Los secretos de Kevin Zenón, la nueva figura de Boca: el detalle que sorprendió el día de la prueba en Unión y su apodo oculto

Marcelo Aranda, uno de sus formadores y quien aprobó su incorporación a la cantera del Tatengue, describe la evolución del mediocampista que brilla en el Xeneize: “Tiene la elegancia de Juan Román Riquelme y la muy buena pegada de Enzo Francescoli”

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Zenón, Aranda y la camiseta que le regaló
Zenón, Aranda y la camiseta que le regaló

Kevin Zenón, de 22 años, está pasando por el mejor momento de su corta carrera. En enero de este año, el volante llegó a Boca Juniors procedente de Unión de Santa Fe, club al que arribó cuando tenía 16 años. Marcelo Aranda, encargado de la captación del Tatengue, fue quien lo recibió en su llegada, le hizo una prueba y posteriormente aprobó su fichaje para que comenzara a jugar en Séptima División. “Justo teníamos un cupo libre para fichar en la categoría 01 y mirá el paracaidista que llegó”, reconoce el captador de talentos.

El Príncipe Zenón, como le dicen en su intimidad, nació en Goya, provincia de Corrientes, el 30 de julio de 2001. Sus primeros pasos con la pelota fueron en el Club Atlético San Ramón de su ciudad natal, donde debutó en la Primera División en el Federal C con tan sólo 15 abriles. Meses más tarde, se probó en Newell’s y no quedó porque “no tenía un cupo libre para jugar en AFA”, cuenta Aranda.

En su llegada al Tatengue, el correntino se probó como mediapunta, pero enseguida comenzó a jugar como mediocampista por la banda izquierda , donde hoy se destaca en el conjunto de La Ribera. “Yo sabía que no le iba a pesar ponerse la camiseta de Boca. Siempre quiso jugar en ese club, del cual es hincha junto a toda su familia. Su corazón es Rojo y Blanco por Unión, y Azul y Oro”, recalca el santafesino.

Aranda es uno de los entrenadores que más conocen a Zenón, ya que convivieron durante seis años en Unión de Santa Fe. Por este motivo, mantiene una relación estrecha con él y hasta se anima a definirlo como un futbolista elegante. Además, lo compara con dos de los mejores jugadores que tuvo el fútbol argentino en su historia. “Tiene la elegancia de Juan Román Riquelme y la muy buena pegada de Enzo Francescoli; cuenta con esa impronta”, asegura en diálogo con Infobae.

- ¿Cuándo conociste a Zenón?

- A sus 16 años. Me lo trajo el directivo Marcelo Piazza desde Rosario. Se lo apuntó un tal Alfredo, un buscador de talentos. Se probó en Newell’s, pero no pudo fichar porque no había cupo para jugar en la liga de AFA. En Unión siempre a mitad de año dejamos un cupo libre para todas las categorías, porque te puede caer un chico que no sabés de dónde viene, y debés tener un cupo libre para traerlo y meterlo en AFA.

- ¿Cuál fue la primera cualidad que le viste?

- Que mejoró tras su propio error. Resulta que le hago una prueba en el campo de juego en el club Los Molinos, Santa Fe. En la primera jugada, el entrenador lo pone de media punta y hace un dribling. Entonces, pasa a uno, a dos, engancha y patea afuera. En la segunda, en lugar de volver a atrás tras el error, fue en busca de mejorar su remate y la empezó a clavar por todos lados. Cuando ves a un chico así, es más fácil la captación. Entonces, rápidamente lo fichamos y llamamos a su papá Andrés, que se vino de Corrientes para firmar.

- ¿En qué categoría empezó a jugar?

- En la Séptima de AFA. Estuvo dos años en las Divisiones Inferiores antes de pasar a Reserva y debutó en Primera de la mano de Juan Manuel Azconzábal. Jugó por el lateral izquierdo, y después mostró sus dotes. Luego, llegó a Capital Federal con una edad avanzada y el desarraigo no le costó para nada. Al contrario, lo soltó más aún.

El formador y Zenón, en Unión, donde compartieron seis años
El formador y Zenón, en Unión, donde compartieron seis años

- ¿Cómo era la relación con sus padres?

- El jugador que llega a Primera debe tener un muy buen entorno, sino no llega; es primordial. Si no tiene un buen entorno, es muy complicado. Andrés, su papá, es un padre excelente. Cuando tuvo que viajar desde Corrientes hasta Santa Fe para estar cerca de su hijo, porque extrañaba mucho, lo hizo sin problemas. De esta manera, dejó su trabajo y estuvo cerca de su hijo. Al principio Kevin estuvo en la pensión del club. Luego, se fue a un departamento a vivir solo, y estuvo acompañado de su padre cuando lo necesitaba. Una familia muy laburante, con su mamá, con un hermano y un abuelo; todo excelente. Una familia humilde, trabajadora, con sabores amargos y dulces.

