17 de junio de 2008. Los Celtics vencen en casa a los Lakers, con una verdadera paliza (131-92), definen la serie por 4-2 y se consagran campeones luego de 22 años.
17 de junio de 2024. Los Celtics vencen en casa a los Mavs, con un clara contundencia (106-88), definen la serie por 4-1 y logran el anillo tras 16 años.
El ansiado título número 18, el que los separa de sus archirrivales Lakers en la cima de los más ganadores de la NBA, llegó y el mejor equipo de la temporada coronó una campaña inolvidable, que lo tuvo como número 1 en la fase regular (récord de 64-18) y ahora, en playoffs, lo volvió a mostrar dominante, ganando 16 partidos y perdiendo apenas tres. El sorprendente y peligroso Dallas de Luka Doncic y Kyrie Irving poco pudo hacer ante un equipo más completo, maduro, listo para dar este gran salto, luego de perder la final de hace dos años ante los Warriors, cuando demostraron todavía necesitar algunas lecciones más.
Hubo una verdadera fiesta en el TD Garden, con casi 20.000 fanáticos celtas que vibraron con un partido ganado de punta a punta y así, al final, despegarse de los Lakers, que habían ganado en 2020 y amenazan con ponerse arriba con el Rey como su líder. Pero este equipo de Boston llevaba varios años amenazando. El año pasado habían perdido, casi insólitamente, contra Miami en la final del Este, luego de la derrota en la definición del 2022.
Pero, cada año, Boston fue ajustando en el equipo para potenciarlo y llegar a la gloria. La última gran pieza llegó en este último mercado de pases. Fue Jrue Holiday, el brillante base, enorme defensor y sólido atacante, que llegaría para hacer olvidar a Marcus Smart y terminar de formar un nuevo Big 3, junto a Jayson Tatum y Jaylen Brown, las otras superestrellas del equipo que fueron sumando aprendizajes para estar listos ahora. Las presencias de Derrick White, el otro factor X por su defensa y oportunismo en el tiro, y el letón Porzingis, otro de los diferentes gracias a su talla (2m24) y versatilidad, cerraron el círculo virtuoso que fue diseñando Joe Mazzulla, el joven (35 años) y gran DT al que pocos le tenían fe pero terminó siendo el gran constructor.
Los Celtics volvieron a las fuentes en casa luego de relajarse un poco en el Juego 4, lo que les costó no poder barrer la serie. Claro, los Mavs de Luka y Kyrie habían dado respuestas anímicas y basquetbolísticas, pero ganar en Boston era otra cosa. Y, la verdad, nuevamente no estuvieron ni cerca.
De a poco sacó ventajas Boston, con una gran defensa, especialmente sobre Luka (con Jaylen Brown y ayudas) y Kyrie, sabiendo que si les sacaban la pelota de sus manos, si los presionaban y desgastaban, era cuestión de tiempo. Eso, poder frenar a los mágicos de Dallas, les dio confianza para desplegar su juego. Pases y tiros abiertos para sumar 10-21 triples en la primera mitad. El último, impresionante, desde la mitad de la cancha, de Kevin Pritchard -otra vez- para cerrar el 67-46, la máxima diferencia. Tatum, sus 16 puntos y los festejos. Brown, con su defensa y 15 puntos. Holiday, el tercer miembro del tridente, con 11. La mejor cara de los Celtics, con agresividad, intensidad, claridad y puntería. Demasiado equipo para los Mavs.
No tuvo forma de volver al partido Dallas, ni chances tuvo de forzar un sexto juego en casa. Los Celtics nunca se relajaron, al menos durante buena parte del tercer cuarto, para cortar cualquier reacción de los Mavs, especialmente de Luka, un asesino que nunca se da por vencido.
Los Celtics terminaron la temporada con marca de 81-21, siendo así uno de los 11 equipos de la historia que ganaron al menos el 80% de los partidos totales en una campaña. Un número que ratifica el concepto de por qué ha sido un muy buen campeón.
Significa mucho este título para los Cetics, en esta lucha histórica que tienen con los Lakers. Para Tatum (26 años) y Brown (27), dos estrellas jóvenes que fueron creciendo con el equipo hasta transformarse en el top 15 de esta NBA. El segundo terminó siendo el MVP de la gran final, luego de que Jaylen lograra el MVP de la definición del Oeste. Se turnaron para cargar con el equipo y destruir defensas rivales. Para Holiday, el veterano de 34 años que dejó los Bucks para ser la pieza que faltaba.
También para el dominicano Horford, que hasta hoy era el segundo jugador con más partidos de playoffs (186) sin un título y desde esta noche es el 11° jugador latino en tener un campeonato de la NBA. Para Joe Mazzulla, el coach de apenas 35 años que tomó al equipo hace dos años, a las puertas del título y pudo abrirla definitivamente. Para Brad Stevens, el ex coach que hoy es general manager del equipo. Y hasta para Danny Ainge, el ex GM que tanto hizo y hoy es asesor de Utah. Este título fue una paciente construcción. Nada deberían sorprender a nadie.
LOS TITULOS DE LOS CELTICS
De los 18 anillos, 16 fueron conseguidos en el Siglo XX con planteles que marcaron la época dorada de la franquicia, con estrellas como Bill Russel, Bob Cousy, Sam Jones, Tom Heinsohn, John Havlicek y KC Jones. Campeones en 1957, 1959, 1960, 1961, 1962, 1963, 1964, 1965, 1966, 1968, 1969. Fueron 11 en 13 años. Luego, en los 70, llegaron dos más, en 1974 y 1976. Y con la llegada de Larry, en 1979, volvió otra época muy recordada, en parte por los tres anillos (1981, 1984 y 1986) y en parte por aquellos clásicos con los Lakers de Magic Johnson, con los que se enfrentaron en cuatro finales.