San Martín de Tucumán es uno de los animadores de la Zona A en la Primera Nacional y sueña con ascender a la máxima categoría del fútbol argentino. En buena medida, el gran andar del Ciruja se debe al buen rendimiento de Darío Sand, hermano menor del Pepe, histórico goleador de Lanús, que es el arquero que menos goles recibió en la divisional y además superó un récord que lo llevó a estar en boca de todos.
Sand acumuló 1.077 minutos sin tantos en contra y superó la racha de Carlos Barisio, quien registró en Ferro Carril Oeste el máximo número invicto en Primera: 1.075. Pero además, el arquero de San Martín igualó la cifra que había cosechado Marcos Croce, guardameta de Racing de Avellaneda en el amateurismo (entre los años 1920 y 1921). Esto no es todo, porque Darío quedó a solamente 38 minutos del récord histórico del fútbol argentino que mantiene Alejandro Otamendi con 1.115 minutos invicto en Tristán Suárez en 1994 (Primera C).
“Me piden que pague un asado porque si no me van a dejar solo”, contó entre risas Sand en una nota con ESPN. Y valoró la labor de sus compañeros de equipo para conseguir esta marca: “Ha cambiado siempre la defensa, han entrado otros jugadores y siempre fue sólida. Eso también habla muy bien de Diego (Flores, el DT), que ha evolucionado mucho el jugador y los defensores en su puesto. Logramos algo importante, pero hay que mantenerlo. No es un récord mío, sino de todo el equipo”.
Sand lleva 11 encuentros sin encajar goles: el último fue en la derrota con Chacarita en San Martín en marzo pasado. Es el arquero con menos goles en la Primera Nacional, ya que apenas le anotaron 5 (dos Ferro, uno San Miguel, uno Talleres de Remedios de Escalada y el restante de Chaca). Transcurridas 19 jornadas, el conjunto tucumano está segundo en su grupo a un punto del líder San Martín de San Juan.
El correntino de 36 años hizo las inferiores en River y llegó hasta Reserva, pero en 2008 quedó libre e hizo toda su carrera en el exterior o el ascenso. Atajó en Rampla Juniors de Uruguay, Huracán de Tres Arroyos, Deportivo Roca de Río Negro, Libertad de Sunchales, Gimnasia y Tiro de Salta y Agropecuario antes de desembarcar en Tucumán.
“Me costó mucho salir de River, cuando estaba ahí pensé que iba a atajar. Me fui a Uruguay y, cuando volví a Argentina, me costó insertarme en el fútbol. Bajé al Argentino B y fui escalando divisiones. En Argropecuario me sentí bien, con mucha confianza. Tuve un año y medio muy bueno atajando y salió la posibilidad de venir a San Martín, un grande de la categoría. Para mí era un paso importante porque estar en este club te acerca a la Primera División”, expresó el hermano de Pepe, que en el Millonario creció junto a otros futbolistas como Diego Buonanotte y José San Román.
Además, contó cómo evolucionó mentalmente para establecerse en la categoría: “Uno cambia físicamente pero de la cabeza también muchísimo. Por la madurez y las situaciones de los partidos que vas pasando. La templanza que el arquero debe tener. Eso en mi cabeza cambió mucho. Desde hace un tiempo para acá, desde Agropecuario, me parece que soy otro arquero de la cabeza. Me siento tranquilo, confiado a la hora de salir a la cancha. Me siento muy bien”.
El experimentado golero no se conforma y va por más: “Los fines de semana este club te hace sentir que estás jugando en Primera por el alrededor en los partidos. Estoy feliz de estar acá y trataré de llegar a Primera con el club”.