“Todo deporte, solo deporte”: las perlitas del estreno de VideoMatch a 34 años de su primera emisión

El mítico programa conducido por Marcelo Tinelli, que desembarcó 48 horas antes de su estreno, comenzó como un envío 100% deportivo, pero luego vivió una metamorfosis hasta convertirse en un éxito inoxidable. La palabra de los protagonistas de la historia

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Marcelo Tinelli en la conducción de VideoMatch
Marcelo Tinelli en la conducción de VideoMatch

¿Qué hubiera pasado si...? Esa pregunta, que siempre está en la incesante e infructuosa búsqueda de una respuesta. ¿Qué hubiera pasado si...? Algunos lo llaman ucronía, otros, historia contrafáctica, pero su denominación pasa a ser casi irrelevante, porque lo interesante es pensar y reflexionar sobre esto, sea en el ámbito que fuera. Y si ponemos el foco en la televisión, pocos programas abrigan en tal magnitud esto en su génesis como VideoMatch, que comenzó en el día estipulado, pero no con el conductor pensado. ¿Qué hubiese ocurrido si Gustavo Lutteral no daba marcha atrás a horas del debut? Ante eso, sorprendidos y urgidos en iguales dosis, las autoridades de Telefe fueron en busca de Marcelo Tinelli y la historia tuvo los trazos iniciales de un libro que se sigue escribiendo hasta nuestros días.

Los canales 11 y 13 habían sido otorgados a sus nuevos dueños a fines de diciembre de 1989. En el caso del primero, lentamente fue poniendo al aire la nueva programación, tratando de cambiarle la cara a la emisora que habían heredado con pocos programas buenos. Uno de los principales accionistas de la nueva etapa era la editorial Atlántida, donde se hacía la revista El Gráfico. Como lógica consecuencia, el canal tuvo una impronta deportiva en sus inicios, transmitiendo la Copa Davis, automovilismo, Copa Libertadores y los combates por el título del mundo de boxeadores argentinos. En sintonía con este perfil, se pensó en un programa que cubriese varias disciplinas, como cierre de la transmisión, todos los días, de lunes a lunes.

Publicidad de VideoMatch
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El sendero de Marcelo Tinelli en los grandes medios de comunicación había comenzado en los míticos estudios de radio Rivadavia en Arenales y Pueyrredón, a mediados de la década del ‘70. Gracias a Badía, llegó a la televisión, años más tarde, cuando Juan Alberto decoraba con fino estilo y buena compañía, las tardes de los sábados. Fue haciendo su camino en diversas coberturas deportivas en canal 13 y tras un ‘89 con bastantes relatos entre torneos de verano, Copa Libertadores y Copa América, los primeros meses del ‘90 lo encontraban en el noticiero y a la espera de lo que le podía deparar ese año, de cambio de autoridades. En diálogo con Infobae, así evocó aquellas agitadas horas: “Cherquis Bialo fue el que me llamó, dos días antes de arrancar el programa, para decirme que Gustavo Yankelevich quería hablar conmigo. En ese momento estaba haciendo la columna deportiva en Telenoche, con Mónica y César y sentí mucho orgullo por ese contacto con Gustavo, a quien ya conocía de cuando había estado en canal 13. Me parecía increíble que me llamara y yo no sabía para qué, porque Cherquis solo me había adelantado que era para un programa de deportes, pero nada acerca de la conducción. Cuando terminó el noticiero, le dije a Mónica lo que había pasado y me deseó mucha suerte para la reunión, que se dio un rato después. Allí Gustavo me dijo que se había caído Gustavo Lutteral y que las promos de VideoMatch ya estaban al aire con mi nombre. ‘Andá a avisar en el 13 que no vas a estar más, porque acá te pongo para conducir’. Fue todo rápido y me la jugué”.

Ernesto Cherquis Bialo era el director de El Gráfico y asumió como gerente de deportes de la nueva administración del 11, que recién en abril dejaría atrás esta denominación para convertirse en Telefe. Así recuerda como fue la situación vivida en las horas previas al comienzo de VideoMatch: “El canal tenía nuevos dueños, que estaban conformados por la familia Vigil y otro grupo de socios, que habían designado como gerente de programación a Gustavo Yankelevich. Lo tuvimos que contratar a Marcelo de urgencia para reemplazar a Gustavo Lutteral, que se bajó a último momento, ya que tenía contrato con el 13 y cuando fue a plantear que se iba al 11, lo convencieron y se quedó. Ante esa situación, recomendé a Tinelli, que fue contratado por tres meses, que serían de exploración. El material era propiedad de Irusta Cornet, que más tarde se asociaría a la gente de ESPN, cuando estos desembarcaron en el país. Lo que ellos tenían no eran las disciplinas más destacadas, en general, ya que había hasta carrera de embolsados (risas). Se fue modificando el equipo de producción, al tiempo que se ponían al aire cosas más transgresoras”.

