Pasó por San Lorenzo, Boca y Huracán, pero atajó hasta los 47 años en Costa Rica, próximo rival de Argentina: “Le puede competir tranquilamente”

Superman Díaz saltó del Ascenso argentino al país centroamericano, donde lleva más de 20 años y marcó una era

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También pasó por Ecuador y
También pasó por Ecuador y Guatemala

“Hace más de 20 años que vivo en Costa Rica y seguramente me voy a quedar de por vida. Este país tiene mejor proyecto de vida que la Argentina”, cuenta Carlos Alberto Díaz desde San José, la capital, donde vive junto a su familia.

El ex arquero de Rufino, Santa Fe, tiene 49 años y una carrera dilatada bajo los tres palos. Arrancó a los 10, en su pueblo natal, donde nació otra leyenda del arco, Amadeo Carrizo. Pero su máximo referente siempre fue Ubaldo Matildo Fillol, a quien definió como su ídolo. “Es único y trataba de imitarlo”, revela en diálogo con Infobae.

Desde chiquito, sus reflejos lo llevaron a pasar por las Divisiones Inferiores de San Lorenzo, Boca Juniors y Huracán, pero no llegó a debutar en Primera División. Por necesidades económicas, dejó Parque Patricios para jugar en al Ascenso argentino. Pasó por Deportivo Laferrere, Atlético de Tucumán, Argentino de Merlo, Gimnasia y Tiro de Salta y Defensores de Belgrano, entre otros clubes, previo a partir rumbo a Costa Rica en el 2003. El ex guardavalla santafesino jugó más de 700 partidos, anotó seis goles y se destacó hasta los 47 años.

Díaz ostenta varios récords durante su etapa en Costa Rica: fue elegido cinco veces seguidas como el mejor arquero jugando para el Club Sport cartaginés, es el único guardavalla argentino en la historia del fútbol tico, el primer extranjero del Cartaginés en sus 100 años de existencia, y además, es el portero no costarricense con más partidos disputados en el fútbol local.

Por este motivo, es palabra autorizada para hablar sobre la selección de Costa Rica, rival de la Albiceleste en el amistoso que se jugará en Los Ángeles, Estados Unidos. “Es un equipo que juega bien. El entrenador es Gustavo Alfaro. Es un seleccionado que está en un proceso de restructuración con un cambio generacional, pero va a salir a competir”, asegura Superman Díaz, quien se ganó ese apodo en el país que lo adoptó.

- ¿Qué es de tu vida, Carlos?

- Soy el entrenador de arqueros de la Asociación Deportiva San Carlos, un equipo de la Primera División de Costa Rica. Estoy trabajando en el cuerpo técnico de Luis Marín, quien fue ayudante de campo de Jorge Luis Pinto en el Mundial de Brasil 2014. Estoy trabajando desde hace cuatro meses, luego de haber pasado por Pérez Celedón, otro equipo de Primera costarricense.

- ¿Cómo es trabajar en el fútbol de Costa Rica?

- Normal, como en cualquiera otra liga del mundo. Nos dan todas las facilidades y comodidades para poder llevar adelante el trabajo que uno quiere implementar. Es todo muy profesional y estoy muy cómodo.

- ¿Cuánto hace que vivís en Costa Rica?

-Desde hace 20 años. Vine a finales del 2003, cuando estaba trabajando en Sarmiento de Junín, que luego ascendió a la máxima categoría. Atajaba Pablo Campodónico. Vine a Cartaginés y arranqué mi maratón. Con idas y vueltas, tuve pasos por Guatemala, Ecuador, pero siempre volviendo a Costa Rica.

- Ya sos un costarricense más...

- Soy mitad argentino, mitad costarricense. Hace 20 años estoy acá y seguramente me voy a quedar de por vida. Este país tiene mejor proyecto de vida que la Argentina. Además, tengo muy arraigada la nacionalidad tica pero no dejo de ser argentino.

-¿Cómo es la vida en Costa Rica?

- Es un país caro, pero se gana bien. La calidad de vida es muy buena. Es un país hermoso en cuanto a volcanes, playas y bares. Todo te queda muy cerca. Lo más lejos que viajás son cuatro horas de una punta a la otra.

