Ocho simpatizantes del club chileno Colo Colo fueron expulsados del país luego de que la Justicia los condenara en un juicio abreviado por haber robado un kiosco en la provincia de Mendoza, adonde habían viajado a fines del mes pasado para presenciar el partido de su equipo contra Godoy Cruz, por la Copa Libertadores.
Se trata de Katherine Romero (21), Nicolás Paredes (20), Cristian Guzmán (22), Jiovanny Tello (24), Oscar Contreras (29), Dafne Calderón (29), Emilia Valdes (21) y Guillermo Leger (29), todos de nacionalidad chilena, quienes recibieron una pena de 3 años de prisión en suspenso por robo agravado por ser cometido en poblado y en banda a un negocio ubicado en pleno microcentro mendocino, según se detalla en el fallo la jueza Claudia Tula.
Fuentes oficiales comunicaron a Infobae que la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), organismo dependiente del Ministerio del Interior, llevó adelante el proceso de expulsión y dispuso la prohibición de ingreso a la Argentina de forma permanente para todos ellos. Efectivos de la Gendarmería Nacional se encargaron de llevarlos hasta la frontera y efectuar la deportación.
Previamente, la Dirección Nacional de Seguridad en eventos deportivos había decidido prohibirles el ingreso “de por vida” a espectáculos deportivos, medida que también abarca a otros 14 aficionados del Cacique que, en el marco del partido que se disputó el pasado 22 de febrero, terminaron acusados de graves delitos.
Los fanáticos fueron imputados por tenencia de arma blanca, alteración del orden público, amenazas y robo. Y, en un caso, por abuso sexual agravado con acceso carnal: Ricardo Antonio Hernández (30) fue detenido acusado de haber violado a una mujer de 28 años una vez finalizado el partido.
Según detalló la agencia Télam, la víctima relató a las autoridades que se encontraba saliendo del Hospital Central cuando se cruzó con un grupo de hinchas del club chileno que estaban festejando la victoria de su equipo. Allí fue cuando uno de ellos la tomó por la fuerza, la llevó hacia el interior de la plaza Almirante Brown, en calle L. N. Alem y Montecaseros, y comenzó a violarla, además de insultarla y amenazarla.
Los investigadores identificaron luego al sospechoso que, tras ser arrestado, fue alojado en el Complejo Penitenciario Boulogne Sur Mer, donde permanece mientras avanza la causa.
Aquel 22 de febrero fue violento, tanto para quienes concurrieron a ver fútbol como para los demás ciudadanos que se vieron envueltos en actos de violencia y persecuciones.
Previo al inicio del cotejo, en las inmediaciones del estadio Malvinas Argentinas se registraron enfrentamientos de la parcialidad visitante con la Policía, que reprimió con gases lacrimógenos y balas de goma. Además, hubo corridas en plena calle y combates cuerpo a cuerpo frente a civiles que nada tenían que ver con el asunto interno que intentaban dirimir los barras.
A pesar del numeroso operativo policial que desplegó el gobierno provincial ante la llegada de una multitud de seguidores del Cacique, no hubo manera de detener a los violentos que se pelearon entre sí y, además, golpearon con salvajismo a un hombre que tenía puesta la camiseta de Boca Juniors en el parque Independencia hasta dejarlo inconsciente en el césped, agresión que ocurrió ante la mirada atónita de los transeúntes.
No es la primera vez que integrantes de la Garra Blanca cometen desmanes en las ciudades argentinas que le toca visitar, ya que el año pasado, durante su estadía en Buenos Aires, protagonizaron enfrentamientos con simpatizantes de Boca Juniors cuando Colo Colo jugó en La Bombonera por fase de grupos de la Copa Libertadores.