Boca Juniors, Fiorentina, Tenerife, Racing, Cruz Azul, Chacarita y más. Diego Latorre tuvo una carrera de casi dos décadas en el mundo del fútbol. Esta etapa la dejó atrás cuando decidió colgar los botines en el fútbol mexicano, un oficio reemplazado por el de comentar partidos en cada fin de semana.
En una entrevista con el canal de YouTube Clank!, Gambeta brindó distintas definiciones sobre su vida, desde su edad infantil hasta su ingreso a la televisión. A pesar de haber formado parte de un programa como panelista de Fernando Niembro en El Equipo de Primera, confesó un cierto recelo de sus pares cuando desembarcó en Fox Sports: “Al principio no fue fácil, sufrí muchos obstáculos de adentro. Algunos comentaristas, periodistas no me querían cuando yo iba avanzando y me lo hicieron saber, generalmente de espaldas. Me hacían sentir que yo venía de otro lado y cuando fui ganando terreno siempre alguien siente que se lo sacaron, no que lo perdió”.
Más adelante, Latorre reveló la recomendación que recibió por parte de quien lo introdujo en los medios: “Contraté una profesora de filosofía durante tres años. Había hablado con gente del medio y Niembro me dijo que no estudie periodismo porque yo ya estaba ejerciendo, que estudie filosofía par abrir la cabeza. Yo se le recomiendo a los chicos y esto no significa hablar difícil, sino para desarrollar diferentes puntos de vista sobre una misma acción”. “Ahora te tildan de filósofo como algo despectivo porque al jugador de fútbol se lo ha juzgado tanto de ignorante por venir de un estrato social bajo que cuando uno hila tres palabras lo tildan de filósofo”, cuestionó.
Ese trabajo comenzó a reemplazar su primer empleo, el que lo dejó desarmado a los 36 años: “Sentí un vacío cuando dejé de jugar. No le encontraba sentido al día a día, me habían sacado la rutina. El partido del domingo, la mente competitiva... Son hábitos que construís por años. Todo lo que hacés como profesional. Sentía que tenía tiempos, y yo era el dueño, no el entrenador. Me sentí un poco desamparado”, detalló. En ese sentido, expresó que el retiro “fue un proceso” porque venía de un período de lesiones sin sanación en el corto plazo y añadió que, mientras jugaba, no tenía pensado ser comentarista.
Así le puso punto final a una trayectoria que inició mucho antes de su estreno en octubre de 1987 con la Primera de la Azul y Oro. Mario Zanabria lo descubrió en medio de un encuentro cuando jugaba en el equipo de Mapuche, un barrio cerrado de la Ciudad de Buenos Aires, aunque su llegada estuvo lejos de ser un lecho de rosas: “Me miraban de otra manera, lo sentía. Me robaban los botines. Me lo fui ganando en los pocos entrenamientos de arranque porque hay respeto hacia el que juega bien al fútbol. Sufrí una especie de discriminación que duró dos semanas, después mi viejo estaba haciéndole asado a toda la división”.
En ese punto, el actual comentarista de ESPN contó una desconocida historia de su infancia con una profunda vinculación con su padre, un hecho crucial para que sea observado por Zanabria: “Cuando mi viejo compró la casa, en el estanque había seis balazos, habían tenido ahí personas secuestradas, posiblemente en la dictadura. Se la habían vendido así y después la refaccionó toda. En el barrio había un cartel de Mapuches, dos canchas de tenis y una de fútbol. Mi familia era de clase media, de La Paternal y había comprado un terreno muy barato. No estaban ni loteados”.
Nuevamente en el plano futbolístico, Juan Pablo Varsky, presentador del ciclo, le preguntó a Diego Latorre sobre sus primeros pasos en la máxima categoría con el Boca Juniors de Juan Carlos Lorenzo. Debido al vertiginoso ascenso y su sorpresiva convocatoria al banco de suplentes a último momento, sus padres no alcanzaron a asistir al primer partido suyo con esta camiseta. Esos primeros minutos en la cancha fueron motivo de consulta: “Me temblaban las piernas cuando me dijo ‘Nene, calentá’. Estoy seguro de que me decía ‘nene’ porque no sabía cuál era mi apellido”. “Íbamos perdiendo, creo que 1 o 2 a 0 y la primera que toco hago un gol”, precisó.
Más frases de Diego Latorre:
El error detrás del “Boca es un cabaret”: “Puse la radio y había un periodista que estaba contando exactamente todo lo que habíamos hablado en una reunión los referentes, una reunión tensa en la que los jugadores se dicen cosas. Ahí me enoje mucho. No iba a hablar, pero cuando estaba yendo con el auto y me para Quique Felman, con quien yo tenía buena relación, me hizo una pregunta y lo dije. Pero quise decir conventillo y dije cabaret. No sabia la revolución que iba a causar”.
Su salida del Xeneize por esa frase: “Después de eso, me tuve que ir, pero ya se había terminado para mi ese ciclo. Tuve un rendimiento decente, pero tenía la oportunidad de ir a Racing”.
El gesto que realizó al poco tiempo con la camiseta de Racing cuando le anotó un gol a Boca: “Taparme la nariz fue un error, fue una emoción violenta. Me sentí dolido en ese momento porque en la cancha de Racing me habían puteado de todos los colores. Pero yo no tenía que reaccionar”.