Fin de semana positivo para las chicas argentina. El sábado, en Cracovia, Polonia, Las Yaguaretés pasaron invictas la fase de grupos y derrotaron a Papúa Nueva Guinea por 25 a 5, a Paraguay por 29 a 7 y a Uganda – el que más costó- por 31 a 20 para acceder a los cuartos de final, y poder enfrentar a Kenia en un partido decisivo para sus aspiraciones, ya que si ganaban el pase a las semifinales contra las keniatas no solo les daba la chance de ir por una nueva medalla, sino que les aseguraba el boleto para la final del circuito en Madrid.
La madrugada del domingo las golpeó de la peor forma. El primer tiempo de Kenia fue formidable y ese 22 a 0 en contra abrió el interrogante. La mejora en el segundo tiempo, a pesar de la derrota final por 22 a 5, y la combinación de los otros resultados les allanó el camino a España. Así, sin jugar aún por el quinto ante República Checa, las Yaguaretés ya estaban entre las mejores cuatro selecciones. Otro objetivo cumplido.
Pero como siempre, fueron por más. Con ese orgullo y amor propio que las caracteriza y con poco resto físico, muchos golpes, y el cansancio a cuestas, pudieron vencer a las checas por 15 a 12 y terminar de la mejor manera el torneo. Ahora Madrid las espera. Allí tendrán un grupo difícil, que compartirán con Brasil, Sudáfrica y Bélgica. Pero esa será otra historia, la de un nuevo desafío. Hoy es tiempo de festejar. Las Yaguaretés y su staff en Cracovia, y el rugby argentino a lo largo y ancho del país están de fiesta. Las chicas consiguieron otro de sus objetivos. Con trabajo, esfuerzo y dedicación irán por más enseñándole el rumbo a quienes decidan practicar este deporte que tendrá en breve seguramente a muchas más de las casi 6.000 jugadoras que hoy lo practican y son tan felices como ellas en la tarde del domingo.
A veces los equipos se conforman desde las afinidades, las cercanías geográficas y el paso de los años jugando juntos. En el caso de Las Yaguaretés, no fue tan así. Primero desde el nombre que les dio su identidad, que surgió desde la dirigencia de la UAR y después desde el segundo obstáculo que tuvieron: superar las barreras del género y aquellas tradiciones que todavía persisten en los clubes “grandes” de Buenos Aires, que aún no se aggionaron a la actualidad y no ven al rugby femenino como un deporte para promover jugadoras.
De esa forma, entre las chicas convocadas para este desafío de Polonia aparecieron en el equipo del entrenador salteño Nahuel García, jugadoras de clubes que pocos conocen, pero de todo el país como Águilas RC, de Chaco, Marabunta de Río Negro, Catamarca RC, de la Unión Andina y Atlético Echagüe, de Entre Ríos dijeron presente, pero también hubo de Universitario y Córdoba Athletic de La Docta, de Cardenales de Tucumán y también dos del rugby porteño; desde La Plata RC, uno de los clubes precursores del rugby femenino (María Taladrid) y la otra desde el Oeste del Gran Buenos Aires, la capitana y quien por dos años consecutivos estuvo ternada para ganar el Olimpia de Rugby, Sofía González. Ella este año vivió una situación poco habitual y pasó de su club de formación, SITAS a CASA de Padua. Desde todos los rincones del país las chicas lucharon por concretar “su sueño”, ese con el que soñaron desde hace un largo tiempo atrás, cuando comenzaron con muy pocos recursos y mucha menos competencia, pero que a base de voluntad, sacrificio y resignando cosas hasta personales, hoy las depositó entre las mejores 14 selecciones femeninas del mundo
Para llegar a lograrlo nada fue sencillo, hubo varios entrenadores y recambio de jugadoras. Se buscaron alternativas diferentes hasta poder conseguir ganarle a Brasil por primera vez en la historia y luego llegar a ser las campeonas de Sudamérica. Ese crecimiento lento pero constante las llevó a conseguir el último Torneo Sudamericano y allí llegaron los Challengers, previos a esta etapa final de Polonia, en donde se colgaron la Medalla de Bronce en Dubai y la de Plata en Montevideo con un tercer y segundo puesto respectivamente. La ilusión crecía cada vez más y se tornaba una realidad; las chicas sentían que estaban cada vez más cerca de poder disputar el circuito mundial. Y con esas ganas llegaron a Cracovia con su ilusión intacta, con esa fe ciega y un trabajo a conciencia para este fin de semana conseguir el objetivo: lograr el pasaje a Madrid y competir contra las cuatro peores selecciones del actual circuito mundial: Japón, Brasil, Sudáfrica y España, porque de ahí saldrán los 12 países que a partir de fin de este año competirán en el nuevo Circuito Mundial Femenino 2024/25.