Jorge Martínez, ex entrenador del equipo profesional femenino de Boca Juniors, irá a juicio oral tras haber sido denunciado por Florencia Marcó, ex empleada de prensa del club, en el contexto de una causa por abuso sexual simple. El imputado, que en primera instancia negó cualquier tipo de hecho, tendrá que presentarse el viernes 22 de marzo en un juicio unipersonal (no colegiado) frente al juez Sergio Paduzak en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 22.
Marcó, que trabajaba en Boca desde 2011 y en 2019 pasó a formar parte del departamento de prensa en la rama femenina, declaró que sufrió varias situaciones de acoso e intimidación (incluso que llegó a ser manoseada) por parte de Martínez en el año 2022. La Justicia tomó declaraciones a varios testigos y determinó procesarlo por abuso sexual simple, delito que contempla penas de hasta cuatro años de prisión, en mayo del año pasado.
Citado por la Justicia, Martínez se negó a declarar y sólo presentó un escrito en el que dijo ser inocente, pero no aceptó preguntas de ninguna de las partes. Los siguientes pasos procesales fueron tomar declaraciones testimoniales que validaran la versión de la jefa de prensa, por lo que se esperaba que finalmente el juez tomara una decisión que implicaba el estado de sospecha firme sobre la comisión del delito que se le adjudica al ex jugador y técnico de Boca (antes lo había sido del plantel femenino de Defensores de Belgrano) y además le trabó embargo por la cifra de cinco millones de pesos. Como Martínez está a derecho y si fuera condenado el mínimo de la pena es de cumplimiento condicional, atraviesa todo el proceso en libertad.
Tras la separación del cargo de Martínez, Boca tomó la determinación de contratar a Florencia Quiñónes, ex jugadora de la institución.
En una entrevista con TyC Sports, Marcó manifestó: “Mi vida cambió totalmente cuando esta persona (Jorge Martínez) inició su trabajo en Boca en enero de 2022. Empecé a vivir lo que es un abuso. Y en este tiempo de reflexión dividí mi vida en etapas que me permitieron pensar sobre lo ocurrido. La primera etapa tiene que ver con una negación y una confusión, porque no podes creer que la persona que está trabajando con vos comience a abusar de vos. Entonces minimizás los hechos. Decís ‘esto no puede ser, yo estoy loca’, entrás en la duda. Después, de a poco, lo vas confirmando y aparece un silencio como consecuencia de la vergüenza que sentís. No lo podés poner en palabras. No lo podía nombrar”.
Y prosiguió: “Esto a mí no me puede estar pasando. Después sentís miedo, intimidación. Esas tres sensaciones están con vos las 24 horas del día. Dormís y te despertás con esas sensaciones. Tenés miedo al abusador, a la institución, de que ese acoso, que empezó a ser abuso, pase a otra instancia peor. Es muy fuerte. Y por último llega la parte donde el abusador hace que vos te enteres que él te está abusando”.
Marcó sigue siendo empleada de Boca pero actualmente se encuentra de licencia por tratamiento psicológico sin goce de sueldo. “Espero que se deje de naturalizar el abuso, el acoso y la violencia, que se le empiece a dar el lugar que corresponde, sobre todo en un espacio como en el que yo me encontraba, que es el del fútbol femenino. Que se tome conciencia del daño que genera un abuso. El abuso hay que llamarlo por su nombre, no hay que minimizarlo. Se conoce poco y no se habla. Y lo que no se habla no se visibiliza. ¿Y cómo vamos a cambiar algo de lo que no se habla?”, manifestó.