El cambio abrupto de conductor fue tan inesperado, que, en algunos medios, en la programación de televisión de aquel 1 de marzo de 1990, se mencionó Gustavo Lutteral al frente del ciclo. Sin demasiado tiempo, como esos equipos de fútbol que se arman en forma aleatoria y los últimos refuerzos llegan sobre el cierre del libro de pases, así se conocieron los integrantes de VideoMatch, como lo recuerda Tinelli: “El encuentro con los que iban a ser mis compañeros de programa fue el día anterior a comenzar, el miércoles 28, en las oficinas de editorial Atlántida, porque la idea era que fuese como un noticiero en televisión de la revista El Gráfico”.

José MarÍa Listorti, su mamá María Adela (Chichita) y Marcelo Tinelli, en el especial del Día de las Madres de VideoMatch (Telefe).
José MarÍa Listorti, su mamá María Adela (Chichita) y Marcelo Tinelli, en el especial del Día de las Madres de VideoMatch (Telefe).

El ojo de Gustavo Yankelevich se había posado sobre ese conductor, de buena presencia, con conocimiento de música y deportes, que se había destacado durante un par de temporadas en canal 13. Gustavo Lutteral era el elegido y con estas palabras rememoró esa situación: “Badía tuvo mucho que ver, porque a comienzos del ‘90 yo estaba conduciendo, junto a Graciela Mancuso, Ari Paluch, María Muñoz y Adolfo Castello, un programa que se llamaba Imagen de verano, que era la versión estival de Imagen de radio, conducido por Juan Alberto, que se había tomado vacaciones. En ese momento me comentó Pepe Irusta Cornet, que tenía un proyecto para la medianoche del que todavía era canal 11, de realizar un programa como había sido El deporte y el hombre. Me reuní con Gustavo Yankelevich para ser el conductor y salí en los anuncios que se publicaron en los medios. En ese momento, le pregunté a Badía, que era un referente para mí y me hizo ver que era un riesgo ir a un canal que se estaba iniciando con una nueva estructura. Yo pensaba, también, que era raro pasar, de un día para el otro, salir a competir en el mismo horario con quienes eran mis compañeros. Y sentía que, de alguna manera, le estaba fallando a quien me había dado una gran oportunidad, como era Beto. Entonces le dije a Gustavo que me sentía incómodo, me quedaba con Badía en el 13 y ese fue mi no a VideoMatch”.

El programa dio su primer paso con una modesta escenografía: el conductor sentado detrás de un escritorio, donde apenas habitaban un teléfono (de línea, por supuesto), un pequeño monitor y algunos apuntes. Detrás, un inmenso cartel con el nombre del ciclo, mientras los colaboradores iban haciendo sus aportes en off, sin aparecer jamás en cámara. Un grupo conformado por excelentes periodistas deportivos, que ya se venían destacando y lo harían aún más, como Osvaldo Príncipi o Gonzalo Bonadeo, entre otros, más la locución de Marisa Caccia. El slogan, que aparecía debajo de Video Match en las publicaciones en los medios, prontamente iba a quedar en el olvido: Todo deporte – Solo deporte. Lo que siempre se mantuvo, inalterable, fue la cortina, esos twist y gritos de Lennon y McCartney que llegan hasta hoy.

Tuvo aceptación del público en las primeras emisiones, pero dos hechos convergieron casi al unísono para que la situación cambiara drásticamente: quien proveía del material dejó de hacerlo y con la llegada del Mundial de Italia, la televisión argentina estaba saturada de deportes. Fue un cóctel explosivo que se volvió en contra de VideoMatch, como lo dice Marcelo Tinelli: “A mitad de mayo, nos llegó la noticia que ESPN no nos iba a dar más material y yo pensé que ahí mismo se terminaba el programa. Por eso lo fui a ver a Gustavo Yankelevich y le dije que era una pena que concluyera así, a lo que me respondió que seguía y que yo iba a estar a cargo de la producción. ‘¿Y cómo hago?’, le contesté. ‘Yo te vi producir y editar notas en Badía & Compañía. Buscá algo que lo vas a poder hacer’, fueron sus palabras. Comencé a pensar y le compré varios cassettes viejos a la productora que había hecho Deporte en acción, con Nicanor González del Solar, además de pedirles a mis compañeros que trajeran los VHS que tuvieran en sus casas. Así fue como Osvaldo Príncipi acercó material de Cassius Clay o Gonzalo Bonadeo de Guillermo Vilas, por ejemplo. Ese mes de junio, compitiendo contra el Mundial. Fue tremendo. En un momento, hicimos 1.8 de rating y le presenté la renuncia a Gustavo, que me convenció de seguir”.

