Que Diego Armando Maradona estará para siempre presente en la memoria de los argentinos y fanáticos del fútbol es una obviedad. Pero los recuerdos surgen a flor de piel cuando por ejemplo su hermano menor, Lalo, brinda una nota para contar detalles de lo que fue su vida dentro y fuera de la cancha. En diálogo con ESPN, uno de los afectos más cercanos que tuvo el Diez a lo largo de su historia reveló algunas cuestiones que pintaron al que fue uno de los personajes más importantes de la historia de nuestro país.
Primero rememoró con Oscar Ruggeri, uno de los panelistas del programa televisivo, cómo fue la estadía de Diego en la concentración de la selección argentina en Trigoria durante el Mundial de 1990. “Tenía las dos Ferraris estacionadas ahí, una roja y una negra”, contó Lalo, que dio cuenta de la debilidad que su hermano tenía por los coches (llegó a tener un total de 20). Pero el Cabezón puso sobre la mesa otra obsesión suya: los relojes.
“Entraba a comprarse un reloj y pedía dos iguales”, reveló Ruggeri, a quien enseguida le consultaron por qué Diego tenía esa costumbre. El misterio fue develado por su hermano: “Él decía que en uno tenía la hora de donde estuviera (en el mundo) y, en el otro, la de Argentina. Era terrible”. Maradona siempre quería estar al tanto de lo que ocurriera en su suelo y al menos así se sentía más cerca.
Sobre cómo es el día a día cargando un apellido tan pesado, Raúl Alfredo Maradona compartió: “A veces te tratan mejor, pero otros no lo quieren porque se fijan en la vida, como persona, todas las cosas que él hizo fuera de la cancha. Pero el que lo vio dentro de la cancha, lo adora. El argentino lo adora porque lo vio campeón del mundo por televisión. La gente lo idolatra”.
Tampoco dejaron pasar la chance de preguntarle a Lalo cómo cree que hubiera reaccionado Diego si estaba presente en el estadio Lusail cuando la selección argentina se consagró campeón del mundo en Qatar: “Hubiese sido un desastre, se hubiera metido adentro de la cancha y no le sacaban nunca más la copa. Hubiera estado todo el día con Messi y la Copa”.
Respecto a su relación con Messi, Lalo repasó el diálogo que tuvo con su hermano durante la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 en la que dirigió a Leo: “Él decía que Messi no tocaba el piso, que iba en el aire. Yo fui a Sudáfrica con él y antes de eso me decía ‘Negro, este pibe no toca el césped, va en el aire, tiene una velocidad increíble’”.
Por otra parte, comentó que Diego tuvo influencia en la mejora de Messi a la hora de ejecutar los tiros libres: “Él le dio dos o tres tips para pegarle mejor. Después de Sudáfrica hizo un montón, aunque igual ya le pegaba bien”.
Y cerró con una anécdota personal: “Cuando Diego se lesionó el tobillo, que lo fracturó Goicoetxea, lo operaron, hizo la recuperación y fuimos 15 días a Estados Unidos. Había un quiropráctico en Nueva York y otro en Los Ángeles que le iban a dar movilidad en el tobillo con algunas prácticas. Yo tenía 13 años y lo acompañaba de hospital en hospital. Cuando volvió, empezó a patear tiros libres en la quinta. Y decía ‘se me va recta la pelota, no puede ser’. Hasta que pudo pegarle como quería. Me explicaba a mí cómo patear: ‘decile a la pelota lo que vas a hacer’. ¡Pero cómo íbamos a hacer lo mismo nosotros, ja!”.