Insólito: un jeque qatarí invadió el terreno de juego para protestar contra el árbitro que había sancionado un penal para su rival

El hecho ocurrió en el encuentro que animaron Al-Wakrah y Al-Sadd, válido por la decimocuarta fecha del campeonato doméstico. Las imágenes

Guardar
El presidente de Al-Wakrah invadió la cancha para protestar por un penal

Uno de los hechos más insólitos del fin de semana se vivió en el fútbol de Qatar. En la tierra que consagró campeón del mundo a Lionel Messi con la Scaloneta, se vivió un episodio llamativo que muy pocas veces se observó dentro de una cancha. En una jornada que prometía ser una más dentro del calendario de la Stars League del Medio Oriente, el Al Janoub Stadium se convirtió en el escenario de un incidente fuera de lo común. Es que Sheikh Khalifa bin Hassan Al-Thani, presidente del Al-Wakrah, protagonizó una escena cargada de controversia al bajar de la tribuna y dirigirse airadamente al terreno de juego en medio de un partido contra el Al-Sadd, válido por la decimocuarta fecha del campeonato doméstico.

El desencadenante de la irrupción del dirigente local fue la decisión del árbitro Abdulrahman Ibrahim Al-Jassim de otorgar un penal a favor del elenco visitante, luego de ignorar una falta similar en el área del equipo rival. La reacción del directivo fue enérgica, ingresando a la cancha para expresar su descontento con la decisión arbitral y ordenando a sus jugadores que abandonaran el compromiso.

Sin embargo, el desenlace no favoreció al Al-Wakrah, ya que el duelo continuó luego de varios minutos de incertidumbre y el penal ejecutado por Akram Afif, figura y referente de la selección de Qatar, culminó con un disparo por encima del travesaño. A pesar del fallo, la tensión en el partido persistió, con otra acción controvertida en contra del Al-Wakrah cuando su arquero, Saoud Al-Khater, recibió una tarjeta roja por derribar a Afif.

Posteriormente, Al-Thani, visiblemente enfurecido, ofreció declaraciones al medio local Al-Kass TV para aclarar su posición, asegurando que su intervención en el campo no buscaba la retirada de sus jugadores, sino calmarlos y dialogar con el árbitro.

El incidente cobra mayor relevancia dada la cercanía en la tabla de clasificación entre ambos equipos, con el Al-Sadd liderando la competencia con 32 puntos, cuatro más que el Al-Wakrah, que se encuentra en segunda posición. Una victoria habría acercado significativamente al dueño de casa a la cima de la tabla, con nueve jornadas restantes por disputarse.

El inusual suceso en el Al Janoub Stadium ha generado debate y expectativa en torno a las implicaciones que podría tener en el desarrollo del campeonato, así como en la imagen del fútbol qatarí a nivel internacional.

El hecho fue muy similar al que había protagonizado un jeque de Kuwait en la Copa del Mundo que organizó España en 1982. En aquella oportunidad, el combinado asiático debutó el 17 de junio, y los jugadores conducidos por Carlos Alberto Parreira salieron al José Zorrilla de Valladolid con la intención de introducir al terreno de juego a su mascota: un enorme camello que había viajado con el plantel. El enojo del capitán, Saad Al Hutti, junto con el resto de sus compañeros, hizo que el encuentro ante la ya extinta Checoslovaquia se demore unos instantes, ya que desde la organización no le permitieron ingresar al animal. A pesar de las insistencias de los futbolistas, el cuadrúpedo debió quedarse cerca del estacionamiento durante los noventa minutos que duró el partido. El choque terminó igualado 1 a 1 y los futbolistas se olvidaron rápidamente del problema suscitado.

En su segundo compromiso contra Francia, los kuwaitíes fueron parte de un episodio mucho más repudiable. Cuando faltaban diez minutos para el final, y el marcador se encontraba 3 a 1 a favor de los europeos, producto de los goles de Bernard Genghini, Michel Platini, Didier Six y Abduliz Al Balushi. Fue entonces cuando Alain Giresse recibió una gran asistencia del capitán galo y con una potente definición envió a la pelota al fondo del arco defendido por Ahmad Al-Tarabolsi. Las protestas de los asiáticos se basaron en el sonido de un silbato, similar al del árbitro Miroslav Stupar, que surgió de las tribunas. En medio de los forcejeos, Al-Sheik Fahad Al-Sabah, jefe del Comité Olímpico y de la Federación del Fútbol de Kuwait, saltó al campo de juego portando un misterioso maletín y amenazó al árbitro soviético para que revirtiera la jugada.

Mientras los franceses se sorprendían con el actuar de la guardia civil, el juez anuló el tanto y reanudó el espectáculo con un bote a tierra. Michel Hidalgo, entrenador de “le bleu”, se fue expulsado y amenazó con retirar a su equipo del torneo. En tanto, el hermano del Jefe de Estado del pequeño país petrolero tuvo los deseos de continuar su aventura en el vestuario de su rival, pero en esa oportunidad los organizadores se lo negaron. “La mafia es pequeña al lado de la FIFA. No me importan las sanciones. Yo me iré, pero otro ocupará mi puesto. Yo no obligué al árbitro a que anulara el gol, él lo hizo porque estaba convencido” dijo el Emir para concluir la patética escena que protagonizó, en el choque que finalmente terminó 4 a 1 por el agónico tanto de Maxime Bossis.

Guardar