El pasado 2 de abril Matías Rossi cumplió 40 años. Es uno de los mejores pilotos argentinos de las últimas dos décadas y acumula diez títulos nacionales en todas las categorías locales en las que corrió. Esta temporada volvió al Top Race y el TC 2000, donde ganó cinco campeonatos y está a dos del máximo laureado, Juan María Traverso. En un mano a mano con Infobae en el Autódromo de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez, habló de todo y hasta confesó cuándo sintió miedo en este deporte de algo riesgo, pero que la muerte forma parte de las cartas que le pueden tocar a un piloto.
A lo largo de su campaña, el piloto de Del Viso sufrió injusticias, con al menos un campeonato de Turismo Carretera que le sacaron de la mano, pero supo dar vuelta la página y logró consagrarse en la popular categoría. Es de la escuela del propio Flaco Traverso y no se casó con ninguna marca y supo ir más allá. Su idilio con la gente se generó por sus éxitos y no por besarse un escudo o por frases tribuneras. De hecho, el haber sido tan frontal le trajo problemas, como también reconoció.
-¿Cómo nació la pasión por el automovilismo?
-Mi viejo (Norberto) es un apasionado de siempre de esto y además es ingeniero mecánico. Empecé a mirar carreras por él y me enganché con el automovilismo nacional y la Fórmula 1. Mi tío les hizo un karting a mis primos, comencé a ir a verlos y luego me enganché.
-Pasaste la mitad de su tu vida como profesional, ¿cómo es eso?
-Empecé a los 12 en karting y de profesional a los 20. Pasó muy rápido porque uno se acuerda cuando era chico y de mis viejos.
-¿Fue una frustración no haber podido correr más tiempo en Europa?
-Mirando hacia atrás, recuerdo haber ido a los Mundiales de Karting gracias al esfuerzo económico de mi familia. Lo pude hacer, pero no permanecer en Europa por un tema económico. Fue muy difícil porque cuando uno se va de acá lo hace pensando en conseguir los recursos allá. Fue una linda experiencia, pero fueron participaciones aisladas. Iba y venía. No lo vivo como una frustración, sino como un aprendizaje.
-¿Alguna anécdota de esa época?
-Íbamos con las cosas embaladas, el chasis, cascos, todo. Se hacía todo a pulmón con mucho trabajo y esfuerzo. En ese momento era toda una aventura. Son cosas que hoy las valoro mucho porque se hicieron con recursos que uno no tenía. Fue una anécdota, pero más una enseñanza de vida porque ves el amor de tu familia ante semejante sacrificio que hizo por mí.
Su primer título fue en la extinta Fórmula Súper Renault, una categoría espectacular con autos de la ex Fórmula 3 Sudamericana, con chasis de fibra de carbono (más livianos y resistentes). Incluso reconoce que aquel TOM’S fue el mejor coche que manejó. Pasó a los autos con techo y tras su paso por el TC Pista llegó al TC. En 2004 ya era considerado una revelación y el ambiente lo vio como uno de los jóvenes con mayor proyección. Con 20 años fue contratado por el equipo oficial Chevrolet en el TC 2000 y en 2006 ganó el primero de sus cinco cetros. Repitió en 2007 con Chevrolet y los tres restantes fueron con Toyota: 2011, 2013 y 2020. En su vuelta habló del duro presente de la categoría y qué se puede hacer para recobre posicionamiento.
-Saliste campeón en la Fórmula Súper Renault, que era una categoría intermedia entre la Fórmula Renault y el TC 2000. ¿Qué sentís que hoy los chicos no tengan esa chance?
-Era un motor de dos litros y los autos eran ex Fórmula 3 Sudamericana. Lo había hecho porque también tenía una posibilidad de ir a correr a los Estados Unidos en 2001 y 2002, pero debido a la explosión que hubo acá en el país no lo pude hacer. Ese era el auto que más me servía más para hacer una base internacional. Un coche con monocasco de fibra de carbono. Lo veo como una categoría que no sirve acá ya que no hay un trampolín para ir afuera.
-¿Fue el mejor auto que corriste?
-Si, era hermoso de manejar y muy exigente. Impresionante. En ese momento era ocho segundos más rápido que un TC 2000, que tenía en ese momento los autos más rápidos de Argentina a nivel Turismo. Hoy el TC evolucionó a partir de su nuevo reglamento y están parejos.
-¿Fue una presión haber debutado con 20 años en el TC 2000 y en un equipo oficial?
-La categoría estaba en una situación muy diferente a lo que está hoy en día y era un sueño poder correr para una fábrica. Fue un salto enorme que me contratara Chevrolet ante la salida de Bugliotti (Marcelo) y ser compañero de Christian Ledesma, quien era ya un piloto fuerte y de renombre. Me subí a un equipo que trabajaba para un jovencito como yo que no tenía nombre, de la misma manera que un consagrado. Tener el mismo auto que tenía Christian me sirvió para mostrarme porque era una referencia en ese momento. Lo vivía con la presión natural mía de tener que lograr buenos resultados. En ese momento era la presión de poder aprovechar la oportunidad. Lo aproveché muy bien porque pude ganar dos campeonatos.
