La nueva vida de Robinho en la cárcel: curso para arreglar televisores y voluntario en un programa de lectura

El ex delantero de la selección brasileña, Real Madrid, Manchester City y Milan cumple una condena de nueve años por abuso sexual

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Robinho, al momento de ingresar
Robinho, al momento de ingresar a la comisaría para cumplir con la prisión efectiva

Robinho, ex estrella de fútbol que ha jugado en equipos como Real Madrid, Manchester City y AC Milan, se encuentra cumpliendo una condena de nueve años en una cárcel brasileña por violación. Tras ser declarado culpable en 2017 por su participación en la violación en grupo de una mujer albanesa en un club nocturno de Milán, el ex futbolista se ha mantenido ocupado en su reclusión, tomando un curso de electrónica básica y participando en programas de lectura.

El programa de electrónica, impartido por el Instituto Universal Brasileño, le enseña a Robinho a reparar televisores, radios y otros electrodomésticos. Según declaraciones de su abogado, Mario Rosso Vale, el ex jugador está cumpliendo 600 horas de aprendizaje remoto. “Se ha inscrito en un curso de electrónica básica para aprender a reparar televisores y radios”, explicó Vale. “Es difícil decir si lo está disfrutando o no, pero le está ayudando a pasar el tiempo”, añadió.

Robinho, quien cuenta con un patrimonio neto estimado de 60 millones de libras (68 millones de euros), fue trasladado desde su residencia lujosa en Santos a la prisión rural de Tremembé, cerca de São Paulo, donde ahora vive en una celda de ocho metros cuadrados. Durante su tiempo en prisión, ha sido descrito como un recluso ejemplar. Vale afirmó: “Robinho mantiene la cabeza gacha y sigue adelante tranquilamente... está siendo un recluso ejemplar y no ha tenido problemas con otros presos”.

El ingreso a la penitenciaría
El ingreso a la penitenciaría donde está alojado Robinho

Además, se ha integrado en actividades recreativas dentro de la prisión; incluso se le han regalado botas de fútbol para participar en los juegos durante el tiempo de recreo.

El caso de Robinho ha tenido una larga cronología. En enero de 2013 se informó que el jugador formó parte de un grupo de seis hombres condenados por agredir sexualmente a una mujer albanesa en Milán. No fue hasta 2017 cuando un tribunal italiano lo declaró culpable de agresión sexual, condenándolo a nueve años de prisión. Sin embargo, el ex jugador continuó negando los cargos y apelando el veredicto. En 2020, tras el proceso de apelación, la sentencia fue confirmada, pero debido al plazo de prescripción en Italia, no fue extraditado. En 2022 se ratificó su pena de prisión y en marzo de 2023 entregó su pasaporte a las autoridades.

En noviembre de 2023, los fiscales italianos expresaron que sentían que Robinho debía cumplir su condena en Brasil. Finalmente, el 20 de marzo de 2024, el Tribunal Superior de Brasil decidió que el exjugador cumpliría su condena en su país de origen. Este fallo permitió el traslado de Robinho a la prisión de Tremembé.

Robinho, en su época de
Robinho, en su época de jugador en la Selección de Brasil (Credit: Action Images / Michael Regan)

El ex futbolista, además de sus estudios en electrónica, se ha ofrecido como voluntario para dirigir un programa de lectura que distribuye 500 libros al mes a otros internos. Esta actividad es parte de sus esfuerzos para mantenerse activo y contribuir positivamente a la comunidad penitenciaria.

Los abogados de Robinho están trabajando actualmente en la apelación de su sentencia. Según la ley brasileña, Robinho podría optar a un régimen carcelario más flexible por buena conducta, siendo elegible en 2027, cuando haya cumplido casi la mitad de su condena. Hasta entonces, se le mantendrá bajo el régimen penitenciario establecido.

En 2020, volvió a firmar un contrato con su primer club en Brasil, Santos, pero el acuerdo se anuló rápidamente después de que los patrocinadores amenazaran con cortar los lazos con el club si fichaban a un jugador condenado por violación. “Robinho se mantiene ocupado”, concluyó Vale.

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