- Cuando hablás de sabores amargos, ¿a qué te referís?

- Como toda familia media, arrancar en el fútbol cuesta mucho. Él arrancó de abajo, sus padres lo acompañaron y hoy, producto de su esfuerzo, tiene sus méritos bien ganados.

- ¿Alguna vez Kevin tuvo un arranque de querer volver con su familia a su tierra natal?

- No, porque el desarraigo no le costó. Al contrario, él tenía claro sus objetivos y lo que quería hacer: jugar al fútbol en Unión de Santa Fe, luego pasar por Boca, y ahora irse a Europa, más allá de que le encanta vestir la casaca de la selección argentina. En todo aspecto, su cabeza sabía lo que quería, y se preparó para esto y mucho más. También, tuvo sus altibajos como cualquier persona, ¿no?

- ¿Por qué tuvo altibajos?

- Como todo chico, cuando tuvo que venir alguien a respaldarlo y estar con él, su papá vino, desde Corrientes y se quedaba semanas con Kevin en su casa. Además, lo enfocaba en el lineamiento. Por eso digo que es muy importante para todo chico tener un buen entorno para llegar a Primera.

- Mientras que esperaban la llegada de su papá, ¿qué contención le dieron como parte del staff del club?

- Unión trabaja muy bien y es uno de los mejores clubes del país en todos los planos. Hay un equipo completo trabajando cerca de los chicos. Hace un tiempo, Unión solamente compraba jugadores. Ahora, no sólo compra, sino que también forma, vende y presta jugadores. Unión tiene un staff muy bueno de psicólogos, pedagogos, nutricionistas; de gente muy capacitada en todo aspecto.

- ¿Cuánto tuvo que ver Jorge Messi para la llegada de Zenón a Unión de Santa Fe?

- No tuvo nada que ver. No me lo trajo el papá de Lionel Messi, sino Piazza, un directivo del club, por intermedio de un buscatalentos que trajo como cuatro o cinco chicos desde Corrientes y Kevin quedó fichado. No tuve la bendición de que me llame el papá de Lionel (risas).

- ¿Qué defecto tiene que mejorar Kevin a futuro?

- Tiene que mejorar su remate desde afuera del área para llegar al gol y pisar un poco más el área rival. Además, tratar de animarse un poco más a cabecear, no tiene goles de cabeza, por lo menos no lo recuerdo en Inferiores. Lo que pasa es que su potencial pasa por otro lado. Debería tener un gol de cabeza porque el monstruo de Juan Román Riquelme lo tiene.

- ¿Tiene las características de ser un futbolista de potrero?

- Todo jugador que llega a Primera debe tener también su costado de potrero. Kevin tiene barrio y potrero puro, sin dudas. La pared que hizo con Ezequiel Fernández previo al primer gol de Equi ante Central Córdoba te demuestra que eso es potrero puro, de la canchita de Goya, donde nació futbolísticamente. Le falta mejorar un poco jugar con los brazos, y eso lo hablo con él también. Además, tira caños, así que el potrero lo tiene en el uno a uno.

- ¿Qué otros consejos le das?

- Siempre hablamos por WhatsApp. Tras la victoria sobre Central Córdoba, le mandé el mensajito para preguntarle: “Kevin, quiero saber realmente cuántos kilómetros corrés por partido”.

- ¿Te respondió?

- Todavía no (risas), pero no pasa nada. Igualmente, tenemos charlas de futbol, lindas. Él confía en mí, yo en él. Es un chico inteligente, que sabe escuchar y no se cierra. Kevin sabe que la vida lo golpeó en algún momento y tiene hoy la suerte para que puedan sonreír. Él siempre sonríe porque la vivió y hoy lo está disfrutando.

- ¿A qué te réferis cuando decís que “la vida lo golpeó”?

- El hecho de llegar a Santa Fe y estar solo, lejos de sus padres, de extrañarlos, no fue facil para él. Si en algún momento tuvo un lagrimón, que lo ha tenido, no es por querer pegar la vuelta, sino porque estaba aferrado a algo que quería y fue por ahí. A un chico de otra provincia le cuesta el doble, porque uno que vive en el mismo lugar del club le es un poco más fácil por la contención. Pero Kevin estaba solito, más allá de que tuvo la contención del club y mía.

- ¿Qué apodo tenía?

- Príncipe. ¿Por qué? Tiene la elegancia de Riquelme y la muy buena pegada de Enzo Francescoli; tiene esa impronta. Sacando a Diego Maradona y a Lionel Messi que son unos monstruos, a Kevin lo podemos comparar con Riquelme y Francescoli, un argentino y otro uruguayo. Tiene esa elegancia de la cabeza levantada constantemente y el pase adelantado hacia los demás. Es un adelantado en cada jugada, es interesante.

- ¿Lo viste enojado alguna vez?

