Una vez más la pelea de barras metidos en sindicatos y política puso en alerta a la ciudad de La Plata. De un lado Iván Tobar, capo de Los Leales, la barra brava de Estudiantes y del otro Cristian Camillieri, alias el Volador, jefe de los de Gimnasia. El primero maneja la Uocra regional. El segundo se alió a Brian Medina, hijo del famoso Juan Pablo Medina, para pelearle el sindicato. En una saga en la que también están divididos en la familia del famoso Pata. Obra pública, negocio de cancha, delincuencia al por mayor, droga y cobertura política y policial. Un cóctel explosivo que volvió a tener un capítulo en las últimas horas.
Lo que ocurrió en Diagonal 74 y calle 45 este mediodía fue que tres barras del grupo de Tobar encontraron en la calle al Volador. Y lo invitaron a pelear. Al principio fue un mano a mano entre Emanuel, hombre del capo de los violentos del León, con Camillieri. Después, según denunció el jefe de los del Lobo, se metió otro para agredirlo. Todo ante la atónita mirada de los transeúntes y automovilistas que tenían que esquivarlos para no atropellarlos. En las imágenes se puede ver también observando todo la presencia de Héctor Nieves, secretario general de la CGT regional, miembro de la comisión directiva de UPCN de la Provincia de Buenos Aires y vocal en la Comisión Directiva de Estudiantes. Donde se aprieta, sale pus. Y la guerra recién comienza.
Hay varios antecedentes hasta llegar a este momento. En septiembre del año pasado un nieto del Pata Medina fue apuñalado a la salida de la cancha de Gimnasia. El Volador Camillieri denunció que fue la gente de Tobar y que el tema no tenía que ver con la cancha, sino directamente con la pelea por el manejo de la Uocra local. El que tiene el sindicato consigue poner los trabajadores en las obras, poner los baños químicos, el negocio de las viandas y todo lo que ronde detrás de la construcción. Es una caja gigantesca, mayor obviamente a la del fútbol que en La Plata tampoco es menor.
Aquel día, el Volador le mandó un mensaje directo: “Usá el gremio para dar trabajo y no para hacer cosas malas. Y no me vengas a ensuciar mi tribuna porque yo no tengo internas. Vos decís que sos mafia y hay que respetar la familia y después mandás a tirotear la casa de los pibes. Vamos a hacer las cosas bien. Los problemas del gremio los arreglás en el gremio y como yo te dije una vez, vamos a resolver lo nuestro de una vez, mis mejores 50 contra tus mejores 50 y listo. Y me dijiste que no”.
Tras aquel hecho, parecía que la cosa se calmaba. Pero fue todo lo contrario. Por un lado, Brian y el Puli Medina se abrieron del Pata y armaron una lista propia, la Celeste y Blanca. Y para conseguir fuerza de choque tentaron al Volador Camillieri. ¿Cómo? Diciéndole que si ganaban el sindicato él podía también meter su gente y tener un beneficio de los negocios de la construcción. A partir de ahí todo se desmadró. Encima, con el clásico a la vuelta de la esquina, las amenazas mezclaron el fútbol y el sindicato. Hubo pintadas, hubo balazos en los barrios y una situación de tensión tremenda. Así, diez días atrás, desde el grupo de Tobar le mandaron un mensaje a Camillieri diciendo que para terminar todo, debían enfrentarse uno contra el otro. Y lo subieron a las redes sociales de la barra. El audio es tremendo: “Estuve con el Adri (NdR: se supone que habla de Adrián Socio, alias el Gato, que manda en Estudiantes en dupla con Tobar) y tomamos una decisión. El uno nuestro con el uno de ustedes en un campo en 48 horas y uno va en cana y el otro al cementerio. Que se organice a quien le deja la barra, a la familia pero así de corta. En cana o muerto”.
Ese audio se viralizó en los grupos de Los Leales y La 22 y se tomó como una afrenta. Si bien nada se concretó, se sabía que se andaban buscando por las calles. El Volador hizo un video diciendo que él no andaba con guardaespaldas y que uno a uno agarraba a quien fuera. Y esta vez lo encontraron por la ciudad y lo que era una pelea mano a mano después pasó a ser de dos contra uno con el resultado que se puede apreciar en el video que subió a sus redes el propio jefe de la barra de Gimnasia, en el que se lo ve bastante lastimado.
El tema es que esto no va a parar y teniendo en cuenta los antecedentes, nadie descarta un final fatal. En el grupo de Gimnasia acusan a Tobar de manejarse con la política y la Policía. Cabe recordar que el líder de la barra de Estudiantes tiene relaciones históricas con otro ex jefe de la barra, Rubén el Tucumano Herrera, que quedó condenado a cinco años en la megacausa por asociación ilícita que sumaba acusaciones contra el ex juez César Melazo, quien también terminó condenado, y el ex camarista Martín Ordoqui, que al mismo tiempo era también dirigente de Estudiantes y está elevado a juicio oral. Una banda compuesta por jueces, policías, barras y delincuentes de toda monta. ¿Qué podía salir mal? Y en medio de esto está la política. Porque Tobar no podría tener el manejo que tiene si no existiera una red que lo protege. Y ahora va por el sindicato de los repartidores (Rappi en el lenguaje popular) y de los vigiladores privados. Lo mismo que antes pasaba con los Medina, cuya segunda generación quiere volver por lo que era de la familia. Porque se puede cambiar de dueño pero lo que se mantiene, en La Plata, es el modus operandis donde el apriete y la violencia mandan sobre cualquier otra cosa.