La vida profesional de un futbolista suele ser corta. En las últimas décadas se extendió un poco más. Pero a algunos les ha costado mucho superar el retiro, como el caso del inglés Stephen Warnock, quien llegó a jugar en su selección y luego de colgar los botines a mediados de 2018 con 35 años, la rutina y falta de motivaciones lo complicaron de tal forma que llevó a pensar en quitarse la vida, según acaba de revelar.
Afirmó que luego de dejar la práctica quedó “muy deprimido durante años”. Otro factor fue el estrés causado por problemas financieros debido a una inversión “mal aconsejada”. Warnock, ahora experto en radio y televisión, dijo a Sky Sports: “Miré hacia atrás en mi carrera y pensé que era un fracaso. Pensé que había tenido una carrera terrible”.
El ex lateral izquierdo integró su selección en el Mundial de Sudáfrica 2010, pero lo golpeó mucho el descenso que tuvo en su carrera. “Ir a Liverpool, luego a Blackburn, a Aston Villa, luego a Leeds y seguí bajando. Siempre recuerdo haber pensado que me dejaría caer allí”. Ya en 2016 ganó la League One (Tercera División) con el Burton y la despedida comenzó a asomar en el horizonte.
Reflexionó que no siempre cuando un futbolista cuelga los botines puede afrontar lo que viene sin dificultades: “Después de retirarte, creo que la gente que se va (del fútbol) y piensa que la vida va a estar bien. Pero se trata de qué te dará ese entusiasmo, qué te dará esa emoción en tu vida”.
“Si lo encuentras rápido, estás bien, pero tienes que encontrarlo”, subrayó. A esto se sumaron los mencionados problemas financieros. “Recuerdo haber recibido una llamada telefónica diciendo como si algo hubiera pasado financieramente y había perdido un montón de dinero”, afirmó.
Pese a superar ese episodio la rutina y falta de motivaciones lo llevaron a un punto límite y confesó que “había contemplado quitarme la vida en un momento”. Aunque la luz estuvo en un amigo que lo escuchó en el momento justo: “Estaba tan estancado que pensé que había terminado, hasta que llamé a un amigo. Le digo todo el tiempo que me salvó la vida”.
“Luego comencé a relacionarme más con mis hijos, ellos podían notar una diferencia en mí. Y comencé a tener la sensación de mirar hacia atrás en mi carrera y no sentirme decepcionado por ella. Le dio un giro positivo, me hizo darme cuenta de lo que había logrado en mi carrera”, aseguró.
Contó que en la actualidad sale “a entrenar todos los días, probablemente con tres horas de sueño”. Pero eso le dio -de alguna forma- la adrenalina y emoción que había perdido después de la alta competencia.
Warnock jugó para 10 equipos en total entre 2002 y 2018. Ganó la Supercopa de la UEFA con su primer club, el Liverpool, en 2005 y consiguió el subcampeonato del Mundial de Clubes ese mismo año. Fue dos veces jugador del año del club: para Coventry en 2003/2004 y para Blackburn, cinco temporadas después. Jugó más de 550 partidos en sus 17 temporadas profesionales.
El ex defensor también obtuvo el segundo puesto con el Aston Villa tras la derrota por 2-1 en la final de la Copa de la Liga en 2010 ante el Manchester United. Las luces de ser un futbolista profesional y de alto nivel quedaron atrás. Pero como aseguró que “lo importante era volver a estar contento”.