En Boca llegó hasta Quinta
En Boca llegó hasta Quinta División

- ¿Mantenés las costumbres argentinas a pesar de la distancia?

- Sí, las tengo absolutamente todas. Seguimos tomando mates, comiendo asado. Es como si estuviéramos allá, pero lo que te cambia es que acá se come un poco más de arroz y frijoles por una cuestión de costumbre. Pero en el resto, es como vivir en la Argentina.

- ¿Por qué elegís quedarte en Costa Rica y no volver a la Argentina?

- Porque mis hijos vinieron desde muy chiquitos acá, cuando tenían 4 y 7 años. Ya hicieron su vida en Costa Rica. Me convertí en abuelo en este país. Mi familia se radicó acá y todo mi mundo gira alrededor de este país. No cambiaría irme a otro lugar, y ya lo hablamos con mi familia. Tuve la opción de volver y nadie de mi familia quiso, porque hay mejor calidad de vida en Costa Rica que en la Argentina; vivimos bien acá.

- ¿Tenés un buen pasar económico?

- Me fue muy bien. Fui muy cuidadoso con el dinero que hice y en cómo invertí la plata. No soy millonario y tengo que seguir trabajando pero sí, estamos muy bien acá.

- ¿Siempre estuviste vinculado al fútbol?

- Sí, siempre. Jugué hasta los 47 años, y hace tres que estoy preparándome para ser entrenador de arqueros, luego de haberme recibido y haber sacado mi licencia de Conmebol. Siempre estuve vinculo al fútbol, no hice otra cosa.

- ¿Cómo fue atajar hasta los 47 años?

- Fue algo raro, pero el fútbol de acá es igual que en todos lados. Porque el arco mide lo mismo que en cualquier otra parte del mundo. Me cuidé mucho, siempre. Me dediqué a esto desde muy chiquito. Jugué en un nivel alto hasta los 45 en Guatemala y los dos últimos años en Costa Rica, en la Segunda categoría. Pero esto depende de la capacidad, más allá de la edad que uno tiene. Si rendís, podés atajar hasta cuando quieras y obviamente que, cuando te equivocás y más grande sos, más te van a criticar. Te empiezan a decir que sos viejo y no servís más. Pero mientras hagas bien tu trabajo, no hay problema y podés seguir atajando.

- En Costa Rica marcaste varios récords y llegaste a atajar en casi 700 partidos...

- Y un poco más también. Hubo otros que no se contabilizaron, más los últimos años que atajé en la Segunda división. Tengo varios récords en Costa Rica: soy el primer arquero extranjero en la historia del fútbol costarricense, soy el arquero extranjero con más partidos en este país, el segundo con más partidos en Cartaginés, y el portero que más tiempo atajó en Costa Rica.

- ¿A qué edad empezaste a atajar?

. A los 10 años. Vivíamos en Rufino, Santa Fe, con mi papá, que había hecho un arco y armábamos partidos. El que siempre iba al arco era yo y le empecé a tomar el gusto. De ahí para adelante siempre atajé, y cuando había un picadito en el barrio todos se peleaban para no atajar, y yo era el primero que levantaba la mano para ir al arco. Siempre tuve ese gustito y mí dolo era Ubaldo Fillol, a quien trataba de imitar. Fue mi máximo referente y el más grande de todos. Era único el Pato Fillol. También copié muchas cosas de Carlos Navarro Montoya, con quién me crié en las ligas menores de Boca Juniors. Íbamos todos los días a entrenar y copiaba algunas cosas del Mono.

- De Rufino era Amadeo Carrizo. ¿Tuviste relación con él?

- No, él era más grande. No lo llegué a conocer. Pero sí íbamos a la plaza que hay en el pueblo que lleva su nombre a jugar siempre con mis amigos.

- ¿Cómo fue tu paso por Boca?

- Fueron cinco años. Hice casi todas las Divisiones Menores hasta llegar a la Quinta. Pero ahí observé que no iba a tener oportunidades en Reserva ni mucho menos en Primera y se me abrió una chance de ir a Huracán de Parque Patricios, y la aproveché. Cuando llegué, atajé en Reserva y entrené con el plantel de Primera del Globo. A partir de ese momento, empezó el futbol profesional en mi carrera.

