Carlos Salvador Bilardo es una enciclopedia viviente a sus 86 años. El entrenador campeón del mundo con la selección argentina en 1986 dejó una huella imborrable en el fútbol nacional a partir de sus hitos, pero también por cábalas y gestos que traspasaron el deporte para transformarse en una filosofía de vida. Los propios jugadores ilustran con infinidad de anécdotas su personalidad, y este jueves tuvo lugar un recuerdo sobre una de sus cuatro etapas como director técnico de Estudiantes.
El conductor de Temperley, Walter Perazzo, hizo historia en la semana por la resonante victoria por penales ante River Plate por los 16avos de la Copa Argentina y, en charla con TNT Fútbol, hizo memoria sobre una historia que lo tuvo como protagonista con el Narigón, cuando ambos coincidieron con el Pincha. Uno como jugador, el otro como DT: “Yo tenía 20 años. Veía Bilardo y ya tenía un miedo”.
Luego de un periodo inicial en San Lorenzo, Perazzo fue a la entidad platense y compartió todo ese calendario con quien luego asumiría las riendas de la Selección. “Aparte, no se reía nunca, siempre estaba retándote. Era una cosa... Y me acuerdo que entró a un partido. La primera pelota que toco me patino, le meto un planchazo a uno y me echan. 30 segundos en la cancha. ¿Te imaginás? Fui al vestuario y a los 10 minutos terminó el partido”, relató el experimentado estratega del Ascenso, mientras no podía contener la risa.
A continuación, el hombre de 61 años reveló qué técnica utilizó para evitar la reprimenda de Carlos: “El vestuario de Estudiantes era chiquito, veía por el túnel y decía: ‘Perazzo. ¿Dónde está Perazzo?’. Me puse blanco, me tenía que bañar, estaba con la ropa... Me puse un buzo y me quería escapar. No llegué a la puerta de salida, así que me metí adentro del baño, me paré arriba del inodoro y cerré la puerta”. “Bilardo iba y venía dentro del vestuario y decía: ‘¿Dónde está Perazzo’. No me encontraba por ningún lado. Dije: ‘De acá al martes, se le va el enojo’. Me salvé, no me encontró”, confesó.
Más adelante, Walter Perazzo retornó al Ciclón, donde estuvo hasta 1988. Tuvo pasos por Boca Juniors y Argentinos Juniors, además de otros cuadros del fútbol internacional. Fuera de la línea de cal, estuvo a cargo de las Inferiores de la Argentina y los primeros equipos de Olimpo, Aldosivi, Nueva Chicago, Temperley, Almagro, Güemes de Santiago del Estero y Patronato antes de recalar nuevamente al Gasolero.
Por otro lado, Carlos Bilardo ya había dejado atrás su exitosa trayectoria con los cortos, que lo tuvieron como campeón de la Copa Libertadores en tres oportunidades con los Pincharratas. Como orientador, también dirigió a San Lorenzo (donde surgió como jugador), Sevilla, Boca, Deportivo Cali y las selecciones de Guatemala, Colombia y Libia.