-¿Qué se puede hacer para reflotar el TC 2000?
-Hay que generar interés. Se generó un bache desde 2015 aproximadamente y se fue derrumbando de a poco. Perdió protagonismo, para mí a nivel dirigencial y eso se rompe y se pierde muy rápido. Reconstruirlo tarda años, no se hace de un día para el otro. Hace unos dos años que la agarraron los hermanos Levy (Diego y Alejandro) y le están poniendo ganas para hacer la reconstrucción del TC 2000.
-¿Qué cambios harías?
-Estoy de acuerdo con las penalizaciones (N. de la R: cambios de grilla para los primeros del campeonato). Igual en eso soy de escuchar lo que no quiere el público. El aficionado argentino entiende mucho. Yo corrí en Brasil y la gente no entiende tanto como el público argentino. Por ejemplo, el público argentino sabe que el TC 2000 usa un motor genérico y en Brasil la gente va a ver el Stock Car, pero no sabe qué motor tienen los autos o un porcentaje menor lo sabe. Como el público argentino es muy entendido, hoy pediría un motor que tenga ruido y que hace unos años que la categoría no lo tiene, pero ahora se está trabajando y probando eso. Después hay que recuperar el parque automotor y dar buenas carreras. Va todo de la mano, no es una sola cosa que te va a poner la categoría de pie.
-¿Estás de acuerdo con el SUV que se viene y que se puso en pista?
-Si, es un auto lindo, hace ruido y hay que ver de qué manera la categoría puede tener un parque de buena cantidad. El TC 2000 siempre fue una categoría de 25 autos promedio. En algún momento hubo más de 30. Tener más autos te genera más espectáculo por la lucha en pista. Hay que intentar ir para ese lado.
-¿Por qué el automovilismo en general perdió interés y cómo se puede hacer para que la gente se vuelva a enamorar?
-Es una buena pregunta y no tengo una respuesta específica… El TC sigue siendo fuerte en el Interior, como en Rafaela, Paraná y La Pampa, donde va mucho público. Tampoco hay que menospreciar la actividad en función de saber qué es lo que se ve. Decimos que el automovilismo perdió rating, pero también lo perdió Tinelli. Hoy por las diferentes plataformas, medios de comunicación, la tele es un registro más. No lo sé porque no soy un experto, pero hay que tratar de ver de qué manera la gente pueda ver más carreras a través de un stream o un teléfono. También hay que volver a enganchar a parte del público que se perdió, pero desconozco cuál es el camino a seguir.
En el TC supo ser uno de los máximos protagonistas. Sus duelos con Agustín Canapino fueron de los más fuertes a nivel nacional, siempre al límite, cargados de tensión y casi sin relación afuera de la pista, pero siempre con mucho respeto. Incluso elogió la labor del Titán de Arrecifes en la IndyCar. En la octogenaria categoría fue campeón en 2014 con Chevrolet, pero debió haber ganado algún título más. El más claro fue en 2016, cuando en la última curva del año, Mariano Werner lo tocó en La Plata y le impidió ser campeón. O en San Luis 2013, donde un toque de Diego Aventin lo perjudicó con la Copa de Oro (mini torneo final que define al campeón) ya iniciada. No obstante, no guarda rencor y dio la vuelta la página. Aunque explica por qué este año puede correr en el TC.
-¿Sentís que tendrías que haber ganado otro título de TC?
-No sé... Tuve muchos años destacados en el TC en cuanto a protagonismo. Se me dio en los papeles el campeonato en 2014, fue el que más me costó, porque en otras categorías me pude consagrar más temprano, como ocurrió en algún momento con el TC 2000, el TN y el Top Race. El TC por diferentes motivos no podía lograrlo.
-¿No te sacaron algún otro campeonato de las manos?
-(Se toma unos segundos) Pasaron muchas cosas que las sé... Pero en cuanto a lo estrictamente periodístico prefiero decir solo eso.
-¿Ahora no te dejan correr en la categoría?
-Yo tenía la posibilidad de correr con Toyota y cuando fui a hablar con ellos para el ámbito del TC no nos pusimos de acuerdo. Entonces tenía la posibilidad de correr con Chevrolet, pero no tuve el aval de la categoría, ya que para correr ahí te tienen que invitar y autorizar en los cambios de marca que uno desea. Como no tuve el aval para cambiar de marca y correr con Chevrolet, me alejé de la categoría. Es la única verdad y realidad. No es algo que maneje yo, es algo dirigencial.
-¿Extrañás el TC?
-Siempre se extraña como cuando me fui del TC 2000. El TC es una categoría muy popular, pero hoy estoy bien con mucha actividad con tres categorías en el TC 2000, Top Race y TCR.
-¿No es injusto que siendo una asociación de corredores no inviten a correr a un piloto?
