La segunda etapa de Ruben Insua como técnico de San Lorenzo resultó un bálsamo para los hinchas del Ciclón, que veían cómo el equipo andaba a los tumbos y empezaba a padecer en la tabla de los promedios. Sin embargo, con el Gallego, campeón de la Copa Sudamericana 2002, logró dar pelea en los primeros puestos y regresó a la Copa Libertadores, que disputará este año. No obstante, en los últimos meses, el nivel del equipo decreció. Y en la actual Copa de la Liga sólo ganó un partido (a Tigre) y está lejos de lograr una plaza para los cuartos de final (a ocho puntos de Newell’s, último clasificado en la Zona B). El presente generó algunos cuestionamientos. Y el DT, de 62 años, sorprendió con declaraciones que hicieron ruido entre los aficionados y también en la intimidad del club.
“Es obvio que hay alguien interesado en debilitarnos. No sé quién es, lo que sí me consta es que es de adentro”, soltó el coach en una nota con DSports Radio. Ante los micrófonos, Insua exoneró al presidente Marcelo Moretti y a Néstor Ortigoza, hombre fuerte del fútbol profesional y a quien tuvo como dirigido antes de que se retirara.
“Ellos, con quienes tengo una excelente relación, me ofrecieron dos años de contrato. En el fútbol argentino es difícil que te ofrezcan uno, imaginate dos. Yo estoy seguro de que la gente va a seguir apoyando”, rubricó quien, ante la partida de Guillermo Farré de Belgrano, se convirtió en el orientador más longevo de la élite del fútbol argentino en la actualidad.
Acto seguido, Ruben se dedicó a puntualizar los detalles que lo llevaron a inferir que tiene un “enemigo” dentro de la institución que lo boicotea: “El 27/12 me llaman de Buenos Aires para decirme que había salido que el club había contratado un jugador que yo ni conocía. Después salió en la página del club una foto de Leguizamón vendado y que no jugaba porque se hizo un tatuaje; también salieron públicamente los montos del contrato del cuerpo técnico, algo que no me había pasado nunca”.
“Una, otra y otra, no es casualidad, debe haber alguien interesado en que la cosa no salga bien o que quedó enojado con lo que sucedió en 2022 y 2023″, añadió, haciendo referencia a los buenos resultados cosechados en las últimas dos temporadas.
“Terminamos de armar el plantel en la sexta fecha, todavía nos falta bastante para llegar al nivel quepretendo. A veces tienen razón cuando dicen que no jugamos bien y a veces no. Tuvimos serias dificultades en las primeras cuatro fechas porque no tuvimos intensidad física. Tenemos que mejorar la calidad de juego, tener mayor volumen de ataque”, concluyó, en el umbral del duelo de este sábado ante Sarmiento en el Nuevo Gasómetro, por la fecha 11 de la Copa de la Liga.