Rafael Nadal, a sus 37 años y con algunas lesiones a cuestas, sigue demostrando que es uno de los mejores tenistas de la historia. El español tuvo que batallar más de la cuenta, pero se quedó con la victoria por 4-6, 6-3 y 6-4 ante el belga Zizou Bergs en la cancha central en su estreno en el Masters 1000 de Roma (quinto de la temporada).
En lo que pareciera ser su puesta a punto de cara a su última prueba antes de París, el oriundo de Manacor sigue su camino y, más que nunca, no mira el más allá. En su choque ante el deportista de 24 años (nunca se habían enfrentado de manera oficial dentro del circuito) el ganador de 22 grandes levantó a todos de sus asientos con un punto de antología y que deja en evidencia la esencia del español: resiliencia y calidad.
Al inicio del tercer set, Nadal se tropezó tras conectar la pelota y todo hacía indicar que el punto quedaría en manos del joven Bergs. Sin embargo, el ex número uno del mundo se levantó rápidamente para seguir en juego y quedarse con una ovación de todos los presentes al dejar perplejo a su rival con un delicioso golpe que se murió cerca de la red. Vale destacar que Rafa volvió esta temporada tras un 2023 en blanco y, con la lesión en su regreso australiano que se fue alargando, fue renunciando a torneos hasta Barcelona.
Producto de esta victoria, Rafael Nadal enfrentará en la segunda ronda al polaco Hubert Hurkacz, séptimo preclasificado y noveno del ranking mundial (en este 2024 ha ganado su primer título sobre tierra batida en Estoril). En caso de hilvanar su segunda victoria en fila, el español se verá en la siguiente instancia al vencedor del cruce entre el brasileño Thiago Seyboth Wild y el argentino Tomás Etcheverry. Por este lado del cuadro también asoma el danés Holger Rune.
El español logró ganar esta competencia en 10 ocasiones, siendo el máximo campeón de la historia. Además llegó a las definiciones de las ediciones de 2011 y 2014, pero en ambas sucumbió ante Novak Djokovic. Además, se convirtió en el primer tenista con al menos 70 victorias oficiales en dos Masters 1000 diferentes (73 en Montecarlo y 70 en Roma). Otro dato alentado: desde su regreso a la competición no había conseguido remontar un set en contra.
“Partido difícil para mí. Hubo momentos de muchas dudas, no conseguí jugar con tranquilidad. Pero la verdad es que estoy feliz, porque al final encontré la manera de ganar y para mí es muy importante al día de hoy. Por la confianza, porque he jugado otra vez casi tres horas, y me siento bien. Ahora tengo la posibilidad de jugar otra vez dentro de dos días”, manifestó Rafa en diálogo con la transmisión oficial una vez finalizado el encuentro.
El número 108 del mundo, por su parte, buscaba convertirse en el primer jugador en vencer al balear en un Masters 1000 viniendo desde la fase previa o bajo la condición de lucky loser.
La nota de color estuvo en las tribunas, ya que el encuentro estuvo varios minutos detenido a causa de una emergencia sanitaria en la grada, solventada por los médicos presentes en el estadio. Un aficionado requirió atención de los especialistas del Foro Itálico y el árbitro empezó a suministrar agua a gente de la grada para que se la hiciera llegar al afectado. El partido marchaba en ese momento con un set en favor del belga (6-4), pero con 40-0 a favor de Nadal en el inicio del segundo set.