* El mediocampista rompió en llanto por la frustración
Matías Kranevitter jugaba ante Tigre su segundo partido consecutivo como titular -también había comenzado desde el inicio ante Deportivo Táchira por Copa Libertadores- y aspiraba a recuperar el ritmo que aún no había conseguido desde su regreso a River Plate. Pero su físico le volvió a jugar una mala pasada: un tirón en el isquiotibial de la pierna izquierda lo sacó del encuentro a los 36 minutos de la primera etapa y terminó siendo reemplazado por Rodrigo Aliendro.
Tras sentir la mencionada molestia, el mediocampista, de 31 años, se derrumbó en el césped y sonaron las alarmas en el banco del Millonario. Enseguida ingresaron los médicos a atenderlo y fue en ese momento cuando brotaron las lágrimas en el volante, que se tomó el rostro buscando ocultarlas.
Kranevitter se puso de pie acompañado de los profesionales de su club y, junto a la línea de cal, se tocó el isquiotibial, tal vez imaginando la chance de probar. No obstante, el DT Martín Demichelis optó por cambiarlo por Aliendro. Y otra vez asomó el llanto en el futbolista.
En un mediocampo con rotación constante tras la partida de Enzo Pérez, por experiencia y cualidades, Kranevitter siempre fue candidato a quedarse con el puesto. Rodrigo Villagra, Nicolás Fonseca, y el mencionado ex Colón, entre otros, representan alternativas. Pero Matías cuenta con la credencial de haber brillado en continuado en el inicio de la era Gallardo, hasta que fue vendido en 2015 al Atlético de Madrid en ocho millones de euros.
El calvario de las lesiones fue el que le retaceó oportunidades. Luego pasó por el Sevilla, el Zenit de San Petersburgo y Monterrey de México, hasta que regresó al club que lo formó a fines de 2022. En esta última etapa, sufrió una fractura de tobillo derecho apenas arribó, lo que lo tuvo 134 días afuera, y por la que tuvieron que colocarle “entre 12 y 15 tornillos”, según su propio testimonio. Y en enero, un desgarro volvió a quitarle posibilidades.
En 2024 acumula sólo diez partidos. Y en el momento que parecía que podía ser su despegue, otra lesión. Por eso las lágrimas de frustración. No fue la única baja que padeció River en esa primera etapa: en el entretiempo debió marcharse Facundo Colidio, quien sintió dolores en uno de sus hombros: su lugar lo tomó Esequiel Barco. El delantero incluso tuvo dificultades para colocarse la campera en el banco de suplentes.
Ya en el complemento, también se lastimó Agustín Sant’Anna en la pierna derecha. Otro motivo de preocupación para el cuerpo técnico de la Banda.