Caruso Lombardi contó por primera vez el detrás de escena de su pelea con Fabián García y explicó la frase “no me midás”

El ex entrenador de San Lorenzo repasó el fuerte cruce que tuvo con el actual ayudante de campo de Rubén Darío Insúa

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Caruso Lombardi cuenta el detrás de escena de la pelea con Fabián García

San Lorenzo de Almagro vivió uno de los peores momentos de su historia en el primer semestre de 2012, cuando el equipo por entonces dirigido por Ricardo Caruso Lombardi peleaba por la permanencia en la Primera División. El mediático DT, que había reemplazado a Leonardo Madelón, fue protagonista de una gresca pública con Fabián García (ayudante de campo de su antecesor y hoy auxiliar de Rubén Darío Insúa en el Ciclón) que quedó en el recuerdo. Por primera vez, contó qué fue lo que sucedió antes de la disputa que grabaron las cámaras de televisión.

“Cuando yo salgo del canal de televisión, donde me hicieron una entrevista, cruzo la Avenida San Juan y se bajan tres personas de un auto gris a las que no les doy bola. Como piso caca, me limpio el zapato en el pasto en el borde del cordón. Levanto la cabeza y veo que venía caminando Fabián García, al que conocía de jugar en contra de pibes. Le digo ‘¿qué hacés, Fabián, cómo andás?’, bajo la cabeza porque miraba donde tenía manchado y a la carrera me mete una piña que no te la puedo explicar. Me explotó la cabeza, me pegó en la sien y me explota”, reveló Caruso en el programa Tres al Frente en el que es panelista.

El relato sobre el detrás de escena que -según Caruso- fue grabado por una mujer que nunca le mostró el video pero nunca se lo quiso dar, prosiguió: “Quedo mareado mal, veo todo oscuro. Levanto la vista y lo puteo. Agarro una madera del piso y me enderezo un poco porque tenía los patos dando vueltas. Le amago y se corre, le tiro la madera y se corre. Estaba nocaut yo. Él practicaba boxeo. Ahí me tiro encima de él y le agarro el cuello, él me empuja y caemos al piso, él arriba mío. Yo, por poco, no llegó a pegarme la nuca contra el suelo. Nos dábamos piñas cortitas porque no había lugar”.

Caruso Lombardi contra Fabián García

Con el correr de la secuencia, el agredido se percató de que García no estaba solo: “Yo sentí que me pegaban patadas en la pierna y el cuerpo, no sabía quién. Nos separan y Fabián se va caminando con dos más, uno con camiseta de Brasil y otro con campera negra. Yo estaba en un océano de lo ahogado, no podía respirar. Ahí apareció la cámara de TyC Sports y me agarró cuando lo seguía a la esquina en contramano de San Juan. Lo seguí por la bronca de lo que había pasado, pero ahogado mal y bombeado”.

Caruso Lombardi agarró la silla de un restaurante que estaba camino a la esquina donde lo esperaba Fabián García y admitió que, de haber podido, se la hubiera revoleado. “En la esquina lo puteo y me empiezo a acomodar. Él me dice ‘basta, terminala’ y pide que bajen la cámara. El policía con la radio se me pone adelante y yo de atrás le digo ‘correte’, sin querer le toco la gorra y se la levanto. Cuando me pongo de frente, me arremango y los patos se me acomodan. Yo veo que el de remera de Brasil dice ‘le doy’. Eran los tres que habían bajado del auto, hipotéticamente son los que me pegaron las patadas en el piso”, amplió.

Una de las frases más sobresalientes fue el argumento de su ya mítica frase “no me midás”: “Me puse contra la pared y le dije ‘me estás midiendo’, porque él iba con las manos abiertas. Le digo ‘no me midás’ y le tiro el zurdazo, pero él se corre y le erro por un metro. El otro estaba más lejos. Yo le tiré a Fabián porque me quería pelear con él, no con los otros dos. Si la cámara no estaba, me embocaban de nuevo”. Y remató: “Lo único que le pude hacer es pegarle una patada entre las piernas cuando se puso contra el auto”.

La conclusión final del entrenador de 62 años fue: “Si me pegan mirando, me la banco, pero me pegó a traición y él sabe que me pegó a traición cuando yo estaba con la cabeza colgando”. Y concluyó: “Yo me peleé con todo el mundo, me hubiera peleado con Monzón en sus mejores tiempos. Nunca me durmieron, no me cago. Me pongo mano a mano aunque pierda porque no tengo miedo a perder. Por eso me salvé 11 veces del descenso, porque me sobran agallas”.

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