“Cuando llegué al Barsa era el único argentino. Leo empezó a subir y a entrenar con nosotros. Cuando se dieron cuenta de que se bancaba las patadas de los pibes de 30 años, dijeron: ‘Este pibe tiene que estar acá'. Ahí empezó”. Maxi López, hoy empresario (es uno de los dueños del Birmingham de Inglaterra) evocó su carrera como futbolista y puso el foco en su paso por el Barcelona. Y en su vínculo con el capitán de la selección argentina campeona del mundo y con Ronaldinho, dos astros con los que tuvo el honor de jugar.
“Armábamos los asados en casa, jugábamos a la Play. Cuando dio los primeros pasos llamaba al papá, le pedía permiso. Teníamos un vestuario fantástico. Ronaldinho nos metió bajo su ala, nos ayudó un montón, continuó el ex atacante, de 39 años, en diálogo con DSports.
“Leo siempre fue fiel a sus raíces, a su forma de pensar, y auténtico. La diferencia es que siempre tuvo a su familia”, añadió. Ese rol de “hermano mayor” que asumió implicaba protegerlo, incluso, de las tentaciones. Es que, se sabe, a la par de su talento y de su perfil de líder positivo, a Dinho le gustaba el esparcimiento...
“Cuando sonaba el teléfono y era Ronaldinho... No se le podía decir que no. Por lo menos para mí era muy difícil. ¿A qué hora llamaba? A cualquiera. Había que seguirlo. Era el capitán encubierto, el que manejaba todos los hilos adentro del vestuario”, narró el punta surgido de River Plate, que aclaró que en esas correrías no entraba el joven Messi.
“Leo era chiquito y había que cuidarlo, tenía 16 años. A los llamados antes de las 10 de la noche lo podíamos llevar, después, no”, concluyó.
OTRAS SENTENCIAS DE MAXI LÓPEZ
Su opinión sobre el presente de River
“Sigo de cerca a River, creció muchísimo. Me gustó mucho que en este nuevo campeonato haya sacado chicos tan jóvenes y que ya los foguee en el primer equipo. Porque el recurso fundamental del fútbol argentino son los juveniles y habla bien de las inferiores de river, porque tiraron chicos de 16, 17, 18, hasta 21 años al equipo. Me gustó mucho esa política de la dirigencia del club y del entrenador”.
¿Hubiera jugado en Boca?
“Siempre con muchísimo respeto, pero a Boca no hubiera ido. Crecí en las entrañas de River, mamé toda la historia; con respeto, pero no”.
Su experiencia en un Boca-River: su Superclásico inolvidable en el 1-0 en La Bombonera de 2004
“Para el hincha de River, el River-Boca es lo máximo. Es una experiencia, como jugadores, ir a la cancha de Boca y ganar, es lindo. Cuando a mí me tocó, había 15.000 personas de River, era un espectáculo increíble”.