-Es la forma que tiene de manejarse la categoría. No estoy por esa razón. Si está bien o mal no lo sé, creo que es hablar sobre supuestos.
-¿Sufriste otras injusticias en el TC o el automovilismo en general?
-Hubo algunas situaciones feas deportivas, pero no las quiero mencionar. Es una forma de olvidarla y no traerlas de vuelta acá a la mente y me las quedo para mí. Creo que es una manera de ser leal y le doy mérito a que más allá de haber ganado o perdido y ser un piloto leal en la pista.
-¿Te trajo problemas el ser frontal?
-Si, pero uno tiene su forma de ser y yo actúo en consecuencia a eso. Es mi forma de ser y mi forma de actuar.
-¿Tenés amigos en el automovilismo?
-Algunos sí. Tengo muy buena relación con muchos colegas y gente del ambiente. Las carreras son mi pasión y mi fuente de trabajo. Eso es lo principal que yo centro en el automovilismo. Me encanta manejar el auto de carrera y tratar de conseguir resultados. Después, mis amigos y mi vida están fuera del automovilismo en cuanto a ser una persona normal, como vos que estás trabajando acá y sos periodista, pero todos somos personas normales afuera del autódromo. Acá vengo a disfrutar de mi pasión y mi trabajo.
Ganó diez títulos nacionales: 5 en TC 2000 (2006, 2007, 2011, 2013 y 2020), 1 en el TC (2014), 2 en Top Race (2019 y 2020), 1 en la Clase 3 de Turismo Nacional (2014) y 1 en la Fórmula Súper Renault (2002). Desde muy joven supo tener una conducta abajo del auto, pero siempre dijo lo que pensaba. Entre sus planteos a la dirigencia en general, siempre estuvo el tema de la seguridad y desde muy chico vivió de primera mano la muerte y admite que sintió miedo cuando se mataron Matías Rico en la Fórmula Renault en 2002 y Guido Falaschi en 2011 en el TC. También confiesa cuál fue su mejor carrera y cómo se ve en diez años.
-¿Tuviste miedo en algún momento?
-En 2002, cuando se mató Matías Rico en la Fórmula Renault. Tenía 18 años y me dio miedo porque si bien sé que uno va a alta velocidad y que estamos expuestos porque el auto de carrera va rápido, esos momentos de accidentes fatales, como cuando se mató Guido Falaschi en el TC, te recuerdan que te puede pasar a vos. Ese 2002 y el accidente fatal de Guido son los dos momentos en los que tuve miedo y que te recuerda lo riesgoso que es la actividad.
-¿Se aprendió algo después de lo de Falaschi?
-Si, se aprendió, pero es natural que las cosas con el tiempo, si no las vas refrescando, se pierden. Es el momento de refrescarlo. En su momento el accidente (de Falaschi) fue por situaciones de pista, por situaciones de carrera, y de muchos factores. En su momento se corría con muchos sectores de tierra, pero ahora se liberaron esos sectores.
-¿Cuál fue tu mejor carrera?
-Paraná 2006, la de mi primer campeonato de TC 2000, por todo lo que marcó la carrera, con lluvia y neumáticos slick (para piso seco) y contra los dos rivales directos, el Pato Silva y Ponce de León.
-¿Qué pensás de lo que está haciendo Canapino?
-Lo que hizo el año pasado fue muy bueno porque lo que veo es la diferencia del auto que manejó Agustín, que era uno como el que manejamos nosotros.
-¿Cómo se explica que se bajó de un auto de Turismo y a los tres meses no desentonó en uno de Fórmula con 750 caballos?
-Por capacidad e interpretación en lo mental desde lo que vas aprendiendo del auto. Porque uno va haciendo escuela con lo que va girando y aprendiendo en pista. Ya manejar ese coche es difícil. No se golpeó o a lo sumo tuvo algún despiste. Pero manejar eso es un cambio muy grande. El hecho de que cometió pocos excesos es muy destacable. Ahora está en su segundo año y uno (por Canapino) naturalmente espera más.
-¿Cómo te ves dentro de diez años?
-Es lejano y soy cauto porque hay pilotos que tienen más años que yo y están muy vigentes como Leo Pernía, Rubens Barrichello, del que fui compañero de equipo; Ledesma.
-¿Te ves vinculado al automovilismo?
-No lo sé.
-Si pudieras cruzarte con aquel Matías que fue campeón en la Fórmula Súper Renault, ¿qué le dirías?
-Han ido bien las cosas hasta acá. Le diría que intente repetir las cosas porque más allá de los resultados pude vivir del automovilismo. Para mí fui muy gratificante desde ese Matías chico que pasó hasta acá en el tiempo. Ya pasaron 20 años desde que soy piloto profesional y de poder vivir de esta actividad.
-¿Qué te queda pendiente en tu carrera?
-Hoy a los 40 años lo que quiero es mantenerme competitivo. El tiempo pasa para todos y el deseo es tener las posibilidades todos los fines de semana que corra. Sentirme que puedo ganar y eso es lo más importante.
MATÍAS ROSSI: