del equipo de Scaloni, cuya participación está todavía en duda porque dicen que el técnico está pensando seriamente en Nicolás González, que tuvo una muy buena temporada jugando para la Florentina. Todo esto sustentado y y bancado por un arquero que ha sido clave. Creo que nada de lo que le pasó a Argentina hubiera sido posible sin Emiliano Martínez en el arco. Independientemente de sus gestos, de algunas situaciones con las que no comulgo y no coincido, Martínez es un arquero absolutamente decisivo y entiendo que sin él Argentina no hubiera logrado ni la Copa América ni la Copa del Mundo.
Por todo esto que describo, Argentina es el gran favorito a ganar la la Copa América sin ningún lugar a dudas, sabiendo que no será fácil, que hay un muy buen Uruguay desde que llegó Marcelo Bielsa, que hay una gran Colombia, desde que lo tomó Néstor Lorenzo, que supo ser el colaborador de Pekerman y le dio una identidad muy marcada a la Selección Colombia, con muy buenos futbolistas, con muchos conocidos por nosotros, sobre todo el caso de Miguel Borja, que ese gran goleador que tiene el fútbol de Sudamérica en estos momentos.
Si hay que hablar de sorpresas estaría muy atento con Ecuador, que es el seleccionado con mejores jugadores jóvenes de la actualidad. Hay un Moisés Caicedo notable, Kendrick Páez, Jeremy Sarmiento, Piero Hincapié. Futbolistas que se destacan en los clubes más grandes del mundo y en las ligas más importantes del planeta. Hay que tener mucho cuidado y hay que seguir con atención al seleccionado ecuatoriano, que era mucho mejor cuando lo dirigía Gustavo Alfaro y que hoy no es el mismo de la mano de Sánchez, un técnico español que es muy resistido, cuestionado, pero que tiene la posibilidad de dirigir a jugadores jóvenes con mucho futuro, pero con un gran presente.