- ¿Con quién competías en el puesto en Huracán?

- Con el Anguila Gutiérrez, que era el titular. El técnico era Enzo Trossero. Yo entrenaba con el plantel de Primera que integraba, entre otros, el Chipi Barijho, con quien subimos juntos desde Reserva. Él es más chico que yo, pero arrancamos juntos en Primera. No llegué a debutar en Huracán, pero sí integré el primer plantel. No atajé porque no había lugar. Fui papá muy joven y necesitaba tener algún ingreso económico, así que recalé en el Argentino A en Carmen de Patagones.

Hoy se desempeña como entrenador
Hoy se desempeña como entrenador de arqueros

-¿Anteriormente habías estado en San Lorenzo de Almagro?

- Sí, en categorías infantiles. Me cansé y me fui a Boca porque era mejor opción para mi futuro. Resulta que tenía un tío que me quería llevar ahí. Fui, me probaron y quedé. Luego, pasé por Atlético de Tucumán, Gimnasia y Tiro de Salta, Deportivo Laferrere, Argentino de Quilmes, Sarmiento de Junín, Lujan de Cuyo y Gimnasia de Mendoza, antes de venirme a Costa Rica.

- ¿Te cambió la vida llegar a Costa Rica?

- Sí. Llegué a finales del 2003 porque estaba el tema de la devaluación de la moneda y vine a ganar en dólares que me salvó la vida. Fue importantísimo porque tengo dos hijos que, en ese momento, eran chiquitos y debía buscar un futuro para ellos.

- ¿Qué virtudes tiene la selección de Costa Rica, rival de la selección argentina?

- Ha crecido mucho. Es una selección que, después de las apariciones de Bryan Ruiz y Keylor Navas, ha marcado una época y empezó a ser más respetada. Es un equipo que juega bien. El entrenador es Gustavo Alfaro. Es un seleccionado que está en un proceso de restructuración con un cambio generacional pero va a salir a competir. No al nivel que todos esperan, porque estamos hablando que enfrentará al campeón del mundo, pero es un equipo que puede competir tranquilamente.

- ¿Desde la llegada de Alfaro, qué cambió hubo en el equipo?

- No tuvo muchas chances de trabajar. Llegó hace poco tiempo. No le ha ido bien, pero con tiempo y el trabajo que se pueda implementar, esperemos que puede igualar y mejorar lo que hizo en Ecuador. Jugó muy poco y no le fue muy bien en cuanto a resultados. Le va a costar un poco, porque está llevando a cabo un cambio de jugadores de mucha experiencia.

- ¿Cuál es la principal figura de Costa Rica?

- Keylor Navas, sin dudas. Empezó a atajar cuando yo ya era figura en el fútbol de este país. Lo enfrenté en varias oportunidades. Es un gran arquero, que por estar en la selección de Costa Rica y en el Real Madrid está definido como el mejor arquero de Centroamérica. Pero no es mi referente, porque yo ya estaba atajando cuando él empezó su carrera.

- ¿Cómo debería jugarle Costa Rica a la Selección campeona del mundo?

- Intentando tener un poco la bola y no dándole demasiado espacio a la Argentina, porque es muy agresivo y dinámico, ya que si le das espacios, te va a acabar. Con Messi o sin él, Costa Rica no cambiaría su manera de jugar. Es un distinto, el mejor del mundo, pero estamos hablando de Argentina.

- ¿Alguna vez tuviste intenciones de representar a la selección costarricense?

- Estuve a punto. En dos oportunidades me quisieron nacionalizar, pero por cuestiones de tiempo no se pudo dar. Pero estuvimos cerca y ganas siempre tuve.

- ¿Fue la cuenta pendiente de tu carrera?

- No. Estoy muy agradecido con todo lo que me tocó. Estoy muy conforme con la carrera que hice. Jugar en una selección y disputar un Mundial hubiese sido maravilloso. Pero tampoco se puede tener todo. Desde 1990 en adelante, casi siempre estuvo en los Mundiales. Faltó en la edición 2010, nomás.

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