El mundo del fútbol quedó conmovido con la noticia de la muerte de Andreas Brehme, el legendario lateral alemán campeón del mundo en Italia 90 tras superar a la Argentina con un controvertido penal que él mismo convirtió. El ex jugador del Bayern Munich, Inter y Zaragoza falleció a los 63 años a causa de un paro cardíaco. La noticia fue confirmada por su pareja, Susanne Schaefer.
El lateral, famoso por su habilidad para jugar indistintamente con ambas piernas, pasó a la historia por ejecutar el polémico remate desde los 12 pasos utilizando su “pierna mala” para sorprender al portero rival, Sergio Goycochea, un especialista en el ramo, al punto de haber sido el héroe de la Albiceleste en las definiciones frente a Yugoslavia e Italia en cuartos de final y semis. Además de su inolvidable gol que aseguró el tercer título mundial para Alemania, Brehme también formó parte del equipo que ganó la Eurocopa de 1996.
Pues bien, Goyco, de 60 años, despidió a su adversario con un posteo en sus redes sociales. “Andreas Brehme 1960-2023″, reza la publicación, con dos imágenes seleccionadas que también hablan. Una, la ejecución del penal, ajustada junto al palo derecho del portero, que adivinó la intención, pero no alcanzó a sacar. La otra, la protesta enardecida del capitán, Diego Maradona, ante el propio lateral.
Es que, para la selección argentina y el grueso del público albiceleste, la falta dentro del área de Roberto Sensini a Rudi Völler, sancionada por el árbitro Edgardo Codesal, jamás existió. O, al menos, el debate continuó a lo largo de los años respecto a la decisión tomada por el juez uruguayo naturalizado mexicano.
Tanto es así que, en 2003, los protagonistas reeditaron el penal en el entretiempo de un duelo por la Bundesliga entre Wolfsburgo y Bayern Múnich. Sin embargo, Brehme no repitió. Si bien Goyco se arrojó al mismo lado, optó por abrir el botín derecho y definir junto al poste izquierdo de la valla que defendía el argentino. En aquella oportunidad, sin la presión por el título en juego, terminaron fundiéndose en un abrazo que fue reconocido por el estadio repleto.
“En el 86, Diego era imparable y estaba en la cima de su carrera. Pero en 1990 no estaba tan en forma como cuatro años antes. En nuestro equipo todo era perfecto: el entrenador, el equipo y el espíritu que respiraba el equipo para buscar el título”, le explicó el alemán a Infobae durante una entrevista hace unos años. “El resultado final estuvo bien, ya que Argentina no tuvo muchas oportunidades de anotar durante los 90 minutos”, añadió.
“Obviamente ese juego fue el pináculo de mi carrera. Cuando eres un niño pequeño y comienzas a jugar al fútbol, comienzas a soñar con jugar la final de una Copa del Mundo y, finalmente, incluso convertirte en campeón del mundo”, remarcó el oriundo de Hamburgo a este medio.
Un viejo adversario lo despidió con afecto, aunque sin olvidar la polémica de aquella final.