“Los goles de Cavani, que ya van a venir”. El cántico atronó antes del duelo entre Boca y Belgrano en La Bombonera, casi como un presagio. “Uruguayo, uruguayo”, también sonó, en respaldo al experimentado delantero, de 37 años. Y la sequía de Edinson terminó una tarde. Con creces. Fueron tres los gritos para revertir un partido difícil por la Copa de la Liga para el Xeneize, que comenzó perdiendo por el tanto de Lucas Passerini.
El fin de la mala racha se dio a los 17 minutos de segundo tiempo, con un remate furioso en el penal, a la derecha del arquero, aprovechando la falta de Longo a Cristian Medina (una sujeción bien sancionada). Llevaba tres goles en 20 partidos. Y fue el inicio de su faena ante el Pirata, que igualó el registro en menos de 90 minutos. Así, quebró una racha de más de cuatro meses sin convertir (585 minutos), desde que gritara en el 1-1 contra Talleres por Copa Argentina, el 15 de octubre del año pasado.
Había sufrido el peso de la sequía en el primer tiempo. De hecho, a los 25, tras un centro desde la derecha, anticipó de cabeza en el primer palo y Losada le tapó el intento con la cara. Tal fue su frustración que quedó tendido sobre el césped y bramó: “¡Qué culo!”.
* El segundo tanto, su mejor definición
Pero la revancha le llegó en el complemento. Primero con el penal, que celebró con descarga y con su típico festejo del lanzamiento de flecha. Y, desbloqueado el arco, sus gritos llegaron en cascada. A los 28, tras una asistencia excelsa de Blanco, resolvió con una vaselina por encima del arquero. Fue con suspenso, dado que en primera instancia resultó anulado por offside. Sin embargo, la acción fue revisada por el VAR y el árbitro Nazareno Arasa lo terminó convalidando.
Y, a los 34, el golpe final. Tras un centro atrás rechazado, Luca Langoni fue con agresividad a la segunda jugada, le cedió el esférico, y tocó a la red sin oposición. Hattrick que dedicó hacia el palco, donde se ubicó su familia. A los 40′, cuando fue reemplazado por Lucas Janson, otra vez se bañó en el cariño de los hinchas que lo bancaron. Y siguió los instantes decisivos, que tuvieron la incertidumbre que le puso la conquista de Matías Marín, conversando y regalando alguna sonrisa con Luis Advíncula.
* El tercer grito del charrúa, tras pase de Langoni
“Se nos venía haciendo difícil ganar, y me quedo más feliz por eso, era importante ganar y empezar con esa dinámica de sumar resultados positivas. Se han visto cosas muy buenas y otras por mejorar”, fue lo primero que dijo, tras el duelo, con el balón bajo su brazo.
Sobre el mal trance ante la valla que sufría, señaló: “Salimos un poco de esos momentos que pasamos los delanteros. Y se sale con trabajo, dedicación. Estoy muy feliz por todo”. ”Es para mi familia, que se banca todo. Es la que está, la que te banca, que siempre está para darme un empujón. Son los invisibles que nos soportan y que creen más que nadie en nosotros. Es normal que la gente pueda ponerse impaciente, quieren goles”, añadió.
El banco de suplentes explotó son sus goles, por una cuestión de relación, pero también porque todos saben que si Edinson afina la puntería, otra era se avecina. “Ellos son mi segunda familia, los que conviven conmigo, los que me ven atrás de la pelota, estar en todos los detalles. Es como cuando me alegro yo cuando le va bien a un compañero. Son las cosas que te llenan”, remarcó sobre ese gesto. Y también tuvo palabras para el presidente Juan Román Riquelme.
“Román siempre me da la confianza. Hace más de dos o tres años que Román me intentó convencer para venir. Y yo estoy feliz de que las cosas puedan fluir, nos merecemos que nos vaya bien”, concluyó.
* Las declaciones del ariete charrúa