Cómo un futbolista profesional puede estar en la cúspide de su trayectoria y de repente vivir uno de los momentos más desafiantes de su vida. La historia de Pablo Jerez, ex jugador de Boca Juniors que se consagró campeón de la Intercontinental 2003 y a los pocos meses transitó la angustia por el estado de salud de su hija recién nacida así lo retrata. Ahora el ayudante de campo del equipo femenino xeneize se reencontró con una reliquia de la que se había tenido que desprender en un instante de desesperación y ahogo económico.
“Gracias amor por recuperar una de las camisetas que use en uno de los años más gloriosos de Boca!! No pude aguantar tanta emoción... gracias, gracias!!! A toda mi familia en general gracias!”, fue el posteo de Jerez, posando con la camiseta número 14 mangas largas de Boca que usó en 2003. El Día del Padre se adelantó para él, ya que su familia se la compró a un coleccionista y se anticipó al festejo de este domingo.
Fue su hijo el que rastreó en internet la casaca que en su momento había vendido junto a otras para juntar plata que fue utilizada en las operaciones de Zoe, que en 2004 se pescó una meningitis que derivó en una hidrocefalia. Reunieron plata para darle la sorpresa a Jerez, que primero lució el dorsal 14 y más tarde también se puso la 4 cuando Hugo Ibarra fue transferido a Francia. “De a poco quiero recuperar todas”, contó.
El ex lateral derecho ganó cuatro títulos en el club: Apertura, Libertadores e Intercontinental 2003, más la Sudamericana 2004. Luego de su paso por el Xeneize vistió las camisetas de Colón de Santa Fe, Tigre, Huracán, Olimpo de Bahía Blanca, Camioneros, San Martín de Burzaco, Deportivo Merlo y Midland.
“Tuve la posibilidad de emigrar a Europa como sucede siempre en Boca, River y los equipos grandes. Futbolísticamente estaba en la cima. Pero en el 2004 sucedió esto muy grave. Nació mi hija y tuvo muchísimos problemas. Y eso influyó mucho. Tuvo la desgracia de pescarse en neonatología la bacteria de la meningitis que le produjo hidrocefalia y una gran infección en su cabeza”, había revelado en su momento sobre Zoe, que hoy tiene 19 años.
Jeréz reconoció que durante aquellos años evitó contar su problema en el club: “No quería decir nada al respecto con Bianchi porque estaba en un buen momento y quería seguir de la misma manera. Inconscientemente mi cabeza no estaba en orden y fui decayendo en lo físico y futbolístico. De a poco me fui excluyendo”.
En su momento, reveló que llegaron a visitar curas y brujos que les hicieron gastar un dineral para curar el padecimiento de su hija. Frente a las complicaciones económicas que se presentaron, decidió rematar las camisetas que había usado a lo largo de su carrera: “Necesitaba dinero y no me quedó otra que venderlas”.
Jerez llegó a trabajar de remisero con un auto prestado ya que no tenía formación académica hasta que se volcó a hacer el curso de entrenador. Desde hace algunos años fue contratado por Boca para colaborar en el cuerpo técnico del equipo femenino profesional (hoy es ayudante de campo de Florencia Quiñónes) y hoy ya tiene la Licencia de DT.