Lionel Messi terminó rescatando al Inter Miami en su 23ª presentación con el equipo. Las Garzas jugaron mal en el Dignity Health Sports Park y fueron superados por Los Angeles Galaxy tras haber iniciado el camino con un éxito sobre Real Salt Lake en casa; sin embargo, la doble pared del delantero con Jordi Alba terminó en la gran conquista de la Pulga, que decretó el 1-1.
El rosarino casi que no pudo encontrar la manera de generar peligro en el área rival, algo que tampoco lograron las otras figuras que aportan en ataque como Luis Suárez o Jordi Alba. Apenas un disparo al arco a los 29 minutos del primer tiempo, tras encontrar un rebote y exigido, que sacó el arquero John McCarthy despejando el riesgo de una bola que tomó una parábola extraña. Un disparo que quedó en las manos del portero a los 58. Y otro a los 88, casi un preludio de la acción de la igualdad, tras combinación con el lateral izquierdo, pero su intento se marchó apenas desviado.
La imagen de Leo también quedó involucrada en algo extraño en su carrera. Primero tuvo un foul involuntario sobre Joseph Paintsil y luego protagonizó un cruce picante con Edwin Cerrillo, el centrocampista de los Galaxy que pareció desafiarlo al capitán de la selección argentina campeona del mundo en Qatar. A punto tal llegaron los chispazos que hasta Luis Suárez le dio un empujón.
El primer cortocircuito fue entre Lucho y Cerrillo, empujón va, empujón viene. Al ver a su amigo involucrado en la situación, el capitán de las Garzas y de la selección argentina se inmiscuyó. Para evitar ser captado por las cámaras, se acercó y, tapándose la boca, le dedicó algunas palabras a su adversario, que no pareció amilanarse.
Fueron varios segundos de una especie de diálogo. Messi, con los labios obstruidos por su mano, le hablaba, mientras que Cerrillo, estadounidense, de 23 años y con pasado en FC Dallas, asentía con la cabeza, como dándole poco valor a lo que escuchaba. Llegaron a ponerse cara a cara, frente a frente, pero luego resultaron separados y la acción continuó.
Eso sí, nunca dejaron de estar juntos. Es que Cerillo lo siguió de cerca todo el partido, al punto de que le cometió una falta en el borde del área que derivó en una de las chances más claras de la visita. Tras un rebote de la ejecución de la Pulga, la pelota derivó en Diego Gómez, quien la punteó y John McCarthy tapó abajo, en una noche en la que los arqueros fueron figura (descolló Drake Callender en Inter).