Una situación llamativa se dio en el Miami Open, de los Estados Unidos. Es que el legendario Mike Tyson acaparó la atención de los espectadores después de protagonizar un momento incómodo durante el encuentro correspondiente a los cuartos de final del cuadro femenino, que protagonizaron Victoria Azarenka y Yulia Putintseva.
El histórico ex boxeador, conocido por su personalidad carismática y su trayectoria arriba del ring, se vio envuelto en una situación inesperada cuando intentó volver a su asiento tras salir de la cancha durante el cotejo. Sin embargo, las estrictas reglas del certamen le impidieron regresar a su lugar. Fue entonces cuando las autoridades del torneo le hicieron cumplir una regla que prohíbe a los espectadores abandonar o moverse de sus asientos durante la disputa de un partido. A pesar de los intentos de Tyson por regresar a su sitio y observar el desenlace del espectáculo, el personal de seguridad del evento debió interceder para no ceder ante su insistencia por volver.
El incidente dejó al ex púgil detenido por un breve período, mientras se le explicaban las medidas de seguridad implementadas en el Miami Open. Estas normativas tienen como objetivo garantizar que los jugadores no se vean distraídos por movimientos innecesarios en las gradas durante sus compromisos.
El momento que vivió Tyson sirvió como recordatorio de la rigurosidad del reglamento en eventos deportivos de alto nivel, donde incluso las figuras públicas deben cumplir con las normas establecidas para mantener el orden y la integridad de la competición.
Cabe recordar que la leyenda internacional sigue con su preparación de cara al duelo con Jake Paul, programado para el 20 de julio en el AT&T Stadium en Arlington, Texas, y con transmisión de la plataforma Netflix.
La organización está pendiente de la Texas Department of Licensing and Regulations (TDLR), que le exigirá al ex campeón mundial de peso pesado someterse a diferentes exámenes de electroencefalograma (EEG) y electrocardiograma (EKG) para evaluar su aptitud física a sus 58 años. Estas pruebas buscan identificar posibles trastornos cerebrales y problemas cardíacos, respectivamente, según le comunicó Tela Mange, gerente de comunicaciones de la TDLR en declaraciones brindadas a USA Today Sports.
El debate sobre la naturaleza del combate, si será profesional o una exhibición, aún está pendiente de la decisión final del departamento de licencias. A pesar de que tanto Tyson como Paul desean que se clasifique como una pelea profesional, podrían tener que conformarse con las reglas de una exhibición, lo que implicaría usar guantes de 16 onzas, reducir la duración de cada asalto a dos minutos y no contar con jueces oficiales para la puntuación.
La TDLR también se reserva el derecho de solicitar pruebas adicionales si lo considera necesario, lo que añade otra capa de incertidumbre al evento. Las normas sobre el peso de los guantes y la duración de los asaltos que se aplicarían en caso de ser clasificado como una exhibición son similares a las utilizadas en el combate de Tyson contra Roy Jones Jr en 2020, en el que Paul participó en la cartelera secundaria, venciendo a la estrella de la NBA Nate Robinson. Este enfrentamiento entre generaciones y disciplinas promete ser un hito en el calendario deportivo de este año, siempre y cuando Tyson logre superar las barreras médicas.