En la primera emisión de VideoMatch: "¡Qué chiquito era!", dijo Tinelli
En la primera emisión de VideoMatch: "¡Qué chiquito era!", dijo Tinelli

La evocación de Ernesto Cherquis Bialo también va en esa dirección, porque mientras el país festejaba los éxitos en tierras italianas, en Telefe se sufría por ese programa que parecía naufragar en aguas turbulentas: “A esa hora, VideoMatch competía con los resúmenes del Mundial de Italia: ATC pasaba el mejor partido del día, canal 9 tenía a Enrique Moltoni entrevistando a Maradona y el 13, producido por Torneos y Competencias, hacía un programa desde Italia, con la conducción de Macaya Márquez. Además, Telefe no podía emitir esas imágenes, porque estaba sancionado por la OTI, ante una deuda, por no haber pagado derechos de la Copa de Mundo de México. El pobre Marcelo estaba ahí, debatiéndose entre Maradona, los penales de Goycochea, los goles de Caniggia y toda la épica”.

Esa perseverancia de Gustavo Yankelevich, creyendo como nadie en el proyecto, iba a comenzar a dar sus frutos muy poco tiempo después, como lo rememora Marcelo: “En el mes de julio, un día fuimos a un restaurant italiano que estaba en la calle Chile y nos pusimos a grabar con una camarita VHS las cosas que pasaban ahí entre nosotros, donde nos tirábamos panes, contábamos chistes y hacíamos un poco de todo para divertirnos. Lo pusimos al aire y de 1.8 pasamos a 2.2 y pensamos que era una buena idea. Le vendimos a Derby, una marca de cigarrillos, los eventos del equipo de VideoMatch, que era mountain bike en San Isidro, regatas en Palermo o atletismo en GEBA, por ejemplo. Y el humor comenzó a pegar como no lo había hecho el deporte y ahí sentí que el programa no era un éxito, pero comenzaba a andar bien, hasta que, por agosto, más o menos, me dijeron: ‘¿Vos viste lo que son los bloopers?’. Algo que desconocía, pero que la estaba rompiendo en Estados Unidos, con videos caseros de la gente en situaciones divertidas. Compré los derechos, los pasé al aire relatándolos y fue un éxito enorme”.

En el mes de octubre, con el programa afirmado, regalando sonrisas y estirando las horas de sueño de los televidentes, a Tinelli le llegó el ofrecimiento de hacer, a partir de enero, Ritmo de la noche, que sería una verdadera conmoción, aunque con ello debió archivar para siempre su pasión por el periodismo deportivo. A fines del ‘90, VideoMatch superaba holgadamente los 10 puntos en el casi inexplorado horario de la medianoche, que contaba con el antecedente cercano y efímero, del Noti Dormi de Raúl Portal, por ATC en 1988.

Marcelo Tinelli y Ricky Martin en VideoMatch
Marcelo Tinelli y Ricky Martin en VideoMatch

Volviendo en el tiempo a aquel 1 de marzo del ‘90, Tinelli recuerda su encuentro con Gustavo Yankelevich post debut: “Yo pensé que había sido un desastre al aire y que todo había salido mal. Sin embargo, él me dijo: ‘Estuviste muy bien, medio apurado, un poco rápido. Andá más despacio, tranquilo, sin apurarte’. Yo suponía que había estado super lento (risas). Fueron momentos hermosos y ni yo puedo creer que haya hecho todo lo que hice”.

La sinceridad de Marcelo, en esas palabras, que evocan lo ocurrido aquella noche de marzo del ‘90, cuando decidió dar el salto y jugársela, en la mejor apuesta profesional de su vida. Desde allí, cantando, patinando y bailando ha permanecido en la huella de entretener y divertir al público, en un récord de vigencia. Para seguir escribiendo el libro que tuvo su página fundacional, hace nada menos que 34 años.

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