Marcelo Bielsa, el experimentado entrenador argentino que actualmente dirige la selección uruguaya, ofreció una conferencia de prensa llena de anécdotas e información previa al encuentro amistoso frente al País Vasco (el sábado, desde 16, en el emblemático Estadio San Mamés, escenario que el Loco conoce a la perfección por su pasado en Athletic Bilbao). En medio de la conferencia, un momento inesperado captó la atención de los presentes: el celular del entrenador comenzó a sonar, a lo cual, con una sonrisa, comentó: “Disculpen, no sé bien manejar estos teléfonos”, mostrando su lado más humano ante la prensa.
Ese llamado interrumpió su idea sobre el valor del fútbol en esa región de España: “El fútbol vasco se expresa a través de los cuatro equipos que compiten en Primera división, a veces alguno más, siempre hay exponentes de mucha calidad. El Athletic ha generado una nueva camada de jugadores valiosos, Real Sociedad ha tenido un pasaje por Europa y una regularidad en los últimos años de competencia que tienen mucho valor... disculpen no sé bien manejar estos teléfonos. Osasuna hace mucho que mantiene la categoría y Alavés está teniendo una temporada interesante, el potencial del fútbol vasco está pasando por un buen momento”.
Durante el intercambio con los medios, el argentino también aprovechó la ocasión para elogiar abiertamente a Nicolás Fonseca, una de las caras nuevas de la Celeste en esta nómina para enfrentar al País Vasco y a Costa de Marfil (martes 26 de marzo, en el Stade Bollaert-Delelis de Lens, Francia). “Es un jugador que lo conocí y vi a fin de 2023 compitiendo por el equipo que jugaba en Uruguay (Montevideo Wanderers). Me llamó mucho la atención, también en los primeros partidos que jugó en River. Creo que hay en él una esperanza en relación al fútbol uruguayo”. El volante nacido en Italia hace 25 años recaló este semestre en el Millonario, donde lleva disputados nueve encuentros (siete de titular)
“Los que han pasado por Bilbao y por el Athletic saben lo que ese club significa. Queda impreso en la piel, en el corazón y en el sentimiento de quienes tuvieron la suerte de pertenecer, aunque sea brevemente, como en mi caso. Así que el Athletic es un recuerdo que me llena de nostalgia y después de haberme ido siempre reflexioné con que debería haber hecho algo más para poder quedarme más tiempo”, rememoró el Loco, quien dirigió a Los Leones durante dos temporadas (2011/12 y 2012/13).
Para cerrar, esbozó: “Uno de los mejores recuerdos de mi carrera deportiva tiene que ver con lo que pasó cuando terminó el partido de (despedida de) San Mamés, cuando se cerró. La memoria es selectiva, retiene episodios y nos marca en la emotividad personal. Siempre fui muy respetuoso de cómo los vascos asumen los compromisos de la vida civil; creo que los que son vascos saben que son muy respetuosos de la civilidad, entonces era un partido de despedida que no debíaa mezclarse con nada y estaba seguro que los espectadores se iban a comportar de ese modo. Y cuando terminó el partido se apagaron las luces, sucedió ese mensaje que recibí de la afición del Athletic, que fue el regalo más importante. No hubiera cambiado eso por nada de lo que sucedió antes. Pero haber visto cómo no superpusieron el homenaje al estadio histórico que despedían y que las luces estuvieran apagadas como diciendo: ‘Bueno, termino esto, vamos a dedicarle un minuto a otro tema’... A veces uno fantasea e imagina a los otros mejor de lo que son, y siempre imaginé a los vascos de una buena manera y aquello lo tengo registrado de ese modo en el mensaje (que le dedicó la gente). Aparte fue espontáneo y colectivo; son esas cosas mágicas donde la gente se pone de acuerdo sin saber qué lo motivó”.