- No. Siempre se ríe y sonríe, tal vez la procesión va por dentro, ¿no? Así como se lo ve en la cancha, elegante y sonriente, es en su vida, ya que no tiene una mirada rara ni maldad; es un chico que siempre está feliz.

- ¿Es tu jugador favorito de todos los que salieron de Unión?

- No, sino el resto me va a matar (risas). Imanol Machuca es otro. Hay muchos que tuve la suerte de entrenar, que los encontré y me equivoqué (risas). Todos tienen una particularidad y están en mi corazón. Uno vive el día a día con ellos y cada vez hay más chicos que llegan a Primera División. Joaquín Mosqueira, Jerónimo Dómina, etcétera. Unión vendió tres zurdos categoría 2001 y no se vio en ningún lado: el uruguayo Gastón González, que juega en Nacional de Uruguay, Lucas Esquivel, que se destaca en Brasil y Zenón en Boca. Tres zurdos 2001, nunca visto.

- ¿Kevin ya te regaló su camiseta?

- Sí, obvio. Tengo la de Unión cuando debutó y la de Boca, me falta la de la selección argentina, pero estuvo poco, aunque sé que volverá, así que seguro me la va a regalar. No está prometida, pero se la voy a pedir. Su familia es muy amplia, me dice (risas).

- ¿De qué cuadro es Zenón?

- De Unión y Boca. No es mentira, es cierto, porque al iniciarse en un club a una temprana edad, le tomás con cariño y no hay forma de que no seas hincha del club. Él vivió el momento de casi irse al descenso e hizo el gol para permanecer el Primera. Unión enfrentó a Tigre, y si empataba o perdía, se iba al descenso. Kevin marcó el gol que lo salvó del descenso. Optó por quedarse en el club, ya que tenía la oportunidad de ir a la selección argentina y se quedó e hizo el gol de tiro libre. También es hincha de Boca como toda su familia. ¿Como no va a tener el corazón dividido en dos? Esa es la verdad.

- ¿Lo visitaste en Buenos Aires?

- Sí, fui en la semana que Boca enfrentó a Fortaleza en La Bombonera. Me consiguió entradas y fue una caricia al alma muy linda, con sentimientos encontrados. Porque de un lado en Fortaleza tengo a dos ex Unión como Emanuel Brítez e Imanol Machuca, y en Boca a Zenón. Fue una experiencia muy linda porque visité a Kevin en un hotel y a los otros dos en otro hotel de Buenos Aires.

- ¿Está cómodo en Boca?

- Está feliz en Boca, más allá de que se inició con los colores de Unión. Ama estar en Boca y disfruta del momento que está pasando. Donde va, no le cuesta el desarraigo, así que está muy feliz y conforme con sus compañeros y con el cuerpo técnico. La verdad es que está todo el tiempo sonriendo y está muy feliz porque sabe cuál es su lineamiento, se pone metas y las va cumpliendo.

- Pareciera que jugó en Boca toda su vida, ¿no?

- Cuando me llamaron por primera vez por Kevin para preguntarme sobre sus características, sus formas de jugar y si podía reemplazar a Valentín Barco, dije que sí, porque puede jugar con línea de cuatro defensores, en una línea de cinco, hasta puede jugar de extremo, de punta; no tiene problemas. Hoy, en captación se busca un jugador biotipo acorde al puesto, y si es inteligente, mucho mejor. Entonces, Zenón tiene todos esos matices que uno busca.

Con la casaca de Boca acumula 22 partidos y tres goles (Fotobaires)
Con la casaca de Boca acumula 22 partidos y tres goles (Fotobaires)

- ¿Cuál es la próxima meta que se puso Zenón como futbolista?

- Su próxima meta es jugar en Europa. Es un chico sin techo, no tenga ninguna duda. Tiene claros sus objetivos y lo que quiere. Jugó la final del ascenso y fue convocado a la Sub-23, pero decidió quedarse a jugar en Unión, sabiendo que podía perder su lugar en la Selección. Su cabeza es muy fuerte y tiene muy en claro todo. Después de Boca, viene un paso más que es Europa. Siempre supe que en Boca la camiseta no le iba a pesar, y así fue.

- ¿En qué liga europea lo ves jugando a Zenón luego de Boca?

- Está estudiando inglés, con profesora particular (risas). Siempre en Unión le inculcamos a los chicos a que estudien inglés, francés, es muy importante en todo aspecto, porque no sabés qué será de tu futuro. En Unión, la manera de manejarse es estudiar y luego jugar al fútbol. No es jugar al fútbol y luego estudiar. Si te llevás una materia, al siguiente fin de semana no jugás en las Inferiores, y tenemos muchos abanderados, apuntamos a eso. Que Kevin vaya paso a paso y que disfrute el día a día. Hoy lo está haciendo, a fin de año veremos qué pasa.

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