Del grito más alocado de Demichelis a las lágrimas de Rodrigo Aliendro: las reacciones tras el golazo que le dio la Supercopa Argentina a River

El mediocampista ex Colón anotó el 2-1 ante Estudiantes en tiempo de descuento y las emociones explotaron en la delegación del Millonario

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Minuto 19 del segundo tiempo, Estudiantes vencía 1-0 a River en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba y se estaba quedando con la Supercopa Argentina. Parte del público del Millonario atronó con un grito de guerra: “Poné a los pibes”. Martín Demichelis, en el banco de suplentes, movió rápido las fichas: llamó a Claudio Echeverri (uno de los juveniles reclamados) y a Rodrigo Villagra. Luego fue moviendo la alineación y a tres minutos del epílogo sumó a Rodrígo Aliendro.

Minuto 92. La Banda ya había igualado con el centro de Pablo Solari que se desvió en Zaid Romero. El Diablito le dejó cortito el balón al ex Colón, quien sacó un remate furioso que se clavó en un ángulo. Inmediatamente, el sector de relevos explotó. Micho se giró, miró de frente a una de las plateas y gritó el tanto de manera alocada, tal vez como nunca en su gestión que ya conocía de vueltas olímpicas (una Liga Profesional y el Trofeo de Campeones).

En la continuidad de la misma escena, las cámaras fueron con Aliendro, de 33 años, quien no pudo contener las lágrimas de emoción por la conquista de gran factura que valió un título, el 2-1 definitivo ante el Pincha.

“Este y el de Colón, que también sirvió para un campeonato -la Copa de la Liga- son mis goles más importantes. No es fácil entrar en un partido tan intenso. Pateé y gracias a Dios entró”, describió el hombre surgido de Chacarita.

* Las principales alternativas del cotejo disputado en Córdoba

“Siempre me dicen que trate de patear más, no es una de mis características, pero les hice caso a los compañeros”, confesó. Y vaya si el consejo resultó acertado. “Ellos nos hicieron el gol, se metieron un poco atrás, son un equipo muy bueno, se encerraron bien, pero siempre buscamos ganar, intentando”, analizó lo sucedido en el césped, que se destrabó con su zapatazo.

Una imagen unió las historias,. Cuando Aliendro estaba detrás de una de las líneas de meta celebrando con sus seres queridos, se acercó Demichelis. Lo abrazó y le susurró un par de palabras al oído, antes de dejarlo seguir con los suyos. Pareció un agradecimiento. Es que, más allá de que River está invicto en 2024, las dudas aún sobrevuelan al ex marcador central.

Los cuestionamientos son para todos, tenemos clara la idea de Martín, a veces sale bien, a veces no. Pero estamos convencidos de lo que queremos y sabemos que tenemos mucho más para dar; ojalá sea un envión para lo que viene”, concluyó el volante que supo jugar en Ituzaingó.

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