“Me gusta que los equipos salgan jugando de abajo, que tengan buenos movimientos y ocupen los espacios. Quiero un equipo intenso. Mi idea no es simplemente imponer mi idea de juego, sino ganar”, había dicho Fabián Cubero cuando fue presentado como entrenado como entrenador de Sportivo Italiano. Sin embargo, el ex defensor de Vélez no logró ninguno de sus objetivos y después de seis escasos partidos interrumpió su ciclo en el conjunto de la Primera B Metropolitana.
Dentro de sus Máximas, el ídolo del Fortín había apelado al humor para destacar la intensidad que pretendía de sus dirigidos: “Los 11 tienen que terminar con amarilla, seguro. Sino no puedo imponer mi estilo de juego”. Lo que que no pudo lograr Poroto fue una victoria en su primera incursión como estratega luego de su retiro profesional.
Las derrotas frente a Liniers (2-0), Villa Dálmine (2-0), Flandria (1-0) y Dock Sud (2-0) fueron acompañadas con los dos empates que pudo rescatar frente a Villa San Carlos (2-2) y Argentino de Merlo (1-1). Es decir que su paso por el equipo bonaerense dejó un saldo de 2 puntos de 18 disponibles. Además, el club quedó sumergido en la última posición de la tabla del Apertura y la General con sólo 16 unidades, plaza que entrega el único boleto directo a la Primera C.
Cubero, quien se retiró del fútbol profesional a finales de 2019 siendo el jugador con más presencias en la historia de Vélez Sarsfield con 571 partidos jugados, tuvo un paso fugaz en una institución que no logra salir de la zona baja. Su grupo de trabajo estuvo compuesto por Matías Giménez (Ayudante de Campo), Facundo Martínez (Preparador Físico), Agustín Esposito (Preparador Físico) y Gastón Monzón (Entrenador de arqueros). Precisamente, este último integrante fue uno de los rivales de Poroto en el histórico partido final del Clausura 2009 que definió el título entre El Fortín y Huracán en el José Amalfitani.
Poroto y Monzón estuvieron cara a cara en aquel emocionante duelo que ganó el equipo de Ricardo Gareca con un polémico arbitraje de Gabriel Brazenas, quien convalidó sobre el final un gol de Maximiliano Moralez tras un choque entre Joaquín Larrivey y Tortita. El referí consideró que no hubo infracción del delantero local contra el arquero del Globo, lo que generó el enojo de los jugadores que estaban bajo la tutela de Ángel Cappa. La historia fue distinta 15 años después y ambos pasaron sin pena ni gloria por Sportivo Italiano.
La última vez que ganó el equipo de Ciudad Evita fue el 2 de marzo en un duelo válido por la sexta fecha del torneo doméstico, cuando logró imponerse por la mínima diferencia contra Deportivo Merlo. Desde entonces, el equipo acumuló 14 compromisos sin alegrías.
Lejos de tratar de imponer su “pragmatismo” amparado en la formación que le dejaron estrategas de la jerarquía de José Néstor Pekerman, Carlos BIancho o el Tigre Gareca, lo más probable es que el lateral vuelva a tener participación mediática en eventos empresariales y su nombre se vuelva a vincular con noticias relacionadas a su vida personal y su relación con su ex pareja Nicole Neumann.