Debutó en San Lorenzo con Ruggeri como DT, fue campeón con Racing y hoy tiene una academia para arqueros: “El fútbol exige mucha presión”

José Ramírez cosechó vueltas olímpicas con el Ciclón, el club de su corazón, y luego repitió en la Academia, ya como parte de su cuerpo técnico. Cuando arribó Gustavo Costas debió marcharse, pero sigue ligado al fútbol

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El Negro Ramírez ganó varios
El Negro Ramírez ganó varios títulos como parte del cuerpo técnico de Racing

José Fabian Ramírez sabe lo que significa ganar títulos en San Lorenzo de Almagro. El ex guardavalla integró el plantel azulgrana comandado por Ruben Darío Insua que ganó la Copa Sudamericana 2002. También fue parte del equipo que obtuvo la Mercosur 01 de la mano del chileno Manuel Pellegrini, y estuvo presente en Arroyito cuando el equipo del Bambino Veira se consagró campeón del torneo Clausura 95, ganándole 1 a 0 a Rosario Central con el tanto de Esteban el Gallego González. “San Lorenzo es mi segunda casa”, asegura el correntino de 47 abriles.

El Negro Ramírez se probó a los 8 en el Ciclón y quedó fichado. Se mantuvo durante casi 20 años, y vio pasar entrenadores, compañeros, dirigentes, hinchas, y también observó de cerca cómo se fue construyendo ladrillo a ladrillo el Viejo Gasómetro en el Bajo Flores. “Yo empecé a ir al club cuando en la Ciudad Deportiva había sólo dos columnas. Eran todas canchas de tierra. Me acuerdo de que la numero 2 tenía una pista de atletismo, y al lado de la cancha 1, había una de softbol”, recuerda el oriundo de Esquina, Corrientes.

Mas allá de su larga estadía en Boedo, el portero fue convocado por Reinaldo Mostaza Merlo a la Selección Sub17 para el Sudamericano desarrollado en Colombia y el Mundial de Japón 93. También, atajó en el Ascenso argentino, se fue en el 2006 al Ionikos de Grecia por una temporada, pasó por Olimpia de Paraguay, en su momento dirigido por Gustavo Costas, y se retiró en Gimnasia y Esgrima de Mendoza con 35 años.

“Colgué los guantes con la sensación de que no podía dar más. Además, no me pude recuperar de un desgarro, y la verdad es que el fútbol exige mucha presión que al final no pude asimilar”, revela en diálogo con Infobae.

- ¿Qué es de tu vida, José?

- En Racing Club no estoy más, luego de cinco años como entrenador de arqueros. Abrí un centro de entrenamiento y formación para arqueros para todas las edades en Canning. Además, me encuentro con el proyecto del fútbol femenino y entrenando el Senior en esta misma localidad.

Por suerte sigo vinculado al fútbol. Y lo más importante es que sigo tratando de entrenar a los arqueros. No es lo mismo que si estuviera en Primera División, pero trato de transmitir la experiencia que tuve durante mi carrera, de futbolista y de entrenador.

- ¿Que balance hacés de tu etapa en Racing como entrenador de goleros?

- Fue brillante. Porque estuve en constante aprendizaje, con la idea de transmitir lo que viví como arquero y jugador, y con la felicidad de haber logrado títulos. También, de observar hoy a los arqueros formados, y con la felicidad de haber estado en un club tan grande como Racing. De haber vivido situaciones muy lindas y otras no tantas. Pero bueno, el fútbol es así. Me encanta ser entrenador de arqueros y me gustaría seguir ejerciéndolo porque lo disfruto.

- ¿Por qué no pudiste continuar en Racing?

- Porque el entrenador Gustavo Costas vino con su grupo de trabajo y quisieron hacer un cambio. Obviamente que lo entendí. Pero fueron cinco años maravillosos y conocí gente muy linda, buena y sin conflictos con nadie. Me fui sin ningún problema.

- Hace poco, volviste a San Lorenzo de Almagro, donde naciste futbolísticamente.

- Sí. Después de mucho tiempo pude asistir al estadio de San Lorenzo, que es mi segunda casa. Estuve casi 20 años en el club. Jugué en el Nuevo Gasómetro, que me trae muy buenos recuerdos porque en ese lugar no había nada cuando yo iba a entrenar a Ciudad Deportiva; eran canchas de tierra. Estoy feliz de poder jugar en el Senior. Es una cuenta pendiente que tengo volver a trabajar en San Lorenzo. Porque pasé muchísimos años, conocí mucha gente buena y ojalá un día pueda regresar. Por una cuestión ética y profesional, cuando trabajaba en Racing no podía ir San Lorenzo. Pero un día volví, y estar en el club fue muy bueno, la gente me reconoció y me hizo muy feliz.

- ¿Qué recordás de tus inicios con la pelota?

- Yo nací en Esquina, Corrientes. Desde muy chiquito, a los 8 años, llegué a Buenos Aires para probarme en San Lorenzo, y quedé fichado. A partir de ese momento, empecé a hacer mi carrera como arquero. Atajé en las tres divisiones más chicas. Después, me tocó jugar un Mundial Sub 17 con la selección argentina y cuando volví, jugué en la Reserva y Primera División azulgrana. Pasé toda mi adolescencia y en Infantiles en el club, y desde Sexta pasé a entrenar en Primera. Fueron casi 20 años hermosos. Vi crecer mucho al club. Pero también pasamos momentos difíciles, y no teníamos todo. San Lorenzo es mi segunda casa.

Ramírez, como arquero del Senior
Ramírez, como arquero del Senior del Ciclón

- ¿Como fue ir a entrenar a Ciudad deportiva, época en la cual no existía el Nuevo Gasómetro?

- Eran todas canchas de tierra. Me acuerdo de que la número 2 tenía una pista de atletismo. Al lado de la 1, había una de softbol. Y durante las pretemporadas en Inferiores me la pasaba corriendo alrededor del predio, que en ese momento no era tan peligroso como ahora. Donde está hoy el estadio, existían canchas de tierras, y también donde se ubica la auxiliar.

- Entonces, ¿viste crecer el Nuevo Gasómetro ladrillo a ladrillo?

- Sí. Recuerdo que había carteles de Astori, la empresa constructora, y participé de la inauguración en el partido contra la Universidad Católica de Chile. Viví todos esos momentos en los cuales no estaban los codos. Se fue construyendo lo que hoy es el estadio. Verlo con esa estructura me da placer y también mantengo el sueño que alguna vez se pueda volver a Avenida La Plata, sería fantástico.

- ¿Ves factible que eso ocurra?

- Ojalá, porque es el lugar donde siempre tuvo que haber estado el Gasómetro y nunca se tuvo que haber ido. Como hincha, y ex jugador, sueño con que se vuelva a construir en Avenida La Plata, más allá de la felicidad que me genera ver el crecimiento del club y observar cómo está el estadio construido y poder tener nuestra propia casa.

- ¿Quién te hizo debutar en Primera?

- Oscar Ruggeri, como entrenador de San Lorenzo. Fui compañero en 1995 y competía en el puesto con Oscar Passet y Gilberto Angelucci. Debuté en 1999 con él. Luego, me fui a préstamo a Almagro. Cuando volví, estaba Saja. Y cuando este se fue, tuve un poco más de regularidad.

- ¿Fuiste parte del plantel campeón de 1995 de la mano del Bambino Veira?

- Si, sí. No me fui de pretemporada ese año con mis excompañeros, pero integré el plantel. Cuando volví, me subieron a Primera. El día que salió campeón en Rosario, en la previa atajé en Reserva. Así que fue una emoción tremenda.

- ¿Qué pasó que Ruggeri no te tuvo en cuenta?

- Jugué dos partidos en Primera División. Me fue bien, pero tenía 21 años, era joven y no entendía algunas cosas, ni los tiempos de cada uno. Entonces, salió la posibilidad de ir a Almagro, que había ascendido a Primera, y decidí irme. Me apuré en tomar la decisión, ya que estaba detrás de Gustavo Campagnuolo en la consideración de Ruggeri. Pasaron algunas situaciones en el club.

- ¿Como cuáles?

- Campagnuolo perdió el puesto con Saja. Y cuando volví de ser segundo arquero de San Lorenzo, pasé a ser el cuarto en la consideración del nuevo entrenador, Manuel Pellegrini. Y ahí, trabajé para ganar terreno, y tener la oportunidad. Luego, se fue Campagnuolo, después José Valdiviezo, y quedé como segundo de Saja. Seba tuvo rendimientos muy altos y por ende, se fue al futbol italiano. Ahí quedé yo como titular y primer arquero del club.

- ¿De qué manera se maneja la situación de ser parte de un plantel y no poder atajar?

- Es un puesto difícil el del arquero, porque no tenés muchas oportunidades para destacarte, son escasas. Por eso, siempre trato de transmitir que uno debe tener la paciencia necesaria, y trabajar constantemente para cuando llegue esa oportunidad y estar preparado para asumirla.

- ¿Fuiste dirigido por Ruben Darío Insua en el San Lorenzo campeón de la Sudamericana 2002?

- Sí. El arquero era Saja, pero yo atajaba en el torneo local. Igualmente, jugué ante el Monagas por la Sudamericana en el 5 a 1 en el Nuevo Gasómetro. También, con Pellegrini, cuando salimos campeones en la Mercosur 01.

- Luego, tuviste un paso por el fútbol griego. ¿Es distinto al argentino?

- De San Lorenzo me fui a Quilmes, y de ahí, a Grecia. Para mí, fue la gran oportunidad de llegar a Europa, porque en ese momento no era un jugador comunitario y debías ser un futbolista muy distinguido para no ocupar cupo de extranjero en una liga más fuerte europea. Entonces, me salió esa oportunidad y la aproveché. Si bien en ese momento no era como en Argentina, Grecia venía de ganar la Eurocopa, entonces el fútbol estaba arriba y bien visto. Como experiencia fue fantástica. Estuve un año, pero lamentablemente no pude dar el salto a un equipo más grande. Grecia es país es muy lindo y el fútbol es competitivo, pero me volví a la Argentina.

- Luego, tuviste un paso por Olimpia de Paraguay.

- Sí, es un club muy grande de ese país junto con Cerro Porteño. Olimpia exige y genera mucha presión. Jugamos copas internacionales y el técnico era Gustavo Costas. Como experiencia, fue muy importante para mi carrera.

Comida de campeones con San
Comida de campeones con San Lorenzo: el Negro Ramírez, con Pipi Romagnoli, Coco Capria, Pablo Michelini, Leo Rodríguez y el Beto Acosta

- ¿Cómo es tu relación con Costas? Porque es el entrenador que cuando volvió a dirigir a Racing hizo que te tengas que ir del club y te dirigió en Olimpia.

- Sí, no puedo decir nada de mi carrera futbolística porque nunca tuve un problema con nadie. Son decisiones que toma cada cuerpo técnico y se respeta. Así como estuve durante cinco años en la Academia y decidieron que me quede tanto Sebastián Beccaccece como Juan Antonio Pizzi y Fernando Gago, esta vez Costas vino con su gente y me tuve que ir.

- ¿En Olimpia atajabas seguido?

- Sí. Jugábamos el torneo local y la Sudamericana. Después, pasé por Almagro en el 2000, Godoy Cruz, Defensa y Justicia, donde tuve poca participación. Estoy feliz con mi carrera, y hoy estoy en otra etapa de mi vida, brindando la experiencia que adquirí.

- ¿Por qué tomaste la decisión de te retirarte cuando estabas en Gimnasia y Esgrima de Mendoza?

- Me retiré en el 2012 con 35 años. Nunca tuve una lesión grave en mi carrera. Sinceramente no pude recuperarme de un desgarro. Así que decidí retirarme y no me costó. A los seis meses, estuve nuevamente ligado al fútbol, así que mucho no se extrañó. No me afectó el retiro. Encontré la veta de ser entrenador de arqueros y es un oficio que me apasiona y me gusta mucho. Pero sí pasa que te encontrás durante 25 años haciendo algo, y de un día para el otro, lo dejás. Igualmente, fueron los primeros meses y luego volví a trabajar, lo que hizo que fuera más fácil.

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