Año 2006. Pep Guardiola acababa de colgar los botines en Dorados de Sinaloa, en su horizonte se veía con el buzo y la pizarra, y buscaba devorar conocimientos detrás de su formación. Su amigo el cineasta David Trueba planificó un viaje a la Argentina y él vio una oportunidad: la de tachar de su lista dos nombres que creía vitales en su master: César Luis Menotti y Marcelo Bielsa. Jorge Valdani y Ángel Cappa habían sido dos de los que le indicaron que su camino no estaba terminado si no se reunía con el Flaco. Y el cónclave, el puntapié de una relación más profunda, sucedió.
Según el libro Che Pep, del periodista Vicente Muglia, el encuentro se dio en el restaurant Piegari, de Recoleta. Y los conceptos con la pelota como protagonista rodaron hasta las 3 AM. “Nadie me hizo tantas preguntas como Guardiola. Era una ametralladora. Pero él no necesitaba aprender nada. Él ya sabía todo”, resaltó el campeón del mundo con Argentina en 1978, que este domingo murió a los 85 años, todavía vigente: se desempeñaba como Director de Selecciones Nacionales.
La influencia del hombre surgido de Rosario Central en el hoy DT del Manchester City resulta ineludible. Los encuentros se sucedieron en cada viaje de Menotti a Europa o los de Pep a la Argentina, como en 2013 y 2014, excursiones en las que hubo cena de largo aliento a la que se sumaron otros personajes del fútbol, como Gabriel Milito. Fueron alrededor de 30 horas de conversaciones con principio y sin final, alentadas por el amor por el deporte que los unió.
“El otro día estuve con Menotti y tengo la apreciación de que habla de fútbol con la pasión y el entusiasmo que tenía con 39 años, cuando fue campeón del mundo. Sigue siendo un revolucionario de lo que le gusta”, supo subrayar Guardiola en 2021. En esta esgrima de elogios, César Luis elevó la apuesta.
“Yo creo que Pep es el Che Guevara del fútbol. Siempre decía que el revolucionario gana o muere en la pelea y, como él, su idea es inquebrantable y no la va a modificar nunca: quiere jugar bien, quiere adueñarse del espacio y de la pelota. Y quiere manejar los tiempos del partido”, lo ensalzó en una columna con el diario Sport.
La dinámica de la relación terminó convirtiéndose en filosófica. “Los dos nos hacemos preguntas, pero a veces no encontramos la respuesta”, supo describir el argentino, que hasta olfateó que, en algún momento, el desembarco del ex Barcelona en el predio de Ezeiza para volver a comandar a Lionel Messi no representaba una utopía. “Yo creo que él hubiera venido, él me ha dicho que le gustaría”, supo declarar el arquitecto del mítico Huracán campeón del 73.
“Yo creo que Guardiola es el que más se acercó a Menotti. Pero lo del Flaco al nivel de Huracán fue espectacular. Y a nivel Selección fue dos veces espectacular. Él hizo su equipo a lo que él quería, a su pensamiento. En cambio, Guardiola hace los equipos con muy buenos jugadores, pero con dinero. Y eso, claro, así cualquiera. Pero la filosofía de Guardiola en el Barcelona era muy muy parecida a la del Flaco”, reflexionó Mario Alberto Kempes tras el golpe de la muerte del Flaco. Hermanados por un estilo y más de 30 horas de charlas de café.