Pocas veces se ha visto en la historia del fútbol moderno una caída tan abrupta en rendimiento como la que sufrió Eden Hazard desde que fue contratado por Real Madrid. El futbolista que fue candidato a ganar el Balón de Oro, elegido como el mejor de la Premier League cuando defendía los colores del Chelsea y una de las grandes figuras de un Mundial, fue desterrado de los campos de juego en apenas un par de años e incluso anunció su retiro de la actividad profesional.
Uno de los rumores de cuando era futbolista del cuadro español eran las fotos que aparecían del extremo fuera de estado en el inicio de cada pretemporada. “¿Si llegaba fuera de forma? Es verdad. Cada verano engordaba 4 o 5 kilos porque pensaba que ya había dado mucho durante diez meses. Pones tu cuerpo al máximo nivel y la gente te da patadas. Así que tu tiempo libre es tu tiempo libre”, admitió en charla con el podcast de John Obi Mikel. Y añadió al respecto de su presente: “No me pidas que haga nada. Me gusta estar con mi familia, ir a la playa... No me pidas que corra en esas tres o cuatro semanas. Puedo jugar al fútbol en la playa con mis hijos, no hay problema, pero no me pidas que corra”.
Además, explicó que tardaba unos partidos en arrancar durante las competencias oficiales pero una vez que tomaba ritmo era imparable. “Pero si nos fijamos en toda mi carrera, el primer mes de temporada es la parte en la que pensaba que era sólo el principio, y luego, a partir de septiembre y octubre, estaba volando, porque necesitaba tiempo para poner mi cuerpo y mi mente de la mejor forma. Así que sí, es verdad, volvía de las vacaciones con cinco kilos, lo sabía”, detalló.
Hazard no dudó en culpar a su nación natal como el culpable de los kilos extra en las vacaciones: “Como belga, me encantan las cervezas porque mi país tiene las mejores cervezas del mundo, así que no te digo que solía beber todos los días porque no es verdad, pero a veces después de un buen partido, una o dos están bien”.
Pegar el salto entre dos grandes clubes nunca es sencillo pero Eden se animó a trazar un paralelismo en el cambio de camiseta. “El Chelsea es más familiar. En el Madrid, había que ganar. En el Chelsea, perdíamos y al día siguiente nos reíamos un poco en la ducha. Eso no pasaba en el Madrid. Cuando digo reir, digo algo así como que el partido ya estaba pasado y había que enfocarse en el siguiente partido. Nos reíamos y a ganar el siguiente. En Madrid es igual, pero no así. Es distinto. En equipos grandes cuando se pierde siempre hay un drama. En Madrid podrías sentir en el entreno que la gente no estaba del todo feliz si se perdía un partido”, comentó.
Aunque recibió ayuda de los entrenadores que fueron pasando por Madrid, ninguno pudo sacarlo del agujero anímico en el que estaba después de su lesión: “Hacía ejercicios en casa y para mí, era suficiente. No pensé que había que hacer más. Después de dos meses me di cuenta de que si debí hacer más. Cuando volví al campo, lo noté. Y estuvimos así de cerca de ser campeones, así que le decía a Zidane ‘quiero ayudar, quiero empujar’ y luego el día que acabamos campeones dije: ‘No, no puedo hacer más, estoy acabado’. Mi cuerpo estaba sufriendo mucho, así que necesito hacer una rehabilitación adecuada, pero ya era el final de la temporada”.
Una de las preguntas de Obi Mikel es si Hazard podría haber sido entrenado por Pep y la respuesta sorprendió a los presentes. “No sé si podría haber jugado para Guardiola. Exige mucho. Como jugador me gustaba mi libertad. Si me pides quedarme ahí, le diría “¿estás loco?”. Es el mejor, pero no sé si podría. No puedo decir sí o no. Yo necesito libertad para ganar partidos”, explicó con una sonrisa en el rostro.
Para cerrar, resaltó a José Mourinho como uno de los grandes técnicos que tuvo en su carrera por el manejo de grupo y la gestión de cargas. “Libertad total no me daba, pero algo de libertad sí. Él sabía que yo era capaz de ganar partidos y me pidió que hiciera mi trabajo. Así de simple. Y sabes que con él, si no haces tu trabajo, te lo va a decir delante de todos. Me dio libertad, pero no a lo loco. A veces decía en los entrenamientos ‘¡no le peguen patadas a Eden!’ y yo decía ‘¿Qué?, ¿por qué? Si para mí está bien